La presidenta del Consejo de Colegios de Veterinarios de Canarias y del Colegio de Santa Cruz de Tenerife, María Luisa Fernández, denuncia que hasta ahora no se haya incluido a los veterinarios en el Plan de Vacunación canario, pese a tratarse de un colectivo sanitario y haber recibido ya el pinchazo médicos, enfermeros y farmacéuticos.
Fernández afirma que desde el comienzo de la campaña de vacunación se han puesto en contacto con la Dirección General de Programas Asistenciales del Gobierno de Canarias, con el consejero de Sanidad del Ejecutivo regional y con el director del Servicio Canario de la Salud. Este último, según traslada, les habría dicho que al comienzo de la vacunación no se estaba pensando en colectivos profesionales, sino en grupos de edades.
“Pero después de que nos dijeran eso, empezaron a vacunar a los maestros por su profesión, no por edad. Y claro, encima estamos hablando de que es una profesión no sanitaria. Así que estamos molestos con el Gobierno canario en este sentido”, apuntó Fernández.
De la misma forma, fuentes de la Consejería de Sanidad trasladaron el domingo a este periódico que la estrategia de vacunación “es nacional” y que se ha decidido “ir por grupos de edades y vulnerables”, en vez de centrarse en colectivos profesionales.
Una respuesta que no convence al Consejo de Colegios de Veterinarios de Canarias, ya que en otras comunidades, como es el caso de Andalucía, ya se ha incluido a este colectivo en el Plan de Vacunación.
UN DÍA EN LA CONSULTA
En cuanto a los riesgos que supone la COVID-19 para el ejercicio de la veterinaria, la presidenta del Colegio de estos profesionales en Tenerife explica que en estos casos un trabajador no puede ejercer detrás de una mampara, como muchas veces ocurre en una farmacia, sino que se dan situaciones de mayor riesgo.
En una cita -prosigue Fernández-, muchas veces es necesario que el veterinario y el dueño del animal estén muy cerca, sobre todo si el animal es difícil de manejar, para evitar así que la mascota se mueva durante la consulta.
Además, esta veterinaria recuerda que su colectivo ha sido esencial desde el comienzo de la pandemia, especialmente por su papel en la alimentación de las personas. Y es que, “no tratar las enfermedades de los animales de granja, puede suponer graves riesgos para la salud de los humanos”.
Y aunque no se sabe exactamente cómo se contagió del SARS-CoV-2 por primera vez una persona, sí que se sabe que este virus es de origen animal. Un hecho que para Fernández, da la razón a los veterinarios sobre la importancia de controlar las epidemias a tiempo.
Incluso ahora, se sabe que los humanos pueden contagiar el coronavirus a sus gatos, aunque estos animales no puedan pasar esta enfermedad a los humanos. “Por fortuna – continúa Fernández-, “los casos de animales con la COVID-19 hasta ahora han sido muy pocos y no se ha visto un crecimiento exponencial de las patologías respiratorias”.
Para evitar riesgos, esta veterinaria aconseja a las personas que se hayan contagiado de coronavirus y que tengan gatos en casa que, “dentro de lo posible, intenten minimizar el contacto director con el animal o valoren si hay posibilidad de tener a la mascota en otro lugar, por el bien del propio gato”.
Pero recuerda que las mascotas han convivido durante toda la pandemia con las personas, “sin suponer un riesgo para la salud”.
Un caso diferente, traslada, es el de los visones: “Son una especie que sí se ha demostrado que contagian a las personas el coronavirus. Y ahí sí que hay un riesgo muy alto, que es el de las mutaciones. Debemos ser muy cautos con esto”, apunta.