Las obras para acabar con los baches de las autopistas del Sur (TF-1) y del Norte (TF-5) comenzarán antes de final de año. Así lo confirmó ayer a este periódico el vicepresidente primero y consejero de Carreteras, Movilidad e Innovación, Enrique Arriaga, que explicó que los trabajos se acometerán por fases y afectarán a los tramos “más bacheados”. En el caso de la TF-1, las obras las ejecutará la empresa Sacyr, cuentan con un presupuesto de 19 millones de euros y durarán 14 meses, mientras que en la vía del Norte las acometerá Traysesa, costarán 12 millones y el plazo previsto es de 12 meses.
En la autopista del Sur, las máquinas y los operarios se desplegarán entre los túneles de Güímar y el municipio de Adeje, donde repararán los numerosos desperfectos que presentan tanto el pavimento de la vía principal como los ramales de todos los enlaces de la autopista. “No será un asfaltado continuo de toda la vía, sino por tramos en las zonas más estropeadas”, aclaró Arriaga, que responsabilizó de la actual situación a los anteriores gobernantes del Cabildo.
“El problema es que durante 15 o 20 años no se han hecho obras de mantenimiento adecuadas y nos hemos encontrado que tenemos que poner al día la seguridad viaria con rehabilitación y mantenimiento”, afirmó el vicepresidente insular, que, además, recordó la labor de inspección que lleva a cabo la institución en puentes, taludes y refuerzos, una tarea que ha permitido detectar “defectos muy graves” que han requerido poner en marcha “obras de emergencia”.
En ese sentido, señaló que en lo que va de año se han destinado dos millones de euros para esta finalidad. Entre esas actuaciones destaca la obra de refuerzo de la TF-1 a la altura de Las Caletillas, que concluirá el próximo mes.
En los últimos meses ha aumentado el malestar en el sur de la Isla por el deficiente estado del asfalto de la autopista, con innumerables baches que convierten la conducción en una actividad de riesgo. “Es peligrosísimo. Hay automovilistas que optan por hacer el recorrido por el carril de la izquierda, menos afectado, generando problemas de tráfico y situaciones muy delicadas”, señalaba el pasado miércoles a este periódico Óscar Izquierdo, presidente de la Federación de Entidades de la Construcción de la provincia tinerfeña (Fepeco), que aseguró con rotundidad: “Muchos de los accidentes que se producen en nuestras carreteras no son consecuencias de fallos humanos, sino de fallos de la Administración”.
El mayor grado de deterioro del pavimento se concentra en el término municipal de Granadilla de Abona, concretamente en el carril derecho entre el cruce del aeropuerto y la entrada a San Isidro. Es ahí donde los baches se convierten en un calvario para los automovilistas y una prueba de fuego para los amortiguadores de los vehículos. Pero los socavones se extienden en los cuatro carriles a lo largo de gran parte del recorrido.
Hasta 100.000 vehículos diarios
Los trabajos se ejecutarán en horario nocturno (entre las 22.00 horas y las 06.00 horas del día siguiente), al tratarse de la franja horaria de menor afección al tráfico. La TF-1 es una vía de “alta capacidad” que soportaba antes de la pandemia una intensidad de tráfico de hasta 100.000 vehículos diarios en el tramo entre Guaza y Los Cristianos (Arona) y de 70.000 a la altura de Fañabé (Adeje) y Las Chafiras (San Miguel de Abona).
Este factor, agravado por el alto número de vehículos pesados que la recorren, unido a una “histórica dejadez”, según denuncia Fepeco, en las tareas de mantenimiento han alejado la autopista del Sur de los parámetros de seguridad que debe ofrecer una vía rápida principal de la que depende gran parte de la movilidad de una Isla de casi un millón de habitantes.
El 50% del material que se empleará en las obras de ambas autopistas será reciclado (de cada tonelada, la mitad procederá del material reutilizado procedente del fresado del pavimento actual, después de someterlo a un tratamiento previo de machaqueo, trituración, eliminación de contaminantes, cribado y acopio), manteniendo los mismos estándares de calidad y seguridad.