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Un Carnaval de sobresaltos

La fiesta más importante de Tenerife sufre los reveses de las condiciones climatológicas y la llegada del coronavirus; entre tanto, los ciudadanos opinan sobre el continuo estado de alarma generado por la desinformación y ponen sus esperanzas en que el destino les dé una tregua en la recta final de las carnestolendas
La calima no frenó a los carnavaleros ni el sábado ni el domingo. FOTO: Fran Pallero
La calima no frenó a los carnavaleros ni el sábado ni el domingo. FOTO: Fran Pallero
La calima no frenó a los carnavaleros ni el sábado ni el domingo. FOTO: Fran Pallero

Primero llegó la alerta meteorológica y luego, la alarma social por el coronavirus. El Carnaval santacrucero apenas tuvo un día de tranquilidad, el primer viernes, antes de que el viento y la calima entraran en acción el sábado y obligaran a las autoridades a suspender los bailes de la noche. El domingo, sin cancelación de actos, el temporal mostró su peor cara con los incendios en el Norte de la Isla, mientras que miles de personas bailaban bajo un manto marrón que hacía el aire irrespirable. Aún en medio del caos, el mismo lunes saltaba el primer caso de coronavirus en Tenerife.

No ajenos a la polémica, los ciudadanos han opinado tanto en redes como en las calles sobre todos estos asuntos. Viandantes como Eider, Saray, Gloria, Sagrario y Jonathan no creen que el coranavirus deba “aguarles la fiesta” y descartan dejar de salir por este motivo, siendo críticos con quienes utilizan las mascarillas sin padecer enfermedades.

Begoña, que reconoce que este año ha participado menos de la fiesta tanto por la calima como para no contagiarse, también opina que las mascarillas no son necesarias en la mayoría de los casos: “Lo he leído en un comunicado del Colegio Oficial de Farmacéuticos y también creo que lo ha dicho el Ministerio de Sanidad”, afirmó.

Mantenerse informado a través de los medios de comunicación y los canales oficiales es de gran importancia para evitar el rápido contagio de informaciones falsas que se está produciendo. Es por ello que Jonathan achaca la exageración de quienes usan mascarilla sin necesidad a “la cantidad de bulos que corren por las redes sociales”.

Gloria y David ponen el foco en el protocolo y dudan que la situación se esté tomando lo suficientemente. Mientras que ella cree que debe incidirse en las personas que llegan a través de los aeropuertos, David señala que la epidemia “tarde o temprano iba a llegar”.

Sobre el episodio de fuertes vientos y calima de este fin de semana, las opiniones son dispares. Hay quienes habrían suspendido la fiesta el domingo, como Sagrario o David, que señalan los riesgos de las altas concentraciones de calima. Gloria, Eider y Saray, sin embargo, hablan de la “la imposibilidad de reprimir las ganas de fiesta” y de la solidaridad con los comerciantes.

Las esperanzas de los ciudadanos, carnavaleros y propietarios de negocios está estos días en que el Carnaval con más sobresaltos les de una tregua. No solo es una cuestión económica, sino también la ilusión de quienes llevan meses esperando ser parte de la fiesta.

 

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