la laguna

Más de 40 años dando vueltas por el mundo

Jesús Ramallo podría considerarse uno de los agentes de viajes más veteranos de las Islas, ya que a sus 80 años sigue viajando por Europa con grupos de su agencia
El lagunero Jesús Ramallo es propietario, junto con sus hijos, de la agencia Viajes Ramalugo, en La Laguna. Sergio Méndez
El lagunero Jesús Ramallo es propietario, junto con sus hijos, de la agencia           Viajes Ramalugo, en La Laguna. Sergio Méndez
El lagunero Jesús Ramallo es propietario, junto con sus hijos, de la agencia Viajes Ramalugo, en La Laguna. Sergio Méndez

A sus 80 años, Jesús Ramallo (1938, La Laguna) lleva 42 de ellos viajando alrededor del mundo como agente de viajes, lo que probablemente le convierte en la actualidad en el más mayor aún en activo de todo el Archipiélago. Y es que aunque Jesús ya está retirado, sigue ayudando a sus tres hijos con el negocio familiar, Viajes Ramalugo (calle Juana Blanca, 2, La Laguna), acompañando incluso aún a algunos de los grupos de viaje que organiza la agencia por Europa. Jesús lo tiene claro: “Sigo aquí porque me gusta, si no voy con los grupos y les echo una mano a ellos, estaría sentado en un banco o jugando al dominó en los bares, y ya prácticamente me hubiese muerto, porque esto me da vida”.

Su hijo le ha tomado el relevo en los viajes nacionales, acompañando a esos grupos, pero Jesús sigue realizando seis o siete viajes al año a destinos como Normandía, Bretaña, Serbia, Bulgaria, Praga, Moldavia, Alemania, Polonia…. “La gente me lo pide, los clientes, que les acompañe, porque ellos están acostumbrados a que yo antiguamente iba”, en una época en la que llegaba a hacer entre 14 y 16 viajes al año, recuerda. “Yo me siento bien, estoy bastante bien de salud, aunque no puedo ya caminar mucho”, por lo que, “algunas veces, ya las visitas con los guías locales no las hago, porque ya conozco todo y si hay alguna que no conozco, voy para aprender y ver”.

En estos viajes de grupo, Jesús les acompaña, “doy consejo cuando me lo piden, ayudo con la organización, porque hay mucha gente que pregunta cómo son las cosas, como qué se va a comer, porque nosotros en los grupos vamos con todo completo y lo más difícil siempre son las comidas”, apunta. Se trata de grupos de todas las edades e islas, “y hay muchas personas que llevan muchos años viajando conmigo. Hay un sacerdote que lleva 36 años viajando conmigo, y otra señora también”, indica; así como grupos, como uno que han denominado el de las maestras, “porque son muchas maestras y quieren que yo vaya con ellas”, relata.

Jesús llegó a esta profesión, que califica de “preciosa”, un poco de casualidad. “Me metí en este mundo porque yo era presidente de un equipo de fútbol, y me llamaron de Barcelona, una empresa, para ver si llevaba equipos de fútbol para allá, y todo eso era aviones, restaurantes, hoteles…. Y entonces me nombraron delegado aquí de esa empresa y así empecé. Y luego fui a trabajar a Viajes Fernando Poo, que ya está cerrada la agencia, y empecé con Juan Muño. Ahí estuve unos nueve años y empecé a aprender todo lo relacionado con esto, y estaba especializado en los grupos”, rememora.

El lagunero Jesús Ramallo es propietario, junto con sus hijos, de la agencia           Viajes Ramalugo, en La Laguna. Sergio Méndez
El lagunero Jesús Ramallo es propietario, junto con sus hijos, de la agencia Viajes Ramalugo, en La Laguna. Sergio Méndez

De ahí dio el salto a la independencia, abriendo su propia agencia, que el próximo julio cumplirá justo 30 años desde su apertura, primero en un local cercano y luego en su actual ubicación, donde llevan ya 25 años.

El salto a Praga

Con la crisis, la empresa tuvo que liquidar a algunos de sus empleados, quedándose solo la familia, y que descubrir potenciales destinos, como Praga. “Un amigo mío me dijo que aquello era una buena plaza para uno levantarse, en aquella época no iba mucha gente a Praga y era barato; y ahora, pues mira, está todo lleno. En un hotel me ofrecieron una habitación, donde me puse a trabajar a llevar grupos de aquí para allá. Yo llegué allí en 2001 y en 2002 empecé a llevar grupos, que fue cuando me cogieron las inundaciones y tuve que cancelar muchos grupos”, explica. Allí hizo importantes contactos que le ayudaron mucho entonces, y aún hoy en día, como “la señora Liliana, que sabe 8 o 9 idiomas, que conocí trabajando de recepcionista en un hotel, estando yo allí con mi oficina. Le dije que si me echaba una mano y me ayudó bastante y me sigue ayudando. Ahora se va conmigo a Francia con un grupo”, así como “Fernando del Castillo, que estuvo conmigo uno o dos meses en el verano de 2003 o 2004, en Praga, ayudándome con los grupos, un chico de aquí”. “Y también la señora Lenka, una de las dueñas de Canarias Travel, que también me ha echado una mano en los aviones”, indica.

Tras haber recorrido gran parte del mundo, para Jesús “Praga es la ciudad más bonita del mundo, a parte de mi La Laguna”. “Es muy acogedora, es la capital de la República Checa, pero muy pequeñita, no tiene grandes avenidas. Para ver el casco antiguo vas caminando, la ciudad no es grande”, indica.

Sin hotel en París

Con 42 años de profesión, Jesús atesora muchísimas anécdotas. “Una vez llevé a un grupo de 40 personas a París y estaba toda la gente de los hoteles en huelga, y al llegar al hotel algunas personas al subir a la habitación se ducharon y ya estaban durmiendo, pero otras tenían las habitaciones sin recoger, sucias. Pues bajaron a la recepción y aquella gente quería que les buscaran otro hotel, y quienes se encontraron con las habitaciones limpias, pues tuvieron que bajar. Nos metimos en la guagua y a buscar otro hotel en París, hotel por hotel, estuvimos por lo menos cinco horas buscando, y todos cerrados porque estaban en huelga. Y me dice una señora: vámonos a Disneylandia, que está fuera de París y tiene muchos hoteles. Pues llegamos y todo cerrado, y decidimos quedarnos esa noche durmiendo en la guagua en Disneylandia. Y un señor se forró con una bolsa de plástico y se echó a dormir a un lado de la guagua, en la calle, y llega un camión de la basura y si el señor no se llega a mover un poco, lo cogen con la basura y lo meten en el camión. Al día siguiente por la mañana ya tenía yo un hotel de cuatro estrellas en el mismo centro”, recuerda.

Además, Jesús organiza en muchos de estos viajes en grupo comidas canarias, como rancho, papas con costillas, una chuletada… “Antiguamente me metía yo en la cocina, ya no, ahora me ponen los cocineros y hacen lo que yo les digo, en hoteles y restaurantes”, explica.

En estos 42 años no solo la crisis se ha notado, sino también la irrupción de Internet, “sobre todo en la venta en mostrador, pero en los grupos no tanto”, señala este agente de viajes. “Nosotros vamos escapando, nos conoce todo el mundo, de momento lo vamos manteniendo”, afirma Jesús, quien confía en que alguno de sus siete nietos tome algún día las riendas del negocio, asegurando el relevo generacional y muchos más años de viajes por todo el mundo.

TE PUEDE INTERESAR