coronavirus

La historia de la humanidad está plagada de epidemias

La letalidad del Covid-19 está muy lejos todavía de los 300 millones de muertos por la viruela, los 200 del sarampión o los 25 por el sida
El mundo se pone la mascarilla. / DA

El mundo se pone la mascarilla. / DA

Las veces en las que el mundo ha estado en un puño se cuentan con los dedos de las manos y de los pies. A lo largo de la historia universal -sin mencionar las extinciones masivas de especies- se han sucedido calamidades diversas. Las epidemias o pandemias son algunas de ellas. Con ser grave -ronda el millón de infectados-, la del Covid-19 no es de las más catastróficas de todas. Llama la atención, eso sí, la evolución de la curva de incidencia, cuya virulencia suscita dudas sobre cómo se ha afrontado tal amenaza.  

El 5 de octubre de 2019, el periódico español El País publicó una información de su corresponsal en Nueva York, Patricia Peiró, a propósito de la entrega a la ONU por parte de un comité de expertos de un análisis acerca del riesgo de una emergencia sanitaria global y se aportaban sugerencias para prevenirla. “El espectro se vislumbra en el horizonte”, alertaba el documento. “Sería genial decir que estamos preparados para lo que puede venir, pero no es así”, declaró la supervisora, Harlem Brundtland, ex primera ministra de Noruega (1981, 1986-1989 y 1990-1996) y directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre 1998 y 2003. “Tenemos que hacer una serie de cambios y vamos a controlar que se lleven a cabo”. Elhadj As Sy, secretario general de Cruz y Media Luna Roja, avisó: “Hemos permitido que se suceda un ciclo de pánico y abandono. El escollo principal es la financiación. Sigue sin invertirse lo suficiente, aun siendo lo más inteligente desde el punto de vista económico. Por cada dólar en vigilancia, ahorras diez en servicios médicos”.  Una de las personas más ricas del planeta, Bill Gates, pulsó el botón de alerta en abril de 2018 en el marco de un acto auspiciado por la Sociedad Médica de Massachusetts y The New England Journal of Medicine: “Hay un área donde no se está progresando mucho, y hace referencia a la prevención y preparativos ante una eventual pandemia. Y debería preocuparnos, porque la historia nos ha enseñado que habrá otra pandemia mortal. No podemos predecir cuándo. Pero, dada la continua aparición de nuevos patógenos, el riesgo creciente de un ataque bioterrorista y la conexión a través del transporte aéreo, existe una gran probabilidad de que ocurra una pandemia grande y letal en nuestros días”. 

El primer caso de la enfermedad causada por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2) se identificó el 1 de diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia china de Hubei. El foco estaba vinculado principalmente a trabajadores del mercado mayorista de mariscos. La Organización Mundial de la Salud la catalogó como una pandemia global el 11 de marzo de 2020. 

A la cuarentena se recurrió para domesticar la peste negra en la Edad Media, la fiebre amarilla y la gripe española a comienzos del siglo XX. Considerada una maldición bíblica, la lepra contagió las sagradas escrituras y el aislamiento asociado se propagó entre los siglos XIII y XIV. Antes del confinamiento actual se aplicaron estos otros: 

Lepra (583). En Lyon (Francia), la asamblea de obispos creó las leproserías y en 1200 había unas 19.000 colonias en Europa. 

Peste negra (siglo XIV). Los 80 millones de europeos quedaron resumidos a 30 (1347-1353).  

Fiebre amarilla de Filadelfia (1793) o plaga americana. Unas 5.000 personas fallecieron a finales de septiembre y más de 20.000 abandonaron la ciudad.  

Viruela de Brisbane (1881).   El Gobierno de Australia envió a centenas de ciudadanos al North Head, un centro de cuarentena.  

SARS (2002). China se puso en cuarentena por el SARS (síndrome respiratorio agudo grave). La epidemia se originó en noviembre de 2002 en Cantón, desde donde llegó a Hong Kong y Vietnam. Gracias a las restricciones, se controló a finales de 2003. Un equipo científico de España encontró la vacuna. 

Al margen de las medidas adoptadas, trece pandemias figuran como las más letales: 

Viruela (300 millones de muertes). La Variola virus encabeza la clasificación. La supervivencia de esta infección fue en una época de apenas el 30% y ha dejado a millones de personas desfiguradas por las marcas permanentes en la piel. Una intensa campaña de vacunación contribuyó a su erradicación oficial, en 1980.  

Sarampión (200 millones). El virus se incuba hasta 21 días. El desenlace fatal suele ser por la inflamación pulmonar o de las meninges. No se conoce una cura específica: la vacuna triple vírica (SPR), en los niños, solo previene el contagio. 

Gripe española (de 50 a 100 millones). Entre 1918 y 1920, aniquiló a entre el 3% y el 6% de la población mundial. Se llama así porque fue el país que informó de lo que sucedía, bajo la censura imperante en la Primera Guerra Mundial. España era una nación neutral. 

Peste negra o bubónica (de 75 a 200 millones). Característica de la Edad Media. Las ampollas no salen por un virus, sino por la bacteria Yersinia pestis, todavía activa a pequeña escala. 

VIH-sida (25 millones). El Virus de Inmunodeficiencia Humana o Adquirida (sida) se definió el 5 de junio de 1981. Solo dos pacientes se han curado: Timothy Brown (2007) y Adam Castillejo (2019). 

Plaga de Justiniano (25 millones). La pandemia provocada por una bacteria pariente de la Yersinia pestis se extendió desde el imperio Bizantino en el siglo VI y se prolongó hasta 750. 

Tercera pandemia bubónica (12 millones). Se inició en la provincia china de Yunnan en el siglo XIX, activa hasta 1959. 

Tras la peste antonina (5 millones, de 165 a 180), el tifus (4 millones), el cólera (3 millones), la gripe de Hong Kong (un millón, 1968) y la gripe rusa (un millón, de 1889 a 1890), la gripe A registró entre 150.000 y 575.000 víctimas mortales en su última variante, la que surgió en 2009 y fue finiquitada por la OMS el 10 de agosto de 2010. El cuadro clínico pinta bastos. 

‘Apocalipsis’ juega con los miedos, pero la novela no es una profecía

El virus del miedo. / DA
Un virus gripal creado artificialmente como arma bacteriológica se expande por Estados Unidos y liquida a millones de personas. El paralelismo de la novela Apocalipsis con el coronavirus es sintomático de la psicosis colectiva. “¡Calma!”, tranquiliza el novelista Stephen King en Twitter. “No se acerca a su peligrosidad”. 

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