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Los vendedores del Rastro “desesperados” por volver a la actividad

El Ayuntamiento de Santa Cruz está a la espera de que el Gobierno de Canarias de el visto bueno al Plan de Autoprotección que ya ha sido enviado
El Rstro no solo cambiará de ubicación sino también de fisonomía. / S. M.
El Rastro tradicional no volverá mientras dure la pandemia. / S. M.
El Rastro tradicional no volverá mientras dure la pandemia. / S. M.

Admiten que están preocupados. Ya son casi 10 meses los que lo vendedores del Rastro de Santa Cruz llevan sin poder ocupar su emplazamiento habitual para desempeñar una actividad de la que dependen casi un millar de familias. La negativa del Ayuntamiento de Las Palmas a reabrir el mercadillo de esa capital con muchos menos vendedores (200 frente a los 500 con los que abriría el de Santa Cruz) es un motivo más de preocupación. En cualquier caso, ahora mismo, la decisión está en manos del Gobierno de Canarias, concretamente en las del área de Salud Pública, a la que el Ayuntamiento de Santa Cruz ha enviado ya el Plan de Autoprotección del Rastro.

Según explicó el concejal de Servicios Públicos, Guillermo Díaz Guerra, “nosotros hemos elaborado el Plan de Autoprotección siguiendo las indicaciones de los vendedores del Rastro, detallando cuestiones como el control de aforos, itinerarios de entrada y salida, el mantenimiento de las distancias entre puestos o por supuesto el uso de hidrogeles y mascarillas”. Díaz Guerra señaló que se les ha trasladado a los vendedores que, en las actuales condiciones, es imposible volver a abrir el mercadillo tal y como se había hecho hasta ahora. “El Rastro tal y como lo conocimos no va poder abrir de nuevo. Tendrá que hacerlo ajustado a la nueva realidad”, detalló el también primer teniente de alcalde.

El documento enviado a Salud Pública ha sido elaborado siguiendo las pautas de los planes de seguridad, con evaluación de riesgos, y proponiendo las posibles soluciones. Diaz Guerra admite que un plan de “máximos” como el que han querido plantear los vendedores, es poco probable que sea aceptado por el Gobierno de Canarias a en las actuales condiciones sanitarias. “Entendemos que Salud Pública tiene que analizarlo en profundidad porque debe ser un plan que se adapte a cualquier circunstancia”, añadió el edil. “En cualquier caso -continuó- si se rechaza realizaremos otro con lo que nos indique Salud Pública”.

Por su parte, la presidenta del Rastro, Carmen Tejera, expresaba su preocupación por una situación que detalló como “desesperada”. “Estamos preocupados porque en Las Palmas se ha suspendido con 200 puestos, mientras que aquí son casi 500. Solo el aforo de los vendedores ya ocupa lo permitido por la ley en estos momentos”. Tejera lamentó que esté siendo tan complicado la apertura de este mercadillo, “no estamos enfrentando a muchos requisitos que están retresando mucho la apertura”, concluyó.

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