santa cruz

El Templo Masónico se descompone a la espera de una ayuda que no llega

El proyecto para la rehabilitación del edificio debía estar entregado en ocho meses desde su adjudicación, el pasado mes de mayo se cumplió un año
Actual estado del Templo Masónico de la capital. Fran Pallero
Actual estado del Templo Masónico de la capital. Fran Pallero
Actual estado del Templo Masónico de la capital. Fran Pallero

El tiempo no pasa para todo el mundo de la misma manera. Unos lo llevan mejor que otros y si de edificios se trata, el mantenimiento y cuidado que en ellos se haya puesto hará que su senectud sea majestuosa. Santa Cruz no se ha caracterizado nunca por cuidar su patrimonio. Por eso, cuando joyas arquitectónicas como la del Templo Masónico se cae a pedacitos, es inevitable pensar que será uno más de esos edificios de los que se hablará en los libros porque en la realidad no habrá referencias. La evaluación estructural y constructiva del edificio así como el proyecto de rehabilitación deberían estar ya en el Ayuntamiento. Sus responsables tenían ocho meses desde la adjudicación de estos trabajos, que se produjo en mayo del año pasado. Sin embargo, como vienen denunciando muchos vecinos, esa falta de proyectos no quita para que, al menos, se pueda adecentar un espacio que aparece carcomido por la desidia y las malas hierbas.

Estos vecinos preocupados por el edificio han hecho circular por las redes sociales el deterioro que sufre un inmueble único en Europa, y que desde las distintas Logias de la masonería se está dispuesto a apoyar su rehabilitación. Algunos informes de Urbanismo llegaron a hablar hace ya cuatro años de riesgo estructural, tanto, que, tras un breve periodo en el que se permitieron visitas guiadas, se optó por cerrarlo definitivamente antes de que se produjera algún problema. Desde entonces no se ha vuelto a abrir, y como suelen decir los arquitectos, los edificios que no se viven, acaban muriendo. Quizá el secreto de este templo, está, precisamente, en que durante buena parte del siglo XX tuvo un uso concreto. No siempre el adecuado, pero sí el suficiente para que permaneciera en pie hasta ahora. Aunque sin un plan director no se pueda actuar en el templo, los vecinos piden que, al menos, desde el Ayuntamiento, se muestre un poco de cariño y respeto, limpiando como mínimo las malas hierbas.

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