“Son tiempos muy difíciles, y el sufrimiento está siendo demasiado largo. Recorreremos juntos esta dura travesía y compartiremos la angustia y el dolor que aún nos queda por delante”, afirmaba ayer el presidente del Gobierno canario, Ángel Víctor Torres, durante su primer Debate sobre el Estado de la Nacionalidad, suspendido el año pasado por el confinamiento. Hace unos meses, Torres estaba leyendo una biografía sobre Winston Churchill, primer ministro británico durante la II Guerra Mundial. Y debió dejarle huella, porque esa idea de resistencia épica atravesó todo su discurso, . “Estamos en guerra contra la Covid-19”, afirmó, aunque también cree que vamos “saliendo del túnel”, con el objetivo de tener vacunado al 70% de población en verano. Y de que el futuro pase por “islas sostenibles en lo ambiental, lo económico y lo social”, conectando así con los objetivos del programa de investidura de su Gobierno, absolutamente trastocado por la pandemia, y haciendo una defensa férrea del Pacto de Progreso, que se volvió a sacar una foto con el brazo extendido y el puño apretado al final del discurso del presidente. Con un añadido de la foto original, la presencia de la consejera de Turismo. Yaiza Castilla.
No estaba mal armado el discurso de Torres, que empezó recordando a las 651 personas que han muerto víctimas del coronavirus y dio las gracias a todos, empezando por el personal sanitario y quienes trabajan en servicios esenciales, pero también a los ciudadanos que intentan cumplir las normas o a los grupos parlamentarios que han buscado la “unidad de acción” a través del Plan Reactiva, al contrario que en otras latitudes españolas, mucho más encanalladas.
En lugar de azuzar el antagonismo y la confrontación, Torres dibujó el relato de un Gobierno asaltado por las circunstancias que ha intentando gestionar la situación lo mejor posible. Recordó que hay 280.000 desempleados, pero también 90.000 personas que “mantienen la relación laboral” con su empresa gracias a los ERTE, financiados por el Gobierno de España. Reconoció que la pandemia generará pobreza, pero también mencionó el Ingreso Canario de Emergencia, que se abonó en dos pagas, en junio y octubre pasados, a 16.000 familias; la Prestación Canaria de Inserción (PCI), que actualmente llega a unas 8.000 familias -frente a las 5.000 del último Gobierno de CC-; el Ingreso Mínimo Vital, financiado desde el Estado, que ya alcanza 10.192 unidades de convivencia; o el aumento de personal sanitario y educativo, 4.500 y 2.500 personas respectivamente. Constató que la pandemia ha dejado en el chasis al sector turístico, pero reivindicó el plan de 400 millones de euros, 165 en ayudas directas, puestas en marcha por el consejero de Hacienda, Román Rodríguez. También defendió los esfuerzos de la consejera de Turismo, Yaiza Castilla, para impulsar la actividad del sector, siempre truncada por nuevas oleadas del virus o por la tardanza del Gobierno de Madrid en aceptar los tests, algo que tuvo que solucionarse a través de un decreto autonómico. Y alabó la labor de la consejera de Derechos Sociales, Noemí Santana, muy criticada desde la oposición y algunos sectores mediáticos.
Torres defendió el Pacto de Progreso frente a las rumorologías sobre crisis, y aseguró que los malos momentos de estos meses los han cohesionado. Entre esos momentos delicados, también está el aumento de cayucos, unas 29.000 personas desde los últimos meses de 2019. El presidente aseguró que se resistirán a que Canarias sea un centro permanente para alojar a migrantes, aunque criticó que se desmantelara la estructura de acogida tras la crisis de los cayucos. También pidió recursos al Estado y Europa para los menores migrantes, pues ya hay 2.600 bajo la tutela de la comunidad.
En la U.E es donde Torres cree que está la clave para encauzar la cuestión migratoria y asegurar una “solidaridad obligatoria” entre los países miembros. A Madrid dice que “irá mil veces”, si hace falta, para solucionar las cuestiones que interesan a Canarias, pero recordó que se ha comenzado a solventar la deuda pendiente por el convenio de carreteras incumplido por Mariano Rajoy, que se han suspendido las reglas del déficit, como pedía Canarias. O que se ha prorrogado la materialización de la RIC un año más, lo que implica entre 600 y 800 millones que conserva el sector privado para necesidades inminentes. Ahora queda pendiente que se inicien los traspasos competenciales por el nuevo Estatuto, y recordó que pronto vendrá el de costas y que habrá una ´”reunión” con Miquel Iceta. También vendrán otros ministros. Y Pedro Sánchez, que estará aquí para presentar los fondos europeos. Todavía sin fecha.
De esos fondos, los 630 millones del Plan React-EU que corresponden a Canarias ya los está adelantando el Gobierno regional para reforzar los servicios públicos y ayudar al tejido productivo. Pero ahora quedan los del Next Generation, todavía sin asignar, aunque afirmó que hay cientos de proyectos formulados desde Canarias, públicos y privados, para optar a la financiación.
Entre fondos españoles y europeos habrá este año en Canarias 2.000 millones de euros más para que el año anterior. El reto, según Torres, es saber gastarlos, para lo que se va a aprobar, de forma inminente, un decreto de agilización administrativa. Por lo pronto, el Gobierno quiere llenar las cubiertas de los edificios oficiales, centros sanitarios y educativos de placas fotovoltaicas para convertirlas en azoteas captadoras de energía solar. La transición energética ya está aquí, con una ley de de cambio climático que vendrá pronto y la aprobación de la Agenda Canaria de Desarrollo Sostenible en el próximo trimestre, aseguró Torres. A pesar de la enorme crisis, de la oscuridad y el espanto, Torres marca un horizonte optimista. Según la Fundación BBVA, la economía podría crecer un 8,1% en el segundo semestre de este año. Y un 9,6% en 2022. Pero nada es seguro en un entorno tan volátil.