puerto de la cruz

Presentan un novedoso proyecto que reduce los nitratos en el agua

La solución es una planta de ósmosis inversa que además permitirá levantar la actual restricción en el consumo y al ser sostenible acabará con los malos olores del saneamiento
Los representantes insulares, locales y de la empresa Aqualia presentaron ayer la planta de ósmosis inversa. DA
Los representantes insulares, locales y de la empresa Aqualia presentaron ayer la planta de ósmosis inversa. DA
Los representantes insulares, locales y de la empresa Aqualia presentaron ayer la planta de ósmosis inversa. DA

“Es el principio del fin de las restricciones, de los malos olores”, dijo ayer el alcalde del Puerto de la Cruz, Marco González, al presentar el proyecto piloto que permitirá reducir los nitratos en el agua y por lo tanto, levantar la restricción que existe en el consumo para embarazadas y menores de tres meses.

González presentó la iniciativa en la planta El Esquilón II de Aqualia, la empresa concesionaria de Aguas, acompañado del consejero insular del área de Desarrollo Sostenible; Javier Rodríguez Medina; el director de Aqualia en la delegación de Canarias; Emilio Fernández, y el responsable del área de Ecoeficiencia de I+D+I de la empresa, Víctor Monsalvo, quien explicó técnicamente el proyecto.

La solución que se presenta es una planta de ósmosis inversa que permitirá eliminar el exceso de nitratos con una capacidad de producción de hasta 20 metros cúbicos. Es una solución sostenible, con lo cual se cumplen doblemente las expectativas, ya que mejorará el ciclo integral del agua y acabará con los malos olores del saneamiento.

El proyecto consiste en captar agua de una galería municipal con una elevada concentración de nitratos. Al pasarla por unas membranas totalmente novedosas denominadas biomiméticas, cuyo funcionamiento es similar al del riñón, se reducen los nitratos en un porcentaje muy elevado hasta conseguir una presencia de esta sustancia “casi testimonial” respecto a la concentración que el agua tiene en origen. Al separarse, se convierte en un producto absolutamente inocuo, como es el nitrógeno gas que pasará a la atmósfera, detalló Monsalvo.

Esto último se realiza en unas cubas de plástico reciclables en las que se introducen elementos naturales, como pueden ser los restos de poda del municipio, que provocan una reacción química natural convirtiéndolos en nitrógeno gas y dejando un producto que es agua inocua.

Un tercer subproyecto asociado a los dos anteriores es un testeo de la red de alcantarillado que recibe este producto resultante y elimina la presencia de sulfuros de agua residual que es lo que ocasiona el mal olor.

Fernández declaró que la empresa lleva dos meses haciendo pruebas para conseguir estos objetivos con resultados “ampliamente satisfactorios”. Ello supone que en verano se estará en condiciones de “escalar el proyecto”, es decir, con la tecnología ya aprobada, dimensionar y construir una planta a escala real que pueda dar solución a la restricción en todo el municipio.

Por su parte, Fernández manifestó que el departamento de I+D de Aqualia trabaja desde hace muchos años en buscar soluciones innovadoras basadas en la ecoeficiencia y en la economía circular para reducir el impacto de la huella ecológica y el consumo de energía. Y en el Puerto de la Cruz consideran que han alcanzado estos objetivos.

Javier Rodríguez puso en valor el trabajo de Aqualia. Sostuvo que en Tenerife hay dos modelos de gestión del agua, a través de recursos propios (municipales) y de empresas concesionarias.

Según el consejero insular, los datos “son muy claros” y revelan que en el primero los rendimientos técnicos hidráulicos son muy bajos, “pírricos en algunos casos”, con rendimientos que están en torno al 30% o 40%. “Eso quiere decir que los municipios pierden 2 de cada 3 litros de agua”, ejemplificó. En el segundo modelo, sin embargo, la realidad es diferente, y en el caso concreto del Puerto de la Cruz, por ejemplo, el rendimiento alcanza el 85%.

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