tacoronte

Alientan a los vecinos a colaborar con la reforma de Santa Catalina

os negocios que participen en la recaudación de fondos lucirán un cartel en su escaparate para incentivar a la ciudadanía y conseguir los 287.000 euros que debe aportar el Obispado
Cartel que lucen los escaparates de los negocios que participan en la recaudación de fondos para la iglesia. DA
Cartel que lucen los escaparates de los negocios que participan en la recaudación de fondos para la iglesia. DA
Cartel que lucen los escaparates de los negocios que participan en la recaudación de fondos para la iglesia. DA

La recaudación de fondos para rehabilitar uno de los templos de mayor valor histórico de la Isla, el de Santa Catalina, en Tacoronte, ha obligado a la Parroquia a afilar el ingenio. Desde que comenzaron las obras se han llevado a cabo rifas, venta simbólica de tejas (denominada ‘Operación teja’), procesiones por los barrios para que los ciudadanos tengan la posibilidad de hacer sus aportaciones o venta de pósters.

La novedad de estos días es que se está procediendo a colocar carteles en los escaparates de los negocios que participen en la recaudación de fondos. Una forma de motivar al resto de los empresarios y de agradecimiento a quienes lo han hecho. El ritmo de las obras es el adecuado y si no hay inconvenientes, la totalidad del templo estaría restaurado a finales de año.

El párroco de la Iglesia de Santa Catalina, Carlos Arciniega está al frente de esta monumental operación que requiere recaudar 1,8 millones, de los que el Cabildo se ha comprometido a aportar un 80% mientras que el Obispado hará lo propio con el 20% restante, cerca de 362.000 euros. Si se tiene en cuenta que de esta última cantidad sólo se han recaudado 75.000 euros, una cifra que está muy lejos del objetivo final.

El alcalde, José Daniel Díaz, ha comunicado al párroco su intención de colaborar en la restauración pero no puede concretar la cantidad, a falta de que se apruebe el presupuesto municipal. Para ejecutar la renovación de la iglesia se ha conformado lo que irónicamente, Arceniega llama el G-12 integrado por vecinos y en cuyas reuniones ha participado puntualmente el alcalde y miembros del grupo de gobierno. La función de este grupo ha sido reunir a ciudadanos que “nos han aportado una lluvia de ideas” para organizar actividades encaminadas a recaudar fondos.

El grueso de las actuaciones se centrará en el arreglo del tejado que sólo ha sido hasta ahora objeto de reformas parciales, pese a que sus graves desperfectos salían a la luz cada vez que llovía con intensidad, y también se vieron afectados los retablos de gran valor patrimonial. Por todo ello, el techado debe ser sometido a una rehabilitación absoluta que se prevé acabar a finales de año. Otro tanto ocurre con las humedades y la previsión de cambiar el pavimento de piedra antigua, aunque al intentarlo se han visto ante el riesgo de perder muchas de las piezas.

Entre las iniciativas para conseguir fondos está la ‘Operación Teja’ por la que cada vecino se convierte en dueño simbólico de una teja a cambio de una donación y una recaudación a raíz del traslado de Santa Catalina por los distintos barrios como patrona del municipio.

De la lotería se han obtenido 7.090 euros, con las rifas de varios cuadros y venta de publicaciones se sumaron otros 5.000 euros y de las visitas de Santa Catalina a los barrios se reunieron, 4.4013, de los que 3.300 euros fueron aportados por los vecinos de Lomo Colorado, uno de los puntos más humildes de Tacoronte. Otros 400 han llegado con la venta de dulces y de forma paralela se han abierto varias cuentas bancarias para que los vecinos aporten dinero y el resto con la campaña de anuncios en los escaparates.

Santa Catalina es la joya de la corona del municipio. De hecho, el templo se encuentra en el mismo estado en el que lo dejó quien ejercía de párroco y arquitecto en 1780, José Antonio Fernández Ocampo, natural de Tacoronte. Desde aquel año no se ha llevado a cabo ninguna reforma significativa.

Arceniega se muestra agradecido de todo lo que se ha conseguido pero cree que aún queda mucho camino por delante y por ello hace un llamamiento a las empresas para que colaboren con el fin de recuperar un elemento patrimonial que resulta básico para el municipio. En cuanto a las instituciones espera que, como mínimo, las aportaciones puedan repartirse a lo largo de varios ejercicios. “Queremos que todos sean conscientes de que estamos hablando de un bien histórico que es muy importante, que nos han dejado nuestros antepasados y que debemos conservarlo en el mejor estado posible para las generaciones venideras”, declara el párroco.

Arquitecto

El arquitecto encargado del proyecto, José Yeray Santos Santana apunta que en estos momentos las obras tienen una duración de cinco meses de manera que si las previsiones se mantienen podrán acabar a finales de año. En la actualidad, de las tres naves, la central está ya casi restaurada y se comienza a trabajar en la segunda. No obstante, señala que lo más preocupante es el estado de la madera, al tratarse de tea de primerísima calidad que se estaba comenzando a deteriorar. “Pero por suerte hemos llegado en el momento justo y ahora mismo estamos recuperando todos estos elementos básicos”, confirma.

En cuanto al estado del suelo, ratifica que efectivamente, “una pequeña cata nos apunta que es mejor no removerlo y por lo tanto nos limitaremos a limpiarlo”. Los próximos pasos serán la restauración de todas las piezas, poner nueva iluminación y sistema contraincendios, “de manera que los trabajos consistirán en proteger el edificio y contar con las medidas para atajar cualquier incidente que se pueda producir”. De forma paralela se da gran importancia a la impermeabilización tanto del tejado como para evitar que el agua acceda al templo.

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