santa Úrsula

El amor también se encuentra en las redes

Susana es argentina y lo dejó todo para venir a Tenerife a vivir con Gregorio, a quien conoció en internet; llevan cinco años juntos
Gregorio Díaz González y Susana Mónica Font son felices juntos en Santa Úrsula aunque ninguno de los dos pensé alguna vez que volverían a encontrar el amor por internet. Sergio Méndez
Gregorio Díaz González y Susana Mónica Font son felices juntos en Santa Úrsula aunque ninguno de los dos pensé alguna vez que volverían a encontrar el amor por internet. Sergio Méndez
Gregorio Díaz González y Susana Mónica Font son felices juntos en Santa Úrsula aunque ninguno de los dos pensé alguna vez que volverían a encontrar el amor por internet. Sergio Méndez

Gregorio Díaz González conoció a Susana Mónica Font a través de internet, en concreto, por Facebook, una manera poco habitual para dos personas que tenían entonces 58 y 56 años, si se tiene en cuenta que los perfiles de edad que eligen esta vía para ligar con otra persona oscila entre los 26 y los 45 años.

Su historia en realidad fue la búsqueda de una amistad que a los pocos meses terminó en casamiento. Él le mandó una solicitud motivado por Tomás, su hijo, que insistió en que se tenía que relacionar de alguna manera después del fallecimiento de su esposa, al menos para hablar con alguien porque si algo deja claro “es que él no iba en busca de nada”.

“Dios me la puso adelante, fue la primera con la que hablé y la única”, cuenta. A Susana le llamó la atención que en su perfil no tenía una foto sino una flor. Aun así, lo aceptó.

Susana llevaba tiempo divorciada y le gustó que Gregorio, natural de Santa Úrsula, del barrio de El Farrobillo, siempre fue muy sincero y respetuoso. Hablaban todos los días hasta que Facebook dio paso al teléfono y se escucharon las voces. Estuvieron así seis meses hasta que ella decidió venir a la Isla.

Susana es de San Juan, una ciudad colonial de Argentina ubicada al oeste del país, la segunda productora de vinos, y capital de la provincia del mismo nombre. No tuvo que pensárselo demasiado porque no tenía nada que perder. Sus cuatro hijos ya son adultos, están casados y tienen su vida realizada. Aunque hubo amigas que le advirtieron que era un riesgo y que no sabía con lo que se iba a encontrar.

Ella, sin embargo, estaba convencida de que apostaba por una persona que valía la pena. Algo le decía en su interior que todo iba a salir bien. Y así fue y no se arrepiente de la determinación que tomó aunque confiesa que al principio extrañó un poco, sobre todo cuando pensaba en sus siete nietos.

Gregorio se emociona cuando cuenta su historia y muestra el vídeo del día que su mujer pisó por primera vez el aeropuerto Tenerife Norte para venir a vivir con él. Él la estaba esperando.
“Sufrió mucho”, dice Susana. Se refiere a que se quedó viudo cuando su hijo tenía 17 años y se tuvo que hacer cargo de él para que tuviera un porvenir. “Es muy buen padre”, recalca.

Y Gregorio se deshace en halagos cuando habla de su “retoño”, que todavía vive con ellos. A los dos años y medio de estar juntos, el 18 de agosto de 2017, decidieron casarse. No celebraron la boda de ninguna manera especial, fueron al juzgado y después a almorzar a Garachico, invitados por los padrinos de la boda.

Su hija vino a visitarla con su familia y asegura que quedó “encantada” con Gregorio y Tomás, igual que su nieto, “que le daba la mano todo el tiempo y se acostaba a dormir con él”.
Susana se ha adaptado muy bien en Tenerife y en Santa Úrsula. Pero le gustaría trabajar “de lo que sea” ya que todavía se considera joven y cree que tiene mucho para dar. Además, siempre ha sido independiente.

Es voluntaria de la Cruz Roja, donde enseñó tejido a varias mujeres “pero ya se terminó” y quiere conseguir algo aunque sea medio día.

Ninguno de los dos pensó que su paso por las redes iba a tener ese final y menos haber encontrado el amor, “porque hay mucho engaño”, dicen.

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