La lluvia dio ayer tarde una tregua a Candelaria para que pudiera llevarse acabo el tradicional encendido navideño, con presencia en la plaza del Centro Cultural la Villa, de la alcaldesa Mari Brito y el nuevo prior de la Basílica, Juan Ramón Enjamio, aunque la verdadera protagonista fue la niña Amaya Martín, que en brazos de la regidora municipal ordenó el encendido del viejo casco de la Villa Mariana.
A partir de ese momento, además, quedaba inaugurado el siempre espectacular belén, cuidado el exconcejal de Cultura, Alfredo Arencibia, su auténtico impulsor, unido al esfuerzo del personal de Obras y Servicios y Cultura.
El belén refleja sobre 200 metros cuadrados una exquisita representación de los diferentes pueblos que componen el municipio con guiños a los elementos más significativos de cada uno de ellos, como son iglesias, molinos, eras y lagares, entre otros, además de poner en valor el patrimonio cultural inmaterial de la Lucha Canaria, la Ceremonia de los Guanches o la Danza de la Santísima Trinidad de Igueste.
El concejal de Cultura, Manuel González, señala que este año se ha ampliado la superficie del techo que permitirá realizar con un mayor realismo las transiciones del día y la noche, además de incorporar nuevas figuras con movimiento.
Suspendida la Feria de Tapas y Vinos -se aplazó al 13 de diciembre-, por la lluvia, al menos los visitantes pudieron disfrutar anoche de rosquetes y vino dulce.