cultura

Cuentos y relatos para resistir el confinamiento

‘#Quédateencasa con la palabra’ es una propuesta del equipo del Festival del Cuento de Los Silos para compartir todos los días a las 19.00 horas un relato de diferentes autores
Ernesto Rodríguez Abad estaba en Costa Rica cuando le surgió la iniciativa, que trasladó al equipo del festival y fue aceptada de forma inmediata. DA
Ernesto Rodríguez Abad estaba en Costa Rica cuando le surgió la iniciativa, que trasladó al equipo del festival y fue aceptada de forma inmediata. DA
Ernesto Rodríguez Abad estaba en Costa Rica cuando le surgió la iniciativa, que trasladó al equipo del festival y fue aceptada de forma inmediata. DA

“Si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón”, le dijo el zorro a El Principito. Una frase que refleja la importancia de los ritos para diferenciar un día, un momento de otro y hacerlo especial.

Convencido de que los rituales son importantes, el director del Festival del Cuento de Los Silos, Ernesto Rodríguez Abad, propuso a su equipo contar todos los días a la misma hora un cuento para ayudar a la sociedad a pasar mejor el confinamiento.

Así, de lunes a domingo a las 19.00 horas en el canal Youtube del festival, se puede disfrutar de un rato de literatura que, al menos por unos minutos, traslada al público a otros mundos y le arranca una sonrisa.

Ese es el objetivo de #Quédateencasa con la palabra, una iniciativa que surgió en Costa Rica, en plena crisis del coronavirus. Allí se encontraba Rodríguez Abad participando en un festival de narración y con todos los avatares de volver a España, habló con el vicedirector del Festival, Cayetano Cordobés y el resto del equipo y les hizo la propuesta, que todos aceptaron de forma inmediata y desinteresada.

Grabó el primer cuento en el hotel del país centroamericano y para el estreno eligió la leyenda guaraní El colibrí, y a este primer relato le siguieron muchos más.

“Creo que deben ser cuentos breves, de tres o cuatro minutos porque la atención de la gente tampoco es fácil captarla a través de una cámara, sobre todo cuando defiendo que hay que contarlos en vivo, algo que en este momento es imposible”, sostiene el director.

La idea es que cada relato ‘aporte algo’, por eso no considera adecuado aludir al terror o a mensajes siniestros, sino que sean agradables, se puedan compartir en familia, y el destinatario sea todo tipo de público y sobre todo, que dejen una leve sonrisa. “Al menos mientras dure el estado de alarma”, subraya.

Para todos los gustos

Hay para todos los gustos, divertidos, como Madre Notable Sipilitabre, de Maruchy Hernández, Cuando nos hacemos mayores, de Andrés Novoa, El amor y el tiempo, de Moneyba Hernández, un relato sobre la importancia del amor, pero que también hace referencia a otros sentimientos como la vanidad, la tristeza, la alegría, o la sabiduría. La princesaTakaiko, contado por Federico Ramos o El pirata Malodor, la opción elegida por Marta Ramos, y acompañada de breves canciones.

Ernesto Rodríguez Abad está convencido de que la literatura y el arte pueden hacer mucho por la gente. “Además de hacernos reflexionar, ayudan a pasar este mal trago que estamos viviendo bro”, afirma.
“Es una época en la que todos tenemos que poner nuestro grano de arena y trabajar juntos y al mismo tiempo, es un momento para buscarnos a nosotros mismos y pensar sobre lo que está pasando”, añade el escritor y narrador.

En este sentido, más allá de #Quédateencasa, con la palabra hace hincapié en que todo el mundo sabe cosas, tiene historias que puede contar.

Así surgió Decamerón, obra maestra de la literatura de Giovanni Boccaccio, que narra cómo diez jóvenes se recluyen en una mansión en las afueras de Florencia, durante la peste bubónica o negra que asoló a esta ciudad italiana en 1348 y pasan el tiempo de confinamiento contando cuentos.

El equipo del Festival del Cuento de Los Silos quiere, por un lado, entretener al público que lo sigue tanto dentro como fuera de España, y al mismo tiempo, ayudar con un pequeño cuento que sirva después para estar y dialogar en familia.

“Esperamos que la gente sonría un poco, se evada, abra ventanas mentalmente y viaje a un bosque o a la selva del Amazonas y también piense, porque estamos en un momento en el que también tenemos que reflexionar sobre nuestra sociedad, nuestra manera de vivir, sobre lo que hemos hecho y lo que no. Nos hemos acostumbrado a vivir con prisas, con agobio y esta crisis nos lleva a replantearnos muchas cosas”, apunta.

Cuando el zorro habla con El Principito y le dice que tiene un amigo, le explica que lo más importante no es la hora en la que se encuentra con él, sino mientras se prepara para hacerlo, ya que todo ese ritual le hace pensar que algo especial está por llegar.

Como todos los días antes de las siete de la tarde, cuando el público se dispone a volar a través de la literatura hacia mundos imaginarios escuchando en casa los cuentos que le regala el equipo del Festival.

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