El alcalde del Puerto de la Cruz admite que la situación de alarma “no es fácil para nadie”

Bares, cafeterías y lugares señeros como el Lago Martiánez o Loro Parque cerrados, espacios públicos -playas incluidas- precintadas, y la presencia de la Unidad Militar de Emergencias en la estación de guaguas para controlar que se cumplan en el municipio todas las medidas dictadas decretadas en el estado de alarma para hacer frente a la crisis sanitaria del coronavirus (Covid-19). Esa era la estampa de ayer en el Puerto de la Cruz, desoladora para una ciudad turística. Y lo peor, anuncian hasta los más optimistas, está por llegar con el cierre de las fronteras y el ‘cero turístico’.

Es el caso del alcalde, Marco González, quien reconoce que “no es una situación fácil para nadie, ya que además no se ha dado nunca, es extraordinaria”. No obstante, el mandatario está tranquilo “porque confía en el grupo de gobierno, que ha dado los pasos que corresponden”.

González confirma que el domingo se vivió un momento complicado con el exceso de turistas en las vías, pero fue solventado con la ayuda de la Policía Local y la Nacional y el apoyo de Protección Civil. “Quizás por la confusión del borrador del Real Decreto, que se entendía que las medidas eran a partir del lunes”, explica el regidor.

Ayer la situación fue bastante distinta y se podía ver a los turistas en los balcones de hoteles y apartamentos tomando sol o disfrutando de las vistas, pero las calles más céntricas como el paseo San Telmo, la plaza del Charco o la carretera del Botánico, estaban casi desérticas.

González subraya que Puerto de la Cruz fue el primer municipio en prestar servicio de megafonía en cuatro idiomas para recordar que no se podía salir de los domicilios, ya que además del audio del ministerio en español e inglés, se le sumó otro en italiano y alemán.

“La realidad es que la ciudadanía y el sector empresarial entendieron perfectamente las indicaciones. Los portuenses dieron un ejemplo de responsabilidad que cubrió con creces cualquier expectativa, y la gente se desplazó para lo estrictamente indispensable”, sostiene el mandatario, quien recalca que en el municipio no se ha registrado ningún caso de Covid-19 pese a la cantidad de turistas.

Todo eso conllevó que no hubiera requerimientos y hasta pasado el mediodía de ayer, tampoco multas a personas por estar sin autorización en la vía pública.

Sin embargo, no puede obviar que hubo momentos difíciles, “como pedirle a la gente tranquilidad en un céntrico supermercado, en el que se pidió ayuda policial porque los clientes no hacían caso a las pautas dadas para entrar al recinto”.

El alcalde es consciente de que la situación económica de los próximos meses será muy dura, fundamentalmente para el pequeño y mediano comercio. Respecto a la posibilidad de otorgar ayudas, como las propuestas por el Partido Popular (PP), aclara que “no se puede legislar de abajo para arriba y por eso el Gobierno local espera que el central y autónomo anuncien las que pondrán en marcha”. Una vez dado este paso, “tocará sentarse y analizar con los servicios jurídicos cuáles puede emprender el Ayuntamiento”, añade.

En concreto, el PP pide que se apruebe una bonificación del 25 % en la cuota del IBI, aparejada al mantenimiento del empleo; una moratoria en el pago de los tributos a los ciudadanos, ampliándolo hasta el 31 de agosto, entre los que se incluya el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica; y que se contemple una partida no inferior a 500.000 euros para destinarla a subvenciones de incentivo de la economía local consistente en ayuda al pago del alquiler de locales comerciales, vinculadas al mantenimiento del empleo.