Dice el vicepresidente, Román Rodríguez, que en su departamento ya se han puesto en marcha para elaborar los presupuestos autonómicos de 2021. Otro mojón más para este Gobierno que nació de la ilusión del cambio tras 26 años de hegemonía de CC y que se ha encontrado con la peor crisis económica y sanitaria en casi un siglo. En estos meses, Rodríguez ha participado en cientos de reuniones, la mayoría de las veces junto al presidente, Ángel Víctor Torres, para abordar la situación de las islas con su principal industria, el turismo, casi a cero. Mientras, veían cómo subía y bajaba y volvía a subir la curva de la pandemia.
-El PP decía el otro día que las medidas del Gobierno canario tras los repuntes del verano ya las habían propuesto ellos, pero que ustedes no hicieron caso…
“Mire, el PP debería gestionar la pandemia donde tiene competencias y responsabilidades. Y un ejemplo es Madrid. Hemos tomado todas las decisiones teniendo en cuenta la situación epidemiológica, basándonos en las recomendaciones y análisis del comité científico y en los informes de la Dirección General de Salud Pública”.
-¿No ha influido la inestabilidad en la Consejería de Sanidad en la lucha contra la pandemia?
“No. Todas las decisiones se han sustentado en las reuniones del comité de gestión de la crisis. Ahí estamos el presidente, varios consejeros, entre ellos, el de Sanidad, y yo. Y también los seis miembros del comité científico. Desde el principio, cuando vimos la entidad del tema, nos dimos cuenta de que había que generar un espacio intenso de mucha dedicación. Luego, en el Consejo de Gobierno, se aprueban las normas. El otro día, el consejero de Sanidad recordaba que las medidas adicionales propuestas por el Consejo Interterritorial después del estado de alarma ya las habíamos tomado nosotros antes”.
-Ha habido algunas quejas en la comunidad educativa por las prisas y una supuesta falta de asesoramiento por parte de la Consejería en la vuelta al cole…
“Pocas, ha habido pocas….”
-Bueno, ha habido pocas incidencias, pero sí bastantes quejas…
“Yo creo que la apertura del curso escolar, aquí y en España, ha sido muy interesante. Las decisiones se tomaron cuando había que hacerlo. En quince días, la realidad epidemiológica puede cambiar, y los protocolos van variando continuamente. Lo de la mascarilla fue una decisión de última hora. Al principio iba a ser a partir de doce años, y luego a partir de los seis. Mire, hemos contratado a 2.900 personas en Educación. Claro que las cosas siempre pueden ser mejores, pero la resultante de mover 330.000 alumnos, 27.500 profesores, comedores, transporte, yo no digo que haya sido modélica, pero se ha hecho muy bien. Siempre hay algo de riesgo, pero la otra opción es meterte en una burbuja. Y no podemos, hay que equilibrar las restricciones con una reactivación de la vida”.
–Vivimos la mayor crisis económica desde la Guerra Civil, ¿qué análisis hace de la situación en Canarias?
“A pesar de que vamos a perder unos 1.000 millones de ingresos en las islas, 2020 se ha resuelto bien. En España se ha hecho un esfuerzo público para suplir la falta de ingresos con deuda pública gracias a que el Banco Central Europeo ha inundado el mercado de dinero, justo lo contrario de lo que se hizo en la anterior crisis. Y el Gobierno del Estado ha tomado varias decisiones correctas. Por un lado, la actualización de la financiación este año, lo que ha supuesto 600 millones de euros para Canarias. Luego, hemos recibido 530 millones para sanidad y educación que vienen de los 16.000 millones de euros no reembolsables de fondos covid para las autonomías. Y también hemos conseguido liberar los 389 millones de euros del superávit. No solo no va a haber recortes, nos vamos a gastar 250 millones de euros más de lo presupuestado en sanidad , entre 80 y 90 en educación y unos 40 en servicios sociales. Y a todo eso hay que sumar los ERTE, donde Canarias ha captado en torno al 11% del total y los créditos ICO, con 3.600 millones de euros para las empresas canarias”.
-¿No estamos anestesiados por un inmenso colchón de ayudas y liquidez que no pueden durar eternamente?
“Bueno, hemos pasado de los 3,5 millones de ERTE en España en el momento más álgido a 850.000. Y es posible que sigan bajando a final de año. Por eso es fundamental mantenerlos hasta que se reactiven las empresas. Aun así, ese nivel de conciencia sobre la crisis va a ir aumentando. No es lo mismo un ERTE durante un trimestre, con un 30% de ingresos menos, que durante un año. Y más en Canarias, donde los sueldos son tan bajos”.
-Y las familias más necesitadas, los que no tienen trabajo ni ERTE, ¿van a tener prestaciones?
“Ese es el gran objetivo. El Ingreso Mínimo Vital del Gobierno central, que todavía tiene errores que corregir, nos va a permitir pasar de las 8.000 unidades familiares que reciben la Prestación Canaria de Inserción a llegar a 57.000 familias y 137.000 personas. Eso nos posibilitaría complementar a otros colectivos que no hayan sido beneficiados. Y estoy pensando, fundamentalmente, en las pensiones no contributivas”.
-Acaba de anunciar que van a presentar los presupuestos de 2021. ¿Cómo van a cuadrar las cuentas en un entorno tan complicado?
“Si la Administración General del Estado cumple con su deber, podemos tener presupuestos para el año 2021, aunque no haya presupuestos del Estado. Para eso, necesitamos que se establezcan las reglas fiscales para el próximo año y que se actualice la financiación autonómica o nos dejen endeudarnos, como han permitido a Euskadi y Navarra. Nosotros no tenemos problemas para ir al mercado de deuda para conseguir los 600 millones que necesitamos, somos solventes. La otra cuestión clave es que se liberen los 500 millones de la sentencia del convenio de carreteras, acumulados en el superávit de 2018 y que no han sido transferidos. Y luego está el dinero que nos corresponde por el REF y el Estatuto, entre ellos algunos programas de ayuda, como el de lucha contra la pobreza o el del agua de riego agrícola. Todo esto es lo que reclamaba hace unos días nuestro diputado, Pedro Quevedo, y la ministra Montero se mostró receptiva. A eso hay que sumar el dinero del Fondo de Reconstrucción Europeo”.
-Están a punto aprobar el Plan de Reactivación. ¿Va a ser un gran revulsivo para la estructura económica de Canarias?
“Yo relativizo un poco el impacto. Nosotros reclamamos, como mínimo, un 5% de los 72.000 millones en ayudas directas que vienen a España. Porque hay que primar a las zonas y sectores donde el impacto de la crisis ha sido superior, como es Canarias y el turismo. Pero para una economía como la canaria, de 47.000 milllones de PIB en 2019, se necesita una inversión mayor para impactar en su modelo productivo. Ahora bien, son recursos adicionales, marcados por la Agenda Verde y la Agenda Digital, y tendrán que ir a inversiones en vivienda, infraestructura turística, saneamiento, residuos, digitalización, energía. Pero ojo con idealizar la cantidad de fondos que van a llegar, aunque vayan a ser muy importantes para ayudar a salir de la crisis”.
-¿No le parece relevante que el Gobierno hable sobre un cambio de modelo?
“Sí, pero como veo tanta expectativa con este tema… Yo no quiero ir a aventuras para fracasar. Las necesidades de los próximos 18 meses son de supervivencia. Esta crisis es peor que la anterior. Y es importante reactivar el turismo y mantener el empleo. Igual que hay que saber gastar esos fondos de forma transparente, eficiente, rápida. Los niveles de ejecución de todas las administraciones son muy bajos”.
-¿Y algo tan caro como los trenes de Tenerife y Gran Canaria se van a financiar con este Plan?
“Yo defiendo que el transporte guiado ofrece la movilidad más pública, más sostenible, más segura, más rápida y más eficiente. En todos los países desarrollados es la solución más común. También para dos islas hiperpobladas como Tenerife y Gran Canaria. Pero estos fondos son para la reconstrucción y para mejorar las condiciones de vida de la gente. Lo de los trenes tiene otros cauces, como fondos finalistas de Europa para el transporte o préstamos del Banco Europeo de Inversiones”.
-¿Está en riesgo el Pacto de Progreso?
“Rotundamente, no. Tiene más vigencia que nunca. Imagínese a Gobiernos de perfil conservador respondiendo a la peor crisis de nuestra historia. En esta comunidad se recortaron casi 1.700 millones de euros de gasto público en casi cuatro años durante la anterior crisis. El único riesgo para el pacto es que Bruselas y Madrid abandonen a Canarias, que no se respeten nuestros derechos, que desatiendan nuestras necesidades en el presupuesto. Y el tema migratorio también es muy importante”.
-Ha elevado usted el tono con Madrid en materia migratoria…
“Sí, pero esto no es solo el ministro Escrivá, es el Ejecutivo español, que tiene las competencias en este tema, no cabe lanzar balones fuera. La sociedad local, el Gobierno canario, los ayuntamientos y los cabildos ya han colaborado muy por encima de lo que son sus estrictas responsabilidades. Las migraciones son un tema estructural que se va a intensificar con los problemas climáticos. Y el Ejecutivo central tiene que trabajar en cuatro ejes: la diplomacia y la cooperación en los países de origen, el salvamento de quienes están en travesía, la acogida humanitaria de los que lleguen y, sobre todo, la derivación, como se hizo en mi época de presidente, que llegaron 28.000 personas, y en la de Adán Martín, que fueron 85.000”.
-¿No deberíamos tener una Viceconsejería de Migraciones con una política canaria? A lo mejor, así, el Estado no habría desmantelado los centros de acogida…
“Debemos trabajar en eso. Pero mire, el Foro Canario de la Inmigración fue un decreto de mi época. Hicimos un pacto por la inmigración que firmó el socialista Juan Carlos Alemán, entonces líder de la oposición, estableciendo un cupo de acogida de 1.500 migrantes en las islas. E hicimos un plan de actuaciones, incluido un decálogo que firmaron los directores de medios para una comunicación integradora y no xenófoba. Luego eso decayó. Pero ahora tenemos que consolidar la política migratoria”.
-¿Qué piensa de la visita de Casado, con en ese runrún de una moción de censura con CC en la que intentan sumar a ASG y Cs?
“Pues ya ve, venir a evaluar el tema epidémico cuando en La Gomera no hay epidemia y el epicentro está en Madrid… Sinceramente, a mí, todos esos chascarrillos me dan igual. Hay gente que no tiene nada que hacer, que perdió el poder y creía que lo iba a tener siempre, que están aburridos y se dedican a conspirar, a generar inestabilidad. Mientras, nosotros nosotros luchamos contra la pandemia, para recuperar la economía o exigimos una respuesta en el tema migratorio”.
– ¿Cómo va la unidad del nacionalismo?
“Yo siempre estaré abierto a esa opción. No tengo ninguna duda de que Canarias necesita un espacio organizado nacionalista que debe aspirar, como mínimo, a representar a un tercio de la ciudadanía, porque las fuerzas políticas de orden estatal nunca han priorizado nuestras especificidades a nivel de Estado y de Europa. Pero se tiene que construir desde la defensa de la justicia social, de lo público, de la sostenibilidad, de la protección al medio ambiente, de la ayuda a los sectores más vulnerables. Porque la política está para cambiar las cosas”.
-¿Clavijo está en esa sintonía?
“No lo sé, hace tiempo que no hablo con él. Pero sé que hay gente de CC que sí comparte estos contenidos. Aunque conformar mayorías para gobernar Canarias no solo pasa por los nacionalistas, no llegaríamos, sino que necesitamos más. Hay empresarios, sindicatos, intelectuales y otras fuerzas políticas con las que conformar mayorías amplias que permitan reconducir el futuro. Hay gente pensando y reflexionando sobre estas cuestiones, y si lo hacen desde fuera de la política, pues mejor, porque estarán menos contaminados por el día a día y las relaciones personales”.
-¿Y el regionalismo conservador que hay CC entiende eso?
“Sí, hay una parte que sí. Pero hay otra gente cuyos discursos y valores se confunden con los de la derecha española. Con esos es muy difícil entendernos. Pero si giramos a una posición de encuentro, siempre hemos estado abiertos. Nosotros no rompimos CC. Se rompió porque no estábamos de acuerdo en los contenidos, por mucho que se haya simplificado lo sucedido”.