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Pequeños pasos para grandes propósitos

La asociación de vecinos El Pescador, de San Andrés, desarrolla una campaña para embellecer el popular pueblo pesquero con murales y la plantación de un jardín a la entrada de Anaga
Aspecto del jardín a la entrada del pueblo, con los nuevos dragos. DA
Aspecto del jardín a la entrada del pueblo, con los nuevos dragos. DA
Aspecto del jardín a la entrada del pueblo, con los nuevos dragos. DA

Anaga, Abicor, Ibaute y Traslarena son, desde el pasado lunes, cuatro nuevos vecinos del pueblo de San Andrés. Se trata de cuatro dragos que la Asociación de Vecinos El Pescador ha plantado en un pequeño jardín justo a la entrada del pueblo. El objetivo de esta acción es el mismo que el de toda la campaña puesta en marcha hace unos meses, y que no es otro que embellecer San Andrés.

La Asociación de Vecinos El Pescador lleva años velando por el bienestar de los vecinos de San Andrés, y, desde hace poco más de uno, lo hace con un impulso renovado gracias a su nueva directiva. En este año no solo han peleado por mejorar aquellos puntos que los propios vecinos han ido demandando, sino también por incorporar la cultura o la cooperación vecinal. Una de las metas que se trazaron fue la de cambiar progresivamente el aspecto estético del pueblo. Murales llenos de color hacen que las paredes dejen de ser simplemente eso, paredes, para convertirse en elementos de decoración. Sin embargo, el primer objetivo de ese embellecimiento, el que pretendían que fuera el primer paso y el más significativo de ese empeño, no pudieron llevarlo a cabo hasta este pasado lunes.

“En el primer mes de junta directiva nuestra mirada se centró en un pequeño jardín situado en la misma entrada al parque rural de Anaga, hecho que nosotros entendimos que era aún más relevante de cara a que ese espacio estuviera lo más cuidado posible”, explican desde la asociación. “Solicitamos al Distrito de Anaga su limpieza y que se plantaran flores o plantas, que no fuera un espacio yermo, vacío y sin vida. A pesar de que se limpió, en todo este año, y a pesar de nuestra insistencia continua, no se ha plantado ni una flor”, añaden. El motivo de la inacción se la dieron desde el Distrito hace unas semanas: “Ese espacio en concreto no está adjudicado al mantenimiento por parte de Parques y Jardines, y por esa razón no podían actuar en el mismo”.

Eso no hizo que la asociación cejara en su empeño y buscó una alternativa. “Decidimos que nosotros mismos, como asociación de vecinos, seríamos los encargados de que aquel espacio sucio y dejado de la mano de los hombres se transformara en un lugar más bonito a la vista de propios y extraños”. Esa decisión fue la que en la calurosa tarde del lunes llevaron a cabo. “Pero no queríamos quedarnos ahí, sino que también pretendimos darle un sentido y una simbología a esa acción para que no quedara en el mero hecho de plantar sin más. Elegimos cuatro dragos para adornar aquel pequeño jardín y le buscamos un nombre a cada uno de ellos”, explican.

Mensaje de unidad y arraigo

Los nombres dados tienen que ver con “nuestra tierra y, de cara al pueblo, que transmitan un mensaje de unidad, de no conformismo y de arraigo”. Tres de los nombres fueron elegidos por El Pescador: Anaga, Ibaute y Abicor (por los nombres aborígenes de los dos valles que atraviesan el pueblo) y faltaba un cuarto, para el que decidieron involucrar a los vecinos del pueblo a través de las redes sociales.

“Después de muchas propuestas, decidimos que ese nombre con el que íbamos a bautizar al cuarto drago sería el de Traslarena, nombre que se le daba a la playa de Las Teresitas por nuestra gente antigua”. Hasta este pasado lunes nadie sabía para qué quería El Pescador el nombre solicitado. “Pretendemos que esta simbología vaya a más y que cuando el jardín esté plantado y cada drago tenga su cartel con su nombre, a través de las redes sociales y de fotografías, los vecinos de nuestro pueblo vean en qué se ha convertido ese jardín. Luego vendrá una etapa de mantenimiento del espacio y los dragos, y en eso se basa también nuestro mensaje: en cuidar y respetar el entorno”.

Dos murales

La campaña Vistamos San Andrés de mil colores se inició hace unos meses con el pintado de los dos murales del puente y continúa ahora con el jardín. Tanto los dos murales como este espacio han sido recuperados por el pueblo, sin la intervención de ninguna Administración, y es precisamente ahí donde radica su fuerza y su importancia.

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