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La ejecución presupuestaria llega a un tercio del total hasta julio

La Concejalía de Hacienda confía en que a final del ejercicio el porcentaje de gasto haya crecido y apuesta por introducir en las cuentas del próximo año solo aquello que se pueda realizar
El edificio de General Antequera ya se encuentra en obra para ser reutilizado como oficinas municipales, una intervención que se pretende extender al resto de edificios de propiedad municipal. DA
El edificio de General Antequera ya se encuentra en obra para ser reutilizado como oficinas municipales, una intervención que se pretende extender al resto de edificios de propiedad municipal. DA
El edificio de General Antequera ya se encuentra en obra para ser reutilizado como oficinas municipales, una intervención que se pretende extender al resto de edificios de propiedad municipal. DA

Uno de los caballos de batalla de la Concejalía de Hacienda será ajustar el presupuesto de 2020 para que en él se meta solo aquello con lo que se pueda cumplir. De hecho, este año, desde la llegada a la concejalía de su nuevo responsable, José Sabaté, una de sus preocupaciones se ha centrado en la ejecución presupuestaria. El edil reconoce que no está del todo satisfecho, aunque confía en que se acelere porque “suele hacerlo en el último cuatrimestre del año”.

Sabaté admite que ha mejorado algo desde que llegara el PSOE. “No digo que sea mérito nuestro, sino porque se va incrementando la ejecución a medida que va avanzando el año. La verdad es que el primero de abril era bastante bajo, en mayo ya subió algo y ahora en julio podemos decir que está ejecutado más o menos un tercio”.

Según los datos que maneja el concejal, en estos momentos del total de presupuesto de gasto, que con las modificaciones ascendió a 330 millones, se habían reconocido obligaciones de pago por 69 millones, y pagado 63, en los primeros meses del año. “En julio, de los 330 incrementados, las obligaciones ya eran de 97 millones y los pagos realizados de 84, no llega a una tercera parte pero casi”, admite el edil.

Reconoce que le queda por delante un seguimiento exhaustivo del gasto en los servicios, que hay que mover, agilizar y preguntar. También entiende que quizás “hubo cierta paralización por la campaña”. Insiste en que a final de año mejorará la ejecución presupuestaria y en ningún momento apunta que la baja ejecución presupuestaria, una de las principales críticas al anterior equipo de Gobierno municipal, se deba a la desidia de sus antecesores, a los que defiende, y señala el buen trabajo hecho.

Este año, asegura, si todos cumplen el cronograma que ya se ha aprobado, “el presupuesto estará en vigor el 1 de enero. Según los plazos que hemos establecido, y si todo el mundo envía sus previsiones en tiempo, se supone que a finales de noviembre podríamos ya llevar a Pleno, para su aprobación definitiva, el presupuesto de 2020, entrando en vigor el 1 de enero”.

Plan de sedes

Una de las consecuencias de presupuestar acertadamente es poder incluir gastos plurianuales para la recuperación de edificios municipales que están necesitados de rehabilitación. Para eso es necesario conocer al detalle el estado en el que se encuentran esos inmuebles, sus capacidades o sus necesidades y posibles usos. Conocer todo estos detalles del patrimonio municipal es otro de los objetivos que se ha marcado la Concejalía de Hacienda con la elaboración de un plan de sedes. Edificios como el de General Antequera, ya en obras, la antigua Escuela de Comercio, con plan de rehabilitación, pero también el de Ireneo González, o, cómo no, el Viera y Clavijo, un edificio pendiente de reeditar el convenio con el Gobierno de Canarias. Según explica el concejal de Hacienda, “el servicio de Patrimonio ya cuenta con un catálogo de todo el patrimonio municipal y en estos momentos se está actualizando la valoración del mismo. Queremos desarrollar un plan de sedes, que iniciaremos con los edificios de mayor envergadura”.

Según Sabaté, se trata de decidir qué uso se le quiere dar. “Con este plan podremos saber en qué estado están los edificios más significativos, cuánto costaría restaurarlos, qué posibles usos se les pueden dar, cuál es la catalogación urbanística que tienen, y otras que se pueden dar. De tal manera que cuando precisemos de un edificio para un determinado uso ya tengamos toda la información previa y así será mas fácil planificar”. Añade el edil que “si ya sabemos lo que puede costar rehabilitar un determinado edificio, evitaríamos meternos en camisa de once varas destinando gastos plurianuales en el presupuestos sin saber si podremos cumplir con los plazos”.

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