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Otros dos puntos que vuelan del Heliodoro

El Racing de Santander araña en el minuto 93 un inmerecido punto del feudo blanquiazul
TENERIFE-RACING 1
TENERIFE-RACING 1
Un momento del encuentro Tenerife-Racing. FRAN PALLERO

En una tarde otoñal desapacible, el Tenerife no logró reconciliarse con su afición tras empatar frente al Racing de Santander. Pese a meter tres goles, obra de Malbasic, Bermejo y Lasso, el cuadro santanderino siempre logró meterse en el partido y mantener la incertidumbre hasta el final, que fue cuando dio la puntilla a su rival. En el 93, Yoda, de cabeza, estableció una igualada que deja un pésimo gusto en los blanquiazules.

En lo que es su enésima revolución, López Garai volvió a realizar cambios estructurales en el once inicial. Por ejemplo, sentó de nuevo a Naranjo en el banquillo. Aitor Sanz partió como suplente, por lo que Alberto se fue a la medular junto a Milla y a Lasso, quien retornó tras cumplir con un partido de sanción. Malbasic fue la referencia ofensiva inicial con la que empezó a jugar el Tenerife

Nada más pitar el inicio del partido, el Tenerife advirtió al cuadro racinguista de cuáles eran sus intenciones después de encajar tres derrotas consecutivas en casa. La consigna era ganar a toda costa, sin hacer miramientos. Milla y Bermejo, con sendos disparos sobre la meta santanderina, dejaron clara esta intención. Luca Zidane desbarató este doble compromiso bajo palos.

A los 13 minutos, el CD Tenerife encontró el camino del gol gracias a una genial asistencia de Bermejo. Por alto centró un balón que fue directo hacia donde se estaba desmarcando Malbasic. El balcánico controló la pelota con la derecha y con la misma pierna fusiló al hijo del entrenador del Real Madrid, quien no pudo hacer nada para encajar el primero de una lluviosa tarde.

El gol de Malbasic no apaciguó los ánimos de los locales, que siguieron acosando la meta cantábrica con el objetivo de lograr el segundo. ¡Y vaya que si llegó! El cuarto gol de la temporada de Bermejo apareció en forma de obra de arte. Cabalgada de Luis Pérez por el costado derecho y centro a la frontal del área para el jugador catalán que, libre de marca, apuntó con su fusil de mirilla láser y colocó un derechazo en la escuadra de la portería del Santander. Imparable para Zidane y un golazo que será, sin duda, de los mejores de la jornada.

Pero cuando parecía que la contienda se desequilibraba definitivamente para el cuadro tinerfeño, el Racing de Santander acortó distancias en el marcador. Alberto hizo lo de siempre, complicarse la vida cuando le toca jugar sencillo. Perdió la pelota en la zona de seguridad de su equipo con todo el rival encima. Lombardo aprovechó el regalo y marcó el 2-1 con un disparo muy cruzado que se coló por el palo izquierdo de la meta de Ortolá. Un fallo, el de Alberto, castigado por el público en un primer momento, pero luego el majorero recibió el indulto del Heliodoro antes del descanso.

El Racing se fue contento al vestuario, sabiendo que había encontrado un premio excesivo para lo poco que había propuesto. El bando rival se marchó a la caseta teniendo la sensación de que se había complicado la vida cuando tenía todo bajo control.

La segunda parte arrancó con cambio en el Racing (Olaortua entró por Alexis) y con el tercero blanquiazul de la tarde. Fue el gol de la fe, el de creer hasta el final. Un pase larguísimo por el carril derecho puso en evidencia el buen estado de forma que atraviesa Luis Pérez. El lateral no permitió que el balón saliera por la línea de fondo y corrió como un poseso. Tanto que sobre la misma línea sacó un pase extraordinario que cabeceó Borja Lasso al fondo de la portería. Otro bonito gol y, de nuevo, el Tenerife cobraba una ventaja más que suficiente.

Pero el Racing, animado por un numeroso grupo de seguidores que se encontraban en Tribuna Alta, se empeñó en animar el choque. Acto seguido se volvió a meter en el partido otra vez con otro tanto de Lombardo. El marcador reflejaba un 3-2 cuando el partido caminaba hacia la hora de partido.

El primer cambio en las filas del Tenerife sirvió para que el Heliodoro se pusiera en pie para despedir a Borja Lasso. Primoroso partido el del andaluz, con tanto incluido. Entró en la cancha Aitor Sanz para reforzar la medular. El segundo llegaría poco después, en el 75, y fue refrescar el costado derecho: Nahuel se sentó y entró al campo Suso. La tercera y definitiva se produjo en el 77. López Garai sentó a Malbasic y puso en la cancha a Miérez.

El Racing afeó la recta final del encuentro, en el que se jugó más bien poco. Los jugadores de Iván Ania se cargaron de faltas y de tarjetas amarillas que realentizaron en exceso el juego, algo que por otra parte favorecía al Tenerife, que era el que mandaba en el marcador. Aún así, el equipo peninsular tuvo algunas ocasiones para marcar el empate y llevarse un premio más que inmerecido de la Isla. Por ejemplo, Carmona en el 87 disparó duro sobre la meta de un Ortolá que tuvo problemas para repeler el balón. Pero lo peor estaba por llegar.

Ya en los minutos de prolongación, Yoda cabeceó una falta y Ortolá no pudo evitar el tres a tres con el que acabó el encuentro. Otro dos puntos que vuelan de un Heliodoro que hace mucho que no es el fortín que era antaño.

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