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Trujillo liga la diversificación a la ordenación del suelo y la formación

El presidente del CES recomienda en el Parlamento medidas que no dependen del exterior, sino solamente de los canarios, en un contexto internacional “lleno de incertidumbres”
El presidente del CES-Canarias, Blas Trujillo, presentó ayer en la comisión parlamentaria el informe sobre 2017. Mario González
El presidente del CES-Canarias, Blas Trujillo, presentó ayer en la comisión parlamentaria el informe sobre 2017. Mario González
El presidente del CES-Canarias, Blas Trujillo, presentó ayer en la comisión parlamentaria el informe sobre 2017. / Mario González

El presidente del Consejo Económico y Social (CES), Blas Trujillo, recomendó ayer dos medidas para diversificar la economía canaria que no dependen del exterior, sino solamente de los canarios: el ordenamiento del suelo y la formación de las personas. Trujillo compareció en la comisión correspondiente del Parlamento regional para presentar el informe del CES correspondiente a 2017, si bien el debate parlamentario se centró más en la situación económica y social actual y las perspectivas de desaceleración económica.

“Estamos en un contexto lleno de incertidumbre”, dijo. Trujillo citó los problemas comerciales y de relaciones entre Estados Unidos y China, el brexit o las dudas sobre la Unión Europea, en cuyo Parlamento podría haber hasta el 30% de diputados euroescépticos a partir de las elecciones de mayo, advirtió. “La gobernanza” en España, el marco financiero europeo, “en el que nos va la vida”, el sistema de financiación autonómica, la aplicación práctica del REF y del Estatuto definen “el escenario en el que nos vamos a mover”, apuntó Trujillo. Sobre la diversificación económica y el cambio de modelo, coincidió con los diputados en que sería mejor no depender tanto del turismo, pero lo importante es, en todo caso, articular las políticas para ser lo mejor posible en todo lo posible “sea de la naturaleza que sea”, sin desechar nada. Y, además, hay algo que “depende solo de nosotros”, como la ordenación y planificación del suelo, ya que pese a que hay una ley del suelo aprobada esta legislatura, la mayoría de los municipios no tiene adaptado el planeamiento. La otra variable en la que se puede actuar y para lo que no se depende del exterior es “el capital humano”, la formación y la cualificación.

El diputado de CC Juan Ramón Hernández se mostró partidario de la diversificación, pero a la vez “pragmático”, lo que le lleva a plantear que lo que hay que hacer es profundizar en la especialización en el sector terciario, en particular el turismo, y conseguir que cada vez más parte de las rentas que genera se queden en las Islas. Gabriel Corujo, del PSOE, consideró que la desaceleración del crecimiento económico y el auge de los destinos turísticos competidores está llegando sin que en Canarias se hayan hecho los deberes en cuanto a la modernización y cualificación de la oferta turística. José Tomás Estalella, del PP, opinó que, si la fortaleza económica de Canarias es el turismo, hay que trabajar en ese aspecto, sin renunciar a la diversificación.
El diputado de Podemos Manuel Marrero incidió en priorizar la lucha contra la pobreza y la exclusión y las deficiencias en los servicios públicos, y arguyó que no se puede salir de esa situación si las políticas públicas se centran en rebajas fiscales que reducen los ingresos públicos. Para Esther González, de Nueva Canarias, la diversificación económica y el cambio de modelo son unos de los fracasos del Gobierno de Canarias en los últimos cuatro años, porque “seguimos teniendo todos los huevos en la misma cesta”. Jesús Ramos Chinea, de ASG, también constató que la estructura del PIB canario se mantiene dependiente del turismo y mostró su preocupación por la sobredepedencia de la economía del Archipiélago en el sector servicios.

Al entregar, en enero, a la presidenta del Parlamento, Carolina Darias, el informe anual del CES referido a 2017, Blas Trujillo alertó de que los indicadores sociales en Canarias continúan siendo “claramente insoportables”, pese al crecimiento económico de los últimos años y la mejora de los índices de pobreza y desempleo. En ese año se registraron 30.000 nuevos afiliados a la Seguridad Social, pero en 2016 habían sido 40.000 y en 2018 bajó a 26.000, lo que refleja la desaceleración económica que se está produciendo, con una previsión de crecimiento para 2019 que se reduce al 2,2%, expuso Trujillo.

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