El alumnado del IES Domingo Pérez Minik solo pide que se le escuche. Así lo manifestó el estudiante de 1º de Bachillerato, Isaac Hernández, quien, junto a sus compañeros, la directiva del centro y el AMPA está luchando por la implantación de un Bachillerato en modalidad artística por la vía correspondiente, a pesar de la “pasividad” mostrada por la instituciones públicas: “Queremos cambiar esa mala fama del instituto dándole más visibilidad y una mayor amplitud a su oferta formativa”. Además, “estamos dispuestos a llegar hasta el final del proceso”, detalla.
Hace dos meses, varios estudiantes del IES Domingo Pérez Minik pusieron en marcha una recogida de firmas a través de la plataforma Change.org para presentarlas en su próxima reunión con la Consejería de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias, prevista para el 3 de abril. Hasta el momento, cuentan con el apoyo de 209 firmantes. Otro alumno de Bachillerato del citado instituto lagunero, Ángel Pérez, explica que “hemos tratado de ponernos en contacto con ellos, les hemos llamado varias veces y también les mandamos una carta, pero no hemos obtenido respuesta alguna”.
Pérez añade que algunos de sus compañeros no pueden estudiar lo que quieren en su centro correspondiente y no les queda otra que adaptarse a la oferta formativa disponible, o bien pedir plaza en otros institutos: “Tengo una amiga que quería hacer el Bachillerato de Arte y se tuvo que quedar en el Pérez Minik porque solo hay 5 institutos que lo imparten en toda la Isla”; “Me dijo que había perdido un año de su vida”, confiesa.
Por su parte, Hernández lamenta que el arte esté “muy infravalorado” en la actualidad, al menos, en materia educativa: “A quién no le gusta ver una película o dibujar “anime” en pleno Siglo XXI”.
Mala fama
Sorprende la educación, la entereza y el convencimiento de estos chicos de entre 16 y 18 años de edad, quienes han recuperado este viejo anhelo del Pérez Minik. “Queremos tener más compañeros con diferentes perfiles”, asegura Isaac Hernández. De esta manera, “se cambiaría la visión que se tiene del centro, pues ya no somos un reformatorio”.
En la misma línea, Ángel Pérez sostiene que “la gente del Minik no es como la pintan fuera, es decir, son maravillosas personas”. Para cambiar esta imagen negativa, el colectivo estudiantil pretende que su instituto sea un referente más en la Isla aumentando las alternativas formativas para sus alumnos, como ya lo son otros de la misma zona como el Viera y Clavijo o La Laboral.
Isaac Hernández ha llegado a la conclusión de que hay un cúmulo de prejuicios que han favorecido a la mala imagen que se tiene del centro y que a su vez propician que pocos alumnos de la zona se decanten por el mismo, en comparación con otros institutos. Respecto a esto último, Hernández asegura que “al haber pocas personas la oferta es menor y, por tanto, los estudiantes optan por irse a otros centros”. “Precisamente eso es lo que queremos cambiar”, concluye.
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