la palma

El mando único, ese al que se dijo ‘no’ y del que todos se acuerdan ahora

Varios presidentes regionales y el líder de la oposición, Pablo Casado (PP), han pedido al Gobierno que tome las riendas de la crisis sanitaria a través del estado de alarma, recurso que se había cuestionado
El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, mostró en varias ocasiones su discrepancia con la necesidad de mantener el estado de alarma. Europa Press

España comienza a entrar de nuevo en la dinámica de mirar, cada día, cómo las cifras de contagios de coronavirus aumentan, con la esperanza de que alcancemos otro pico de la curva epidemiológica y los casos desciendan. Pero no parece que vaya a ser tan fácil en esta ocasión. En el mes de marzo nos abocamos a un cero económico, manteniendo abiertas únicamente las actividades consideradas esenciales, y renunciando las Islas a su motor económico: el turismo. Un confinamiento que buscaba frenar el avance de la pandemia, al más puro estilo medieval, y que, salvo en competencias concretas que quedaron delegadas en las comunidades autónomas, hizo que el Gobierno central asumiera el mando único, en el marco de la declaración del estado de alarma. Pedro Sánchez se incorporó ayer a la Moncloa, lo que sugiere próximas acciones de ámbito nacional.

El Ministerio de Sanidad informó ayer de 3.650 positivos de Covid-19 detectados en las últimas 24 horas, a los que se sumarían 25 personas fallecidas debido a la enfermedad, lo que, en total, se resume en 386.054 contagiados acumulados y 28.838 víctimas mortales del coronavirus. Vistas estas cifras y la ineficacia de tomar decisiones asimétricas en cada territorio, distintos presidentes regionales y representantes del sector privado, así como el líder de la oposición, Pablo Casado (PP), han reclamado al Estado que tome las riendas de la crisis. Es decir, que vuelva el estado de alarma.

No deja de ser llamativo que, al tiempo que se adoptan más restricciones para combatir al virus en todas las autonomías, quienes se negaron a que continuara en vigor esta herramienta excepcional sean, ahora, quienes exijan su puesta en marcha con rapidez. Atrás quedaron las intervenciones en las que los populares afirmaban que “no apoyar el estado de alarma es dar un sí a España”, o cuando la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, vacilaba con su voto en función a lo que el bloque de la derecha hiciera.

En definitiva, la situación está requiriendo poner sobre la mesa medidas extraordinarias, tales como las que se impusieron al inicio de la pandemia. Y estas, por el momento, parecen pasar por el aislamiento de poblaciones concretas en las que la Covid-19 tenga mayor incidencia y el aumento de rastreadores, a fin de dar con los posibles contactos de las personas que hayan contraído el patógeno. Aparte de los protocolos para la vuelta a las aulas, y su solución: el estado de alarma.

TE PUEDE INTERESAR