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Beatriz Barrera: “La escuela forma, pero los principios y los valores fundamentales se dan en la familia”

La Adjunta de Igualdad y Violencia de Género de la Diputación del Común recuerda "la necesidad de educar desde la infancia y la adolescencia en conductas adecuadas y respetuosas, sobre todo desde el núcleo familiar, así como concienciar a los menores en el uso que se debe hacer de las redes sociales e internet para evitar la violencia machista y la captación de mujeres con fines de trata o prostitución"
Beatriz Barrera, adjunta de Igualdad y contra la Violencia de Género. DA
Beatriz Barrera, adjunta de Igualdad del Diputado del Común . Sergio Méndez
Beatriz Barrera, adjunta de Igualdad del Diputado del Común. / Sergio Méndez

La Adjuntía de Igualdad y Violencia de Género de la Diputación del Común realiza una gran labor en incidir junto a las instituciones y asociaciones en pro de lograr la igualdad efectiva en la sociedad.

-¿Hacia dónde debe ir la sociedad canaria para acercarnos a la plena igualdad?
“Hay que trabajar con los colectivos de adolescentes y los menores; es el futuro. Es de especial interés la necesidad de educar desde la infancia y la adolescencia en conductas adecuadas y respetuosas, sobre todo desde el núcleo familiar, así como concienciar a los menores en el uso que se debe hacer de las redes sociales e internet para evitar la violencia machista y la captación de mujeres con fines de trata o prostitución. Los niños tienen acceso a nuevas tecnologías y muchas veces se crían en hogares en los que son testigos de la desigualdad y la violencia de género, creando estereotipos de víctimas o verdugos. Por otro lado, la igualdad no es patrimonio de ningún color político e ideológico. Las mujeres debemos estar unidas, cada una en su ámbito y organización, para dar pasos adelantes y respetarnos”.

-El papel de la familia, por tanto, es fundamental para educar en valores y en igualdad.
“Los expertos señalan que en la juventud se ha producido claramente un retroceso en la violencia de género. La escuela forma, pero los principios y los valores éticos se tienen que dar en la familia, que es la que debe controlar el acceso de los menores a ciertos contenidos en redes, y tener comunicación con sus hijos e hijas para atajar rápidamente cualquier tipo de situación preocupante. Pero las instituciones también tenemos que trabajar por la igualdad todos los días y hacer cada día políticas de igualdad, evaluando las políticas de violencia de género, ya que se trata de una vulneración del derecho fundamental de igualdad. Aumentar la coordinación institucional en materia de violencia de género, mejor y mayor atención a las víctimas, y atención a los menores hijos de víctimas de violencia de género”.

-Ha señalado que la violencia sexual se ha incrementado en los jóvenes. ¿Se debe a que todavía está activa la cosificación de la mujer y se dan una relaciones tóxicas marcadas por la dominación?
“La violencia sexual se incrementó entre los jóvenes el 20%, durante el confinamiento. Descendieron las denuncias de violencia, pero crecieron las violaciones. Los actos de violencia sexual también son violencia de género, y están creciendo entre los adolescentes. El incremento de la prostitución entre los jóvenes nos preocupa, porque parece que quieren una esclava y no una compañera sexual. También es muy preocupante el incremento del consumo de prostitución y pornografía entre los jóvenes, cada vez mayor que entre los mayores de 40 o 50 años. Además, la pornografía a una temprana edad hace que los jóvenes no tengan ni tiempo de entender y normalizar una relación sexual respetuosa. Si antes puse especial interés en la necesidad de educar desde la infancia y la adolescencia en conductas adecuadas y respetuosas, sobre todo desde el núcleo familiar, por otro lado nos preocupa que al mismo tiempo que algunas jóvenes se sienten empoderadas, no se dan cuenta de que en su forma de actuar y relacionarse con su pareja están repitiendo y soportando formas de desigualdad y violencia de género, que al final se normalizan y derivan en peligros mayores. Es necesario que defiendan un respeto”.

-Siguen existiendo techos de cristal y suelos pegajosos ¿Le preocupa que estén tardando tanto en romperse?
“Lo de la judicatura es una realidad que llama mucho la atención, hay más juezas que jueces, pero los altos cargos los ocupan hombres. Al final llegaremos por inercia, habrá más mujeres entre los seleccionables. Otra actividad con un techo muy grande es la ciencia y la investigación. Mujeres con igual o más valía que los hombres, pero pocas llegan a ser catedráticas universitarias o a dirigir grupos de investigación. Además, las investigadoras sufren, como muchas emprendedoras, el techo financiero. Es decir, tienen más dificultades para encontrar subvenciones, préstamos o reciben menos dinero que si el proyecto lo lidera un hombre. Por otro lado, las víctimas de violencia de género desconocen que tienen prioridad en las convocatorias públicas de empleo y formación, y creo que es debido a que no hay la suficiente publicidad al respecto”.

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