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Hambre y calamidad: los factores comunes de las grandes epidemias

La peste negra, la gripe de 1919 o la fiebre tifoidea son algunas de las enfermedades que, antes de la COVID-19, dejaron a su paso muerte y desconcierto debido a la dificultad para frenar su expansión
Justo Hernández, profesor de Historia de la Medicina en la ULL, siempre dice que a sus alumnos que “mientras haya vida, habrá epidemias”. FOTO: Fran Pallero
Justo Hernández, profesor de Historia de la Medicina en la ULL, siempre dice que a sus alumnos que “mientras haya vida, habrá epidemias”. FOTO: Fran Pallero
Justo Hernández, profesor de Historia de la Medicina en la ULL, siempre dice que a sus alumnos que “mientras haya vida, habrá epidemias”. FOTO: Fran Pallero

La peste negra y la gripe de 1919 -conocida como gripe española- son, por este orden, las dos grandes epidemias que había padecido la humanidad hasta la llegada de la actual pandemia ocasionada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2. Conocer la historia de estas enfermedades permite identificar, desde el pasado, factores comunes entre las distintas epidemias: como la calamidad, el hambre y, en el pasado, la guerra.

El profesor de Historia de la Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna, Justo Pedro Hernández, hacía un repaso ayer por las ‘Grandes epidemias hasta el siglo XIX’ con motivo de las V Jornadas del Instituto Canario de Bioantropología; ‘Epidemos. Impacto y realidad de las grandes epidemias y pandemias’.

Hernández comenzaba su ponencia citando una frase en latín y atribuida a la Iglesia: “A peste, fame et bello, libera nos Domine”. Esta oración, dirigida a implorar a Dios “librarnos de la peste, el hambre y la guerra”, tiene para el profesor “una gran sabiduría, porque casi todas las epidemias tienen relación con la guerra y las hambrunas”.

De otra parte, Hernández explicó que en el siglo X a. C. el rey David sufrió una peste de 3 días, una enfermedad por la que murieron también unos 70.000 israelitas. “Por tanto, hay constancia de que en aquella época ya había epidemias”, insistió.

El profesor contó también que Homero escribió en el siglo VIII a. C. sobre una peste y una guerra “que asolaban” y que duraron unos 9 años.

Mientras, en el 430 a. C, hay textos que hablan de la peste de Atenas, que fue realmente una epidemia de fiebre tifoidea ocurrida durante la Guerra del Peloponeso y que causó la muerte a un tercio de la población.

En la literatura clásica se encuentran también diversas referencias a las epidemias. En Edipo Rey, la tragedia de Sófocles, se narraba la aparición de una peste que llegaba en forma de “castigo divino” contra Edipo, quien había matado a su padre y desposado a su madre Yocasta.

Asimismo, entre los años 165 y 180 d.C., durante el Imperio Romano, estalló la que “quizás fue la primera pandemia”, según Hernández. A esta se la llamó peste antonina, porque ocurrió durante el imperio de Marco Aurelio, quien procedía de la familia antonina.

En aquel momento, Marco Aurelio llamó a su médico, Galeno, y le pidió que fuera a Roma a estudiar la enfermedad de grandísima mortalidad que la asolaba. “Los médicos tenemos a Galeno como un sabio, pero aquí podemos ver un punto de debilidad, ya que al ver la catástrofe que ocurría, Galeno huyó de Roma a Pérgamo. Que un médico huya de una epidemia es un muy feo, y esto ha ocurrido muchas veces”, dijo Hernández.

El profesor de la Universidad de La Laguna señaló además que de esta peste se ha dicho que pudo tratarse de la viruela, “una enfermedad procedente de oriente, y esto es importante porque si analizamos las epidemias el 90% vienen de China y de Asia”.

Otra “gran peste” fue la de Justiniano, en el 541 d.C. Constantinopla perdió una cuarta parte de sus habitantes y el propio Justiniano estuvo a punto de morir. “Estas epidemias no respetaban las jerarquías sociales, afectaba a los emperadores y al pueblo llano”, apuntó el profesor.

Por último, respecto a la peste bubónica o peste negra, la peor que haya vivido la humanidad, Hernández recalcó que “como ahora, los médicos estaban desorientados, no sabían qué estaba pasando y solo veían la gran calamidad”.

Unas jornadas para conocer el impacto de las epidemias

Concepción Rivero, consejera insular de Museos, y Conrado Rodríguez-Maffiotte, director del Instituto de Bioantropología. FOTO: Fran Pallero
Concepción Rivero, consejera insular de Museos, y Conrado Rodríguez-Maffiotte, director del Instituto de Bioantropología. FOTO: Fran Pallero

El profesor Justo Hernández, el director del Instituto de Bioantropología Conrado Rodríguez-Maffiotte y la doctora en Biología Fátima Hernández fueron los ponentes de la primera jornada del congreso Epidemos, que se celebra hasta el jueves y que fue inaugurado por la consejera insular de Museos Concepción Rivero.

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