La leche materna es el mejor alimento para el bebé, ya que le aporta todos los nutrientes que necesita y le protege frente a enfermedades. Además, la lactancia aporta una serie de nutrientes especiales que favorecen el correcto desarrollo del bebé. Te recomendamos que consultes con un profesional de la salud cuando vayas a decidir sobre el tipo de alimentación de tu bebé.
En los primeros meses de vida, la leche proporciona todos los nutrientes que necesita el bebé, pero a partir de los 6 meses, o incluso antes, el aporte energético de algunos nutrientes puede ser insuficiente, lo que hace imprescindible el inicio de la alimentación complementaria. En ese momento empiezan las dudas: ¿puedo darle fruta? ¿Podrá comer arroz?, ¿ y huevo?. Estas nociones básicas podrán ayudarte a solventarlas:
En estos primeros meses de vida se recomienda ir introduciendo alimentos variados de una forma paulatina. Los primeros alimentos que se han de incluir como complemento al aporte de energía y nutrientes de la leche son los cereales sin gluten (maíz y arroz), que pueden empezar a formar parte de la dieta del pequeño a partir de los 5 o 6 meses de edad.
Entre los 6 y los 8 meses, se van incorporando el resto de cereales, en los supermercados existen una gran variedad de productos elaborados para brindar nutrientes esenciales en una pequeña porción, lo que es perfecto ya que no pueden contener muchos alimentos a la vez. Los cereales infantiles son fáciles de digerir y están enriquecidos con hierro, lo que los hace una buena opción para las primeras cucharadas de los nuevos alimentos.

Es una buena idea hablar con tu pediatra acerca de cómo comenzar a darle a tu bebé alimentos sólidos alrededor de su visita de los 6 meses, si todo va bien, en este período los pediatras suelen empezar a recomendar introducir las frutas y verduras en forma de papilla. Se puede utilizar cualquier verdura de inicio, siendo las más utilizadas la papa, el puerro, el tomate, el calabacín, la berenjena, las zanahoria y la calabaza. Las compotas de verdura y frutas son muy buena alternativa llenas de nutrientes, para cubrir las necesidades específicas de cada etapa. Alrededor de los 6 meses también se empieza a incorporar el pollo, que es menos alergénico.
A partir de los 8 y 10 meses se suele comenzar a introducir los pescados y los huevos, ya que son alimentos potencialmente más alergénicos. En esta etapa, las legumbres se pueden empezar a introducir en la dieta.
Desde los 9 meses se frecuenta incluir los derivados lácteos como, por ejemplo, los yogures y al año de edad ya se puede comenzar a introducir el queso fresco y el consumo de leche de vaca entera.

No debemos olvidar que esta primera etapa de la vida es importante que se adquieran unos buenos hábitos de alimentación, ya que estos van a determinar los hábitos en el futuro.
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