Hace unos días fue el Roque de Jama, entre San Miguel y Arona, el que apareció con pintadas. Ahora ha sido el Roque de Igara, muy cerca de allí en el municipio de Arona, de igual importancia geológica y geomorfológica y también un espacio de enorme valor para los guanches. La Fundación Telesforo Bravo Juan Coello sigue denunciando estos hechos, a lo que hay que sumar también otras pintadas y atentados al medio natural de la Isla, como los sufridos en el barranco del Infierno -pese a que está gestionado por una empresa privada- o los habituales que se suceden en Las Cañadas del Teide, por citar dos ejemplos más.
En palabras de los geólogos Alfredo Hernández-Pacheco, Julio de La Nuez, Carmen Rosa Cubas, Francisco Hernán y Soledad Fernández Santín, “el Roque de Igara forma la cumbre de un relieve en las series antiguas que enmarcan el Valle y durante su formación la envoltura externa en proceso de consolidación, debió agrietarse y romperse, dando salida por fisuras reticulares a lavas viscosas desde su interior. Estas al solidificarse formaron a su vez costillares que dan al domo su aspecto característico”. “Una persona ignorante, profundamente inculta y creyéndose artista ha destruido las paredes de una cavidad en su parte superior, grabando un ojo egipcio.En este caso podemos hablar de un daño irreversible porque ha sido dibujado rayando la piedra”, comenta Jaime Coello sobre este nuevo atentado medioambiental, que supera a daños anteriores realizados con spray.
“Estamos muy enfadados, sentimos una rabia profunda y una enorme impotencia porque están destruyendo nuestro patrimonio natural y no podemos hacer nada por evitarlo, excepto, ser testigos y denunciar una y otra vez lo que está pasando”, escribe en el Facebook de la Fundación.
Recuerda Jaime Coello, que la proliferación del uso del spray en espacios naturales protegidos, medio natural en general y patrimonio arqueológico es preocupante.”Estas pinturas en muchos casos son plásticas y difíciles de eliminar por lo porosas que suelen ser las rocas.Al disolverlas,pueden dañar las piedras, además de liberar sustancias tóxicas.La degradación continúa y no hay un solo día que no recibamos imágenes nuevas”, como las denunciadas hace unos días en la zona de Ifonche, en Adeje, dentro del espacio natural protegido del barranco del Infierno, que cuenta, por cierto, con una gestión privada desde que se reabrió hace tres años.
Y mientras tanto siguen apareciendo piedras y rocas pintadas, aparte del amontonamiento artificial de las mismas, en el parque nacional de Las Cañadas del Teide. Hay que recordar que el Plan Rector de Uso y Gestión considera infracción: La realización por cualquier procedimiento de inscripciones, señales, signos o dibujos, en el terreno, o en piedras, rocas, vegetales o en los bienes muebles o inmuebles propios del parque nacional. Y todo esto hablando solo de Tenerife, porque la Fundación Telesforo Bravo Juan Coello tiene constancia de similares atentados, por no llamarlo gamberradas, al medio natural en casi todas las Islas.