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El Teide, lugar idóneo para testar los instrumentos espaciales

El róver Perseverance de la NASA, que aterrizó el pasado jueves en el Planeta Rojo, está dotado entre sus instrumentos científicos con el dispositivo meteorológico español MEDA; uno de sus responsables, Miguel Ramos, señaló que “Tenerife nos permite contrastar y ensayar la tecnología con modelos análogos a Marte”
El sensor meteorológico MEDA (Mars Environmental Dynamics Analyzer) fue chequeado y verificado en el pico del Teide antes de su viaje a Marte. | DA

El aterrizaje en Marte del róver Perseverance de la NASA el pasado jueves 18 de febrero emocionó al mundo. Con los nervios a flor de piel en los últimos minutos, finalmente se culminó el amartizaje más esperado de los últimos años. Lanzado el 30 de julio de 2020, la misión principal del rover Perseverance de la NASA es buscar rastros de vida pasada que pudo prosperar en el ambiente que el planeta registró hace miles de millones de años.

Para ello este vehículo tiene la tarea de merodear el cráter Jezero, que fue el lugar que albergó un lago hace miles de millones de años, para buscar microbiana antigua, recolectar y almacenar rocas y regolitos marcianos (polvo y piedritas) y allanar el camino para la exploración humana.

El Perseverance está dotado con tecnología de vanguardia y entre los siete instrumentos científicos que lleva a bordo se encuentra el dispositivo meteorológico MEDA (Mars Environmental Dynamics Analyzer), diseñado, fabricado y financiado por España en un proyecto liderado por el Centro de Astrobiología (CAB), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y el Instituto Nacional de Técnicas Aeroespaciales (INTA).

Ilustración artística del rover Perseverance nada más llegar a Marte
Ilustración artística del rover Perseverance nada más llegar a Marte

Será la estación meteorológica del róver y registrará diariamente datos como radiación, las condiciones climatológicas y los patrones que sigue el viento marciano. MEDA formará junto a las estaciones meteorológicas de Curiosity e InSight (ambas de la NASA y que también de procedencia española) la primera red de estudio del clima en Marte, lo que constituye una importante aportación española a la ciencia y la técnica aeroespacial.

El Parque Nacional de las Cañadas del Teide, sobre todo en las zonas de Fortaleza, el Llano de Ucanca o el mismo cráter, volvió a ser el lugar elegido por los científicos españoles para probar toda la instrumentación del MEDA, un arduo trabajo para calibrar e instalar los sensores de radiación neta, temperatura y humedad ambiente, anemómetro ultrasónico, flujo, temperatura y humedad del suelo, cámara visible, montados en el mástil de simulación del róver Perseverance para el análisis de las sombras sobre los sensores y su geometría.

Miguel Ramos Sainz, Catedrático en Física, fue uno de los participantes del proyecto MEDA. | DA

Miguel Ramos Sainz, Catedrático en Física Aplicada en la Universidad de Alcalá de Henares, durante una de sus visitas a Tenerife, señaló a DIARIO DE AVISOS, que “El Teide nos permite contrastar las medidas terrestres con modelos análogos marcianos y ensayar la tecnología que ya se encuentra en Marte”.

Además para todos estos experimentos ha sido “fundamental la colaboración cercada que hemos tenido el Observatorio de Izaña de la Aemet, y el Instituto Geográfico Nacional (IGN), que nos han apoyado con medios humanos, así como el mismo Parque Nacional que nos ha dado los permisos correspondientes para realizar el trabajo”.

En Tenerife se probó in situ uno de los tres MEDA fabricados para la ocasión. Además del que finalmente voló y llegó a Marte en el róver Perseverance, al que también se le realizó una serie de pruebas para comprobar que funcionaba correctamente, otro aparato MEDA se testó duramente en un laboratorio con condiciones similares a la atmósfera marciana y a temperaturas similares, pues va a trabajar diariamente en el Planeta Rojo, entre -150ºC a 0ºC. También se sometió a una serie de pruebas de vibración para comprobar si soportaría el despegue y el aterrizaje.

Para Ramos Sainz, “estos ensayos en Tenerife son muy valiosos para el buen funcionamiento de todo el equipo”. “Este instrumento nos aporta mucha información. Los sensores están instalados sobre una plataforma móvil, que es el robot, que se mueve, gira, no tiene una orientación fija con respecto al sol e, incluso no va a estar siempre en horizontal. Ese tipo de movimientos fueron los que ensayamos en El Teide, en paralelo con los datos registrados en los equipos meteorológicos terrestres de Izaña, que nos han dado todas sus medidas, y así comparamos ambos registros. De esta manera, cuando lleguen las medidas desde Marte, sabremos muchos parámetros y podremos ver si son correctos”.

“España tiene una industria espacial muy potente”, aseguró Ramos

Miguel Ramos destacó que “España tiene una industria tecnológica espacial muy potente”, con una parte tecnológica y otra industrial, para poder planificar y realizar estos dispositivos, y otra científica, “que permite medir e interpretar los datos que podamos obtener”.

El instrumento MEDA fue testado en Las Cañadas para comprobar sus prestaciones en unas condiciones análogas a Marte. | DA

Esta estación MEDA es un compendio de instrumentos meteorológicos como los que pueden tener instalaciones como las de Izaña, “con el condicionamiento de que son instrumentos que tienen que volar”. “Si en la Tierra no tenemos limitaciones de vibraciones, temperaturas extremas ni su masa, en un viaje aeroespacial todo esa tecnología hay que reducirla a la mínima expresión para que su traslado sea operativo. Además, la ingeniería de los sensores viene determinada por su consumo de energía, la masa de los sistemas y dónde van a funcionar, es decir, en una atmósfera rica en CO2 y pobre en oxígeno. Entonces hay que tener en cuenta en Marte la temperatura ambiente, la presión atmosférica, la humedad relativa, además de tener un radiómetro, un medidor centrofotométrico para estudiar el polvo atmosférico, la velocidad de viento y su dirección, etc.”, destacó el catedrático de Física de la Universidad de Alcalá de Henares.

El instrumental que se probó en Tenerife tiene dos partes, “una es una pequeña torre o estación con una serie de sensores marcianos y terrestres,” con un peso de 15 kilos, y además había un modelo con ruedas de 35 kilos “que permitía simular cómo iría situado la torre dentro del róver para ver el efecto de las sombras del propio mástil”. Así, “se desplazaba a la zona de medida y aprovechando las condiciones que nos aportaba El Teide contrastábamos las medidas con modelos análogos terrestres y ensayábamos la tecnología que ya se encuentra en Marte”. De esta manera cada varios minutos se “movía y giraba el equipo para ver cual sería la diferencia de medidas cuando cambia su orientación”, simulando que estaba sobre el Perseverance. El instrumento tiene un movimiento de orientación de los sensores, una parte en relación al sol, y comprobamos las medidas que obteníamos”.

El dispositivo meteorológico MEDA durante su prueba en el cráter del Teide. | DA

El MEDA es el fruto de la experiencia de un equipo compuesto por varias instituciones como el Centro de Astrobiología, el Instituto de Técnica Aeroespacial, las Universidades de Barcelona y la de Alcalá de Henares, y otros centros de Finlandia o Estados Unidos que participan en el instrumento. La NASA pone la plataforma, el lanzamiento y el robot Perseverance, y después diferentes países en consorcio presentan ideas de instrumentos para que la NASA seleccione. “El MEDA fue elegido en un concurso internacional de ideas, debido a nuestra experiencia en otras misiones anteriores con una instrumentación meteorológica. La primera fue la del róver Curiosity, que todavía está funcionando después de ocho años en la superficie de Marte, y la segunda fue el InSight, que también está en operativa. Por lo tanto, desde el punto de vista de meteorología ya tenemos un conocimiento preliminar que hace que podamos interpretar con éxito los resultados”, subrayó.

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