El catedrático de Microbiología, Medicina Preventiva y Salud Pública de la ULL, Antonio Sierra López, considera que la actual incidencia de contagios en Tenerife “no se resolverá a corto plazo”, y solo ve efectiva “la vacunación para frenar la transmisión de estos registros en jóvenes”.
Considera que era previsible un incremento de contagios, porque, a pesar de que hemos avanzado en la vacunación y ha disminuido muchísimo las muertes y las hospitalizaciones, “todavía hay un amplio porcentaje de la población, el 40% sin inmunización, y la mayoría son jóvenes, que cuando se comportan de manera irresponsable forman muchos contagios asintomáticos y leves”. Sin embargo, pidió “no bajar la guardia, pues lo que empezó en Tenerife siendo en su mayoría por la cepa británica, ya está creciendo la Delta, que acabará desplazando a la anterior, con lo que tendremos un problema”.
Sierra asume que a estas alturas de la pandemia será muy difícil “que podamos cambiar la conducta de los jóvenes, ya que se ha producido un exceso de confianza debido a perder medidas como el toque de queda y reducir las opciones legales que ofrecía el Estado de alarma, así como proclamar anticipadamente el quitarnos la mascarilla o las noticias de la apertura del ocio nocturno”, sobre todo en los jóvenes de 20 a 29 años, pero también entre los de 30 a 39 años, y de 12 a 19.
Decepcionado por la pobre participación en el último cribado, al que solo acudieron unas 1.700 de 53.000 personas, “se descubrieron 137 positivos asintomáticos, lo que demuestra que tenemos el virus circulando, sobre todo en la población de 20 a 39 años, y puede aumentar su incidencia”.
El experto asesor del Gobierno de Canarias cree que ahora “la conducta de los jóvenes no la controlaremos con restricciones. La llamada a la responsabilidad por parte de los medios de comunicación y las autoridades políticas o sanitarias ya se ha hecho por activa y pasiva, por lo que lo único que cortará el problema de la transmisión de los contagios es la vacunación de los jóvenes”.
Sierra López abogó como prioridad por “insistir en la vigilancia de las reuniones, botellones ilegales y reuniones domiciliarias. Vamos a tenerlo muy duro para perseguirlas”. Además, no cree que “subir a Tenerife al nivel 4 resuelva esta situación, ni es partidario de pedir el estado de alarma. Hay que habilitar otras soluciones legales para controlar a la gente en la calle más allá de la 1.00”.
Al catedrático de Microbiología, Medicina Preventiva y Salud Pública de la ULL le preocupan no solo estas jornadas consecutivas con más de 200 positivos en Tenerife, sino “los muchos más que están sumergidos por ser asintomáticos y muy leves”. “Tenemos la COVID cómodamente instalada y con muchos asintomáticos y leves, se transmite con mucha facilidad. Vamos a pasar unas semanas muy difíciles y duras, y no veo que haya una capacidad con medidas restrictivas que corrija esto. La única opción es la vacunación”, finalizó.
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