
Marisol Ramos nos da la bienvenida a su espacio textil, donde diseña y crea piezas originales para los amantes del lino. Slow Loom (“telar lento”) es su marca personal, donde todo lo que hace es a mano y “toca la fibra”. En sus propias palabras, “de manera artesanal, diseño uno a uno todos los tejidos y escojo personalmente aquellas fibras naturales que estarán en contacto contigo, con tu piel”.
Su materia prima es el lino. Para Marisol, el material “aporta el bienestar que necesitamos por sus innumerables propiedades y beneficios, tanto físicos como emocionales”. El lino “es una fibra vegetal y no solo es biodegradable, sino que tiene propiedades bactericidas”. “Nos resguarda de los rayos ultravioleta” y, además, “es absorbente y nos ayuda a mejorar la circulación sanguínea”. Asimismo, “regula nuestra temperatura corporal, con lo cual se puede usar tanto en invierno como en verano”, recalca Marisol por su experiencia de uso.
Quien se acerca a Slow Loom, en la localidad tinerfeña de La Esperanza, comprobará cómo los artículos son “de lujo, artesanales y sostenibles; creados desde la serenidad, con pasión y delicadeza”. Su marca es verosímil, con cero residuos, respetuosa con el medio ambiente.
Marisol trabajó durante años como administrativa, pero en 2010 se quedó en paro. Por su edad -ahora 54 años-, no encontraba trabajo: “No paré de buscar”. Cansada de la situación, comenzó a reorientar su carrera profesional volviendo a estudiar. Cursó estudios de formación profesional en la rama textil: “Comencé el ciclo de técnica en Artes Plásticas y Diseño en bajo lizo en la Escuela de Arte Manolo Blahnik, en La Palma”. De ahí su pasión por los tejidos naturales y sostenibles, como el que maneja actualmente.
Fue beneficiaria del Proyecto G4, plan de empleo 2017-2018 para las grandes ciudades canarias, en el que Santa Cruz participaba a través de la Sociedad de Desarrollo. Una vez concluyó su formación en la Lanzadera de Empleo, explica Marisol, “continuaba sin trabajo, pero seguía con mi idea de emprender”. Entonces, “acudí al servicio de la Sociedad de Desarrollo para lograr financiación, porque es lo único que siempre me faltó”, recuerda. En la entidad municipal, le ayudaron a preparar su plan de viabilidad y, una vez que le dieron el visto bueno de la institución, lo presentó “al banco con la intención de obtener un microcrédito”. No obstante, asevera, “finalmente lo logré por mi cuenta, pidiendo un préstamo personal”.
Considera que es un camino tedioso y reclama a las entidades e instituciones “brindar más apoyo en todos los sentidos”. Quiere decir: “Facilitar los trámites aduaneros, ayudar a conseguir financiación, interesarse en saber qué necesidades reales tenemos, porque todas las empresas no son iguales. Darnos visibilidad, ayudarnos a proyectar nuestros negocios fuera de Canarias, crear una red de apoyo permanente enfocado a la formación continua en diferentes materias…”. Pero considera que aprendió a demostrarse que sí podía hacerlo, “a confiar en mí misma”, y envía como mensaje “a las personas que deseen emprender y tengan un proyecto viable, que no tengan miedo, que salten esas incertidumbres y que tiren para delante, porque los sueños hay que perseguirlos”.
Marisol obtuvo el reconocimiento a la Mejor Obra Artesanal en la última Feria de Artesanía celebrada en el Recinto Ferial. Afirma que “la artesanía está recuperando su lugar”. Se empieza a valorar de nuevo “lo hecho a fuego lento, con calma, con pasión, a mano”, y, en su caso, tanto el concepto como el producto han tenido muy buena acogida: “Mi clienta ideal me ha encontrado”.
La mayor parte de sus piezas son realizadas por encargo, en su telar. “No hay nada como algo hecho solo para ti”, afirma. Diseña junto a la persona que desea esa pieza especial: “Elijo colores y le presento varias opciones de diseño. Una vez elegido, voy documentando todo el proceso con fotos o pequeños vídeos para que los clientes vivan y disfruten del proceso de tejer conmigo”. Es una experiencia que no encontrarán en otro lugar: “Ya tengo, incluso, clientes internacionales y varios en la Península, aunque el 90% son de Canarias”.
Su proyecto en breve pasa por impartir talleres, sin abandonar las ganas de seguir rompiendo límites y luchar por los sueños.
¿Por qué emprender en Santa Cruz de Tenerife?
Alfonso Cabello, consejero delegado de la Sociedad de Desarrollo de Sala de Santa Cruz, afirma que “Santa Cruz de Tenerife como capital de la provincia concentra el mayor número de empresas, como también de contratos firmados en un año”. Destaca que “en etapas preCOVID, el 32% de los contratos se firmaban en la capital, y ahora, en este último mes, el 40%. Cabello asocia contratos y empresas porque tiene claro que “Santa Cruz, como capital y con más de 14 áreas comerciales, tiene mucho movimiento y vitalidad”. Además, añade que la capital “tiene estabilidad para realizar un plan de negocio y dar viabilidad a una inversión”. Cabello concluye comentando que “en ese kilómetro cero o efecto capitalidad, Santa Cruz es un buen espacio industrial y comercial para abordar políticas comerciales que se ramifica hacia la zona norte y sur de la Isla”.