conversaciones en los limoneros

Sheila Trujillo: “Ser persona de palabra es bueno, tanto en los negocios como en la vida misma”

Sheila Trujillo Méndez es vicepresidenta de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) y la primera mujer que ocupa un cargo de tanta responsabilidad en la misma
ENTREVISTA LIMONEROS SHEILA TRUJILLO 2
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Sheila Trujillo Méndez, vicepresidenta de la Asociación de Jóvenes Empresarios. Fran Pallero

Sheila Trujillo Méndez (Santa Cruz, 1983) es una mujer valiente. De lo contrario, no habría asesorado a Norman Noel Quijano González, el odontólogo que quiso ser presidente de El Salvador, el país más peligroso del mundo, y que perdió las elecciones por 6.364 votos, un 0,22% de los emitidos. Unos comicios que ganó el exguerrillero Sánchez Cerén. Esto fue en el 2014, o por ahí. Sheila fue un día, ya lejano, la mano derecha de Ángel Llanos en el Ayuntamiento de Santa Cruz, es vicepresidenta de la Asociación de Jóvenes Empresarios, técnico en Comercio Internacional y tenía rostro de cansada, quizá porque sus clientes la llaman de madrugada en Canarias, porque en Latinoamérica es horario de trabajo. Como ocurrió la noche antes de la entrevista. A Sheila sus padres le pusieron un nombre inglés, heredó en vida un Jaguar verde de su madre y me da que no se le pone nada por delante. Conversar con ella fue muy agradable, demostró su honradez casi al principio de la conversación; y antes de la pandemia viajaba cada quince o veinte días a países de Centro y Sudamérica; ahora trabaja en su oficina de la Plaza de la Candelaria y en su propia casa y contacta con sus clientes por videoconferencia. Más pronto que tarde se volverá a subir a un avión. Tras la entrevista se fue al hospital a visitar a una anciana vecina, ingresada muy malita. Es decir, que también tiene corazón.

-La mujer al poder, Sheila.
“En mi caso, soy la primera mujer que ocupa un cargo de tanta responsabilidad en la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE)”.

-Y, además, ha habido fusión de asociaciones.
“Sí, se han fusionado la AJE y la JET (Jóvenes Empresarios de Tenerife). Iniciamos una nueva etapa bajo el nombre de Asociación de Jóvenes Empresarios”.

-¿Cómo se te ocurrió la aventura salvadoreña?
“Me formaron para ello asesores de Bill Clinton en Miami, consultores seriors norteamericanos. Y el candidato Norman Quijano me fichó para su equipo, lo que me permitió no sólo aprender cómo se hace política en Latinoamérica, sino también conocer varios países y gente interesante”.

-¿Se metieron los chavistas en El Salvador?
“Claro, con las mismas técnicas que en la propia Venezuela, que son una imitación de los métodos cubanos. Alimentos, médicos, maestros, lo que sea pero para hacer proselitismo. Así engañan al pueblo y se apoderan del poder”.

-¿Cuánto cuesta ser presidente en un país como este?
“No te sabría decir. ¿Tú crees que allí llevan la contabilidad? Yo sólo sé que vivía con escolta y dormía en un condominio que tenía guardias armados en la puerta de mi apartamiento y en los jardines del edificio”.

-Ahora presides, y eres la socia única, de una empresa, HMS Intelligence, y trabajas desde Canarias en proyectos de todo tipo.
“Facilitamos las cosas a los clientes, buscamos la forma de que entren sus productos en los países de destino, facilitamos los trámites, encontramos socios locales para los proyectos. No participamos en el negocio, sólo trabajamos en su tramitación”.

-¿Y no es fallido trabajar con países en donde la seriedad no es la norma?
“Es que eso no es cierto. Si los clientes son serios, el negocio también lo es. A mí me gusta la gente de palabra. La palabra es buena para los negocios y también para la vida”.

-En Canarias, empresarios, lo que se dice empresarios, quedan pocos.
“Te sorprenderías. Tú me estás hablando del empresario antiguo, tradicional. Yo me refiero a gente que come en el McDonald´s una hamburguesa y luego regresa al trabajo. Los modelos han cambiado. Aquí hay mucha gente que produce software, por ejemplo, que está rompiendo mercados”.

-¿En la ZEC?
“En la ZEC y fuera de la ZEC”.

-Tu trabajo tiene bastante de agotador, ¿no?
“Me gusta lo que hago. Al final se trata de vender ideas novedosas llevadas a la realidad. ¿Qué faltan vasos de cáñamo en Perú? Bueno, pues se consigue el fabricante en España, el comprador en Perú, las subvenciones de los estados suministradores que luego se descuentan de la deuda entre países, y se hace el negocio. Nosotros estamos para facilitarlo. Es un ejemplo, para que tengas una idea de lo que hacemos. Hay miles de oportunidades por ahí”.

-¿Asumes riesgos?
“Siempre se asumen, incluso de seguridad personal, pero qué le vas a hacer. Y en cuanto al negocio, aquí intervienen empresas privadas, bancos de desarrollo, gobiernos, es complejo”.

-¿Te sientes en este momento más de fuera que de aquí?
“Bueno, yo me siento un poco salvadoreña. Es que aquel país, en el que residí muchos meses entre 2013 y 2014, me cautivó a pesar de sus peligros. Pero soy una ciudadana del mundo. Date cuenta que yo viajo cada quince o veinte días a un país distinto. Y llevo así cinco o seis años”.

-¿Se puede hacer negocio todavía con Venezuela, por ejemplo? Porque en Canarias había comenzado una actividad interesante con aquel país hasta que se lo cargó todo el chavismo. Incluso las comunicaciones aéreas y marítimas.
“En este momento no tenemos en trámite ningún negocio con ese país. Comprenderás las actuales dificultades”.

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Sheila Trujillo Méndez, vicepresidenta de la Asociación de Jóvenes Empresarios. Fran Pallero

-¿Te apetece hablar de política española?
“Pues la verdad es que no”.

-¿Y de las maras?
“Mucho menos”.

-¿Hay dificultades para exportar mercancía desde Canarias, desde España, a Latinoamérica?
“No especialmente. Cuando exportas la mercancía no existe ningún problema. La gestión de los servicios que ofreces al cliente es diferente, entraña algunas complicaciones. Date cuenta de que en el intercambio comercial entre países muchas veces intervienen los gobiernos del que exporta y del que recibe el producto. El pago es complicado, responde a reglas internacionales que sería prolijo explicar aquí. Pero para eso estamos nosotros”.

-¿Los jóvenes tienen la palabra?, insisto.
“Pues sí. Las nuevas generaciones de empresarios tienen una gran responsabilidad en el presente y en el futuro. Todo va cambiando, existen fórmulas nuevas que sustituyen a otras ya caducas. Mira, en una economía globalizada a tope, el papel de las asociaciones es fundamental en el negocio y para posicionar a las nuevas empresas en los mercados”.

-¿Cómo por ejemplo?
“Videojuegos, realidad virtual, componentes digitales, compañías de producción legal de cannabis para vender fuera de España. Muchas actividades que antes hubieran sido impensables”.

-Dices que no quieres saber nada de política española. ¿Por qué?
“Pues porque estamos viviendo una situación complicada. Y porque yo cumplí un objetivo, que era trabajar por la ciudad en la que nací. Y ahí me quedé. Estoy centrada en mi trabajo, no existe ahora lugar para otra cosa”.

-¿Cambiará todo después de la pandemia?
“Por supuesto. Ya está cambiando. Llega el momento de que todo sea digital, me refiero a la venta online a gran escala. Empresas importantes cierran sus tiendas más céntricas en las grandes ciudades para insistir en las ventas por Internet. Ahí tienes a Zara, por ejemplo. La pandemia será fronteriza entre las personas y las empresas. Habrá un nuevo orden”.

-Llegará un tiempo en el que no nos veamos las caras, ni siquiera habrá gente en las calles, como anticipó alguien de cuyo nombre ahora no me acuerdo. Lo clavó.
“Pues, sí, corremos ese riesgo. Lo que te aseguro es que cada vez trabajaremos más a distancia y venderemos y compraremos más a distancia. Y a lo mejor la pandemia ha acortado los plazos”.

-¿Te imaginas a Canarias produciendo y vendiendo fuera?
“Ya lo está haciendo, mucho más de lo que la gente piensa”.

(A ver. Hay una empresa rusa de fabricación de chocolate en la ZEC que triunfa en los mercados de aquel país. Otra firma de producción de cannabis, totalmente legal, que vende fuera a laboratorios para comercializar en países donde está autorizada, que también empieza a coger forma. Sheila me cuenta de una empresa de componentes digitales, de software, que está fabricando y exportando muy bien, desde Canarias. Y muchas más).

-Esto parece el relato de una nueva era.
“Pues sí y nos estamos preparando para un mundo distinto, lleno de novedades. Se investigarán mejor los mercados, ya he dicho que ha cambiado el perfil del empresario y las organizaciones empresariales serán vehículos de unión entre ellos. No digamos las que integran a empresas de jóvenes, de nuevos emprendedores que irrumpen con fuerza en los mercados”.

(La conversación se prolonga. Seguimos hablando de anécdotas de El Salvador. Forman parte de lo privado. Me dice que su trabajo es estresante, por la diferencia horaria, sobre todo. Varias personas trabajan con Sheila en la atención a sus clientes, a los mercados, a los trámites tan complejos, a evitar en lo posible la burocracia, que en Latinoamérica debe ser bestial. Más bestial que en España, que ya es decir. No me conocía y dice que está encantada. Insiste en que le gusta la gente de palabra y cuando le digo que me voy a inventar la entrevista, se espanta: “¡No te creo capaz!”. Pero les prometo que todo lo que está aquí escrito ha salido de su boca. Es entusiasta, inteligente y aguda. Puede que hasta un poco ingenua, pero esta puede ser una apreciación atrevida –y precipitada- por mi parte. No sé si veremos a muchos jóvenes empresarios en Los Limoneros. Ellos se lo pierden. Aquí también hay hamburguesas).

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