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El lenguaje de los gestos, bandera para el Día Mundial de la Salud

Comprendida de forma diferente por las culturas, es el elemento clave de subsistencia, y los trabajadores de la sanidad son soldados que velan por ella frente al coronavirus
Fundación Canaria Hogar de Santa Rita, uno de los centros en los que han fallecido ancianos como consecuencia de la enfermedad. Sergio Méndez

En medio de una crisis sanitaria sin precedentes, provocada por una pandemia de la que se sabe más bien poco todavía, la autoridad sanitaria de la ONU, la OMS, celebra hoy el Día Mundial de la Salud. Una efeméride que en tiempos convulsos como los actuales adquiere un significado especial, puesto que la sociedad universal siente, más que nunca, la necesidad de estrechar lazos de unión y poner en valor un sentimiento de fraternidad para combatir con acierto en lo que los principales líderes políticos han denominado una guerra contra la enfermedad, que ya afecta a casi millón y medio de personas.

Cada día a las siete de la tarde (hora canaria) salimos a aplaudir la labor que realizan los trabajadores de los complejos sanitarios; reconocemos el esfuerzo de quienes, durante este periodo de confinamiento en el que se entremezcla la confusión con el miedo y la desesperación, velan por nuestra integridad, por nuestro bienestar, por aquello que recordamos cada Navidad al comprobar nuestro boleto y ver que no hemos resultado agraciados en el sorteo de lotería: la salud.

Pero la forma de entender este concepto y su universalidad varía según la cultura, no en vano, las autoridades holandesas llegaron a afirmar hace escasas semanas que en lugares como España e Italia se estaba cometiendo un error al aceptar a personas de avanzada edad en las UCI, que saturaban el sistema. Sin embargo otras sociedades, como las clásicas, dejaban el poder en manos de los ancianos; algo parecido a lo que ocurre con los kupuna de Hawái, considerados voces autorizadas para la toma de decisiones; o incluso a los “ex” de determinados puestos de responsabilidad en Occidente, que pasan a convertirse en personalidades a las que escuchar con respeto.

Y es precisamente un exministro español el protagonista de una entrevista de EL ESPAÑOL que publica DIARIO DE AVISOS en su edición de hoy. Se trata de Enrique Sánchez de León, quien fuera el primer titular de la cartera de Sanidad de la democracia con Adolfo Suárez. Frente a las dudas planteadas por otras naciones en lo que respecta a la tercera edad, al veterano político no le tiembla el pulso para decir que “quienes dejan morir a los mayores son unos criminales”, así como que en el triaje “el razonamiento debería ser puramente clínico, sin consideraciones de edad, sexo o religión”. Es más, asegura que “si yo me pongo enfermo, se me debe atender exactamente igual que a un señor de cuarenta años”.

Así las cosas, estos días de cuarentena también se celebran otras efemérides más cercanas, como los cumpleaños de Emilia y Celestino, dos vecinos de Santa Cruz que acaban de soplar las velas (103 y 100 años, respectivamente) con sorpresa incluida. A ella, le visitó la carroza municipal para felicitarla, mientras a él fueron sus propios vecinos quienes le cantaron desde sus balcones a la hora de los aplausos. Unas acciones que ponen de relieve la frase que el Papa dijo a Jordi Évole: “El lenguaje de los gestos es más importante que el de las palabras”.

En Canarias y en Tenerife, la atención a los mayores continúa siendo una prioridad, tal como explica Gemma Martínez, viceconsejera de Derechos Sociales del Gobierno regional, a este periódico, quien adelanta que se comenzarán a realizar pruebas a todos los usuarios de los centros sociosanitarios del Archipiélago, donde hasta la fecha se han registrado un total de ocho fallecimientos por el Covid-19.

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