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67 usuarios del albergue en un hotel del Sur están contagiados

“Nos trajeron hasta aquí en dos guaguas sin hacer PCR previos y muchos llevan con la misma ropa más de diez días”, afirma Ferrán, uno de los 96 alojados en Costa Fañabé

Un brote de cuatro trabajadores -al final solo dos de ellos dieron positivo- del Instituto Municipal de Atención Social de Santa Cruz de Tenerife (antes conocido como el albergue) ocurrido hace diez días obligó al desalojo del recinto y al traslado de 73 hombres y 23 mujeres a un apartahotel en el sur de la Isla, concretamente, Los Olivos Beach Resort, en Costa Fañabé,donde están hospedados desde el 18 de este mes. Diez días más tarde ya son 67 de ellos los que han dado positivo en las PCR realizadas por Sanidad en el complejo, después de que fueran trasladados en dos guaguas sin hacerles antes las pruebas pertinentes para saber si estaban contagiados de la COVID-19 o no, como denuncia Ferrán, uno de los usuarios.
Uno de los positivos ha sido ingresado en un centro médico, mientras que el resto sigue alojado en el hotel de Costa Fañabé, en apartamentos que comparten dos o tres usuarios, casi todos asintomáticos. Solo uno de ellos, cuenta Ferrán, de 82 años, ha recibido las dos dosis de la vacuna contra el virus chino.
Los usuarios, como Ferrán o Juan Luis, relatan que los primeros días estuvieron atendidos por personal de Cruz Roja, pero que ahora la gestión la lleva la empresa Eulen y que esta “deja mucho que desear”, mostrando las quejas por la escasa comida y, sobre todo, porque “no nos dejan salir siquiera para comprar ropa, a no ser que tengamos tarjeta de crédito”, cuando “algunos vinieron con lo puesto y llevan diez días con la misma muda”, señala Ferrán. Asimismo, denuncia la escasa atención médica que están recibiendo en el hotel, sobre todo, “después de que ya no esté la Cruz Roja”, aunque permanece en el exterior una ambulancia del SUC.

“Yonkis y basura”
Además, relata que “muchos de nosotros necesitamos medicina, incluso metadona, y eso no lo tienen en cuenta, además de que el 90% somos fumadores y la ansiedad nos mata”, comenta, mientras agradece el comportamiento de los miembros de seguridad del apartahotel, gracias a los cuales “podemos fumar de vez en cuando”.
Otro compañero de apartamento de Ferrán lamenta, igualmente, que “cada vez que nos asomamos o salimos a la terraza nos insultan, llamándonos yonkis o basura de Santa Cruz, literalmente”, afirma, a la vez que denuncia que “apenas nos dejan utilizar los teléfonos y me gustaría poder hablar con mi hija. No somos animales, somos personas”, recalca.
Por ahora dicen estar a la espera de la próxima PCR para saber si pueden retornar al albergue o no, lamentando que “estas pruebas no las hicieran antes de trasladarnos hasta el Sur, donde nos tienen retenidos”. El albergue ha estado cerrado desde que se conoció el brote de los trabajadores hace 11 días.
Diversas plataformas a favor de los derechos sociales y la concejala de Sí Podemos en el Ayuntamiento de Arona, Antonella Aliotti, ya han movido los hilos para que estas personas reciban un mejor trato y puedan regresar cuanto antes al albergue santacrucero, cuando muchos de ellos tienen que recibir un tratamiento psicológico, que lo tuvieron los primeros días hasta que Cruz Roja dejó el recurso.

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