Con la vista puesta en el 11 de mayo y en que Tenerife entre en la fase 1 del desconfinamiento marcado por el Gobierno central, la hostelería de la capital, después de una primera negativa a abrir sus puertas, ya comienza a preparar sus locales para dar servicio a partir de la próxima semana. Lo harán extremando las medidas de seguridad para trabajadores y clientes. Toma de temperatura corporal a los empleados, uso obligatorio de mascarilla y guantes e instalación de dispensadores de gel hidroalcohólico, son solo algunos de los cambios que van a introducir los diferentes negocios que han decidido abrir sus puertas. Así lo explica Eduardo Morales, que además del presidente de la Asociación de Empresarios y Comerciantes de la Avenida Marítimia (Aecam), es el responsable de tres de los locales que allí se ubican y que abrirán sus puertas en fase 1: Berlín 89, Manhattan y Barbas. “Ya hemos limpiado todo y revisada la mercadería con la que contábamos. Mucha de ella la hemos tenido que tirar porque ya se había pasado la fecha de muchos productos”, explica Morales. Pendiente de la reunión que mantendrán hoy con el Ayuntamiento para saber si van a poder ampliar el espacio de sus terrazas, así como los horarios, cuenta Morales que “hemos decidido abrir con las nuevas condiciones del 50% del aforo y no del 30% que había inicialmente”.
“Vamos a tomar la temperatura a los trabajadores cuanto entren y también deberán usar mascarillas y guantes además del uso de geles desinfectantes tanto para ellos como para los clientes”, explica el presidente de Aecam. En cuanto al uso de los baños, aún no tienen claro si podrán permitirlo o no a los clientes, en cualquier caso, “intentaremos restringir su uso y por supuesto extremar la limpieza en caso de que alguien los utilice”. A esto se une, “la limpieza de las mesas y sillas entre cliente y cliente”.
En el caso de estos tres locales, explica su responsable, “hemos contratado un servicio profesional de desinfección para que limpien los locales justo antes de que abramos al público”. De esta forma se garantizan que los establecimientos van a ser tratados con productos específicos para la desinfección de todas las superficies. En cuanto a las terrazas, están tendrán una media de personas que oscilarán entre 12 y 20. “No vamos a limitar la estancia en las terrazas. Confiamos en la responsabilidad personal de cada uno para saber que no pueden estar tres horas con un café. Si ven gente esperando supongo que se levantarán una vez que hayan terminado su consumición”, explica el presidente de Aecam.
En cuanto a la carta, admite Morales que la han simplificado. “Entendemos que estas primeras semanas la gente no se va a animar a comerse un chuletón o un pescado fuera de casa. Por eso hemos simplificado la carta y dejado aquellas cosas más de acompañamiento y que no necesiten de mucha elaboración, para que se puedan tomar con una caña o un vino”.
Otro de los negocios de la avenida Anaga que ha decidido abrir sus puertas es la cervecería La Sureña. En este caso, su responsable, César Gil, explica que abrirán pero con horario reducido. “Haremos una apertura limitada, con menos personal, y adaptaremos nuestro horario en función de los clientes”, detalla. Ese horario será de siete de la tarde a doce de la noche. “Al ser una cervecería creemos que es el que mejor se adapta a nuestro tipo de clientes. Es una forma de ir probando a ver cómo va esta nueva etapa”, añade Gil.
Entre las medidas que van a tomar está la de potenciar la entrega a domicilio, “algo que ya teníamos pero que vamos a reforzar de la mano de las distintas plataformas que hacen las entregas”. En cuanto a las medidas de seguridad, al igual que el resto de negocios, potenciará la desinfección diaria, “hoy mismo ya una empresa ha desinfectado todo el local” y los trabajadores contarán con todos los medios de protección como los dispensadores de gel o la instalación de pantallas de metacrilato. Esta terraza tiene capacidad para unas 38 personas y las mesas estarán separadas dos metros.
En el resto de Santa Cruz son varios los negocios que ya anuncian su vuelta, como los kioscos de la Weyler, el parque García Sanabria o el de la plaza Militar, además de bares y restaurantes de la capital.