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El dosier de Oramas para negar un trato de favor de CC a su familia

La exalcaldesa comparece para rebatir una información que afirmaba que el Ayuntamiento lagunero pagó un millón de euros a una empresa que modificó el uso de un terreno familiar
Ana Oramas, durante la rueda de prensa de ayer. Sergio Méndez

Contaba un conocido lagunero que Ana Oramas, al irrumpir en la política del municipio en 1999 como candidata de CC a la Alcaldía de la ciudad, empezó a ir asiduamente al mercado municipal, donde escuchaba lo que le decía la gente. Ese año se convirtió en alcaldesa de chiripa, porque a Santiago Pérez, candidato socialista, le faltaron poco más de cien votos para sacar mayoría absoluta y ella logró un acuerdo con el PP. Oramas no dejó de ir al mercado, como hacen muchos políticos después de las campañas electorales. Y cuatro años después, en 2003, ganó por mayoría absoluta.

La portavoz de CC en el Congreso convocó ayer a los medios en la sede de su partido en la calle Galcerán de Santa Cruz para salir al paso de una información de Canarias Ahora publicada también por DIARIO DE AVISOS, a través de la agencia Ahora.Plus, donde se afirmaba que el Ayuntamiento de La Laguna habría pagado un millón de euros a una empresa que cambió el uso urbanístico de un terreno que, supuestamente, pertenecía a su familia.

Pertrechada con carpetas de documentos -actas de plenos municipales y contratos públicos y privados- que se entregaron a los periodistas que quisieron acercarse a la rueda de prensa, Oramas afirmó que la empresa señalada en la información, Arquitectura, Urbanismo y Cooperación S.L., dirigida por la arquitecta María Luisa Cerrillos, se presentó a un “concurso público internacional” para elaborar el Plan Especial de Protección del casco histórico de La Laguna, en cuyo contrato se destinan 258.161 euros para la redacción y 372.900 para el levantamiento -descripción técnica- de hasta 600 edificios, para pagar a medida que se fueran haciendo.

Según resaltó Oramas, el Plan fue aprobado por unanimidad en 2005 en el Pleno del Ayuntamiento, presentes destacados socialistas como Santiago Pérez, Gustavo Matos, Javier Abreu y José Antonio Valbuena, actual consejero de Transición Ecológica, “una persona excepcional que trabajó muchísimo para que el Plan se aprobara”.

De asesor jurídico del Plan estaba Javier Díaz-Reixa, comprometido abogado en la lucha contra la corrupción urbanística y “nada sospechoso de ser de CC”. Según explicó Oramas, esa misma empresa que redactó el Plan ganó otro concurso posterior para hacerse cargo de la Oficina de Gestión del Casco Histórico. Al frente de la Oficina, María Luisa Cerrillos. Al ser dos concursos separados, Oramas considera perfectamente compatible que quien elaboró el plan lo ejecutara posteriormente.

Sobre la “recalificación” del terreno, situado en las antiguas cocheras de la empresa Transportes de Tenerife, de la que formaba parte su familia, Oramas negó que la hubiera hecho Arquitectura, Urbanismo y Cooperación S.L., porque eso era imposible administrativamente, sino que fue el Pleno del Ayuntamiento que aprobó el Plan. Ahí se incluyó un cambio de uso para que no solo se pudieran construir viviendas y aparcamientos, sino que se permitiera también un uso comercial, “ya que en el casco no se puede construir nada y el Ayuntamiento tenía dos carencias: falta de espacio para oficinas y que no había lugar para un centro ciudadano, como pedía la asociación de vecinos del casco de La Laguna”.

Según Oramas, en 2008 se firmó un convenio urbanístico con los propietarios de los terrenos, donde se ceden 1.000 metros cuadrados al Consistorio en una futura construcción para el centro ciudadano, unas dependencias municipales y 18 aparcamientos. El convenio asegura la conservación de la fachada del edificio de cocheras por su valor patrimonial.

En ese momento, sin embargo, en la parcela ya no participaba la familia Oramas, que tuvo el 11,1% de la propiedad cuando se fundó Transportes de Tenerife con otras cinco familias en 1942. Después de la muerte del abuelo, el padre de la diputada se quedó el 2,2%.

“Mi padre fue un hombre honorable toda su vida”, afirmó Oramas. Según la exalcaldesa, decidió comparecer no por ella, que ya está acostumbrada a los “ataques” a su “honorabilidad”, sino por la de los “profesionales y funcionarios impecables que La Laguna tuvo la suerte de tener para transformar el casco histórico”. Algunos de ellos fallecidos. Lo dijo con ese halo de sentimentalismo que cautiva a unos y marea a otros. Y afirmó que no volverá a hablar del tema. Chimpún.

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