
Por Joel Ramos Ojeda
Doña Gloria, natural de Tenerife, pero palmera de adopción, es de las pocas personas vivas que participaron en el primer Minué que se celebró en Santa Cruz de La Palma allá por el año 1945. Los recuerdos de aquel momento son muy nítidos: Gloria cuenta que existía un grupo de palmeros y palmeras, comprometidos con la cultura y las tradiciones, que fue el impulsor del Minué, y que uno de estos organizadores fue el que la invitó a participar. Ella se mostró encantada con la oportunidad, tenía tan solo 15 años y, tras autorización de sus progenitores, pudo participar. Catorce fueron las parejas que bailaron y cantaron el Minué en 1945, según relata Gloria. Asimismo, comenta que el baile no se representaba en un escenario, como sí ocurre actualmente, sino en dos carrozas decoradas con atrezo barroco que se situaban en distintos lugares de la ciudad. “¡Bailamos y cantamos hasta las siete de la mañana! Todo el mundo recordó por años el Minué de 1945”, asevera.
Gloria residió en La Palma desde 1943 hasta 1957, momento en el que se trasladó hasta Santa Cruz de Tenerife. Aquí se casó y se dedicó durante toda su vida al hogar y al cuidado de sus hijos, aunque siempre tuvo grandes inquietudes que ocuparon gran parte de su día a día como la música y el francés, que fue perfeccionando acudiendo regularmente a clases. El tiempo fue transcurriendo rápido para esta mujer excepcional, y poco a poco la edad fue haciendo necesaria una ayuda externa en casa que le acompañase y le apoyase diariamente. Fue entonces cuando Francisca -o Paqui, como ella la llama- llegó a su vida para convertirse en una mano amiga.
Se conocieron hace ocho años
La historia de estas dos mujeres se remonta al año 2013, momento en el que sus vidas se cruzaron y no volvieron a separarse. Gracias al Servicio de Ayuda a Domicilio del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, gestionado desde hace tres años por la empresa Clece, Gloria encontró en Francisca no solo a una mujer que le ayudase con su casa y con el aseo y atención propia, sino a una persona más de su familia que, en palabras de Gloria, “me conoce tan bien que ya sabe lo que voy a necesitar y se adelanta”. Sin duda alguna, trabajar juntas ha hecho que se conviertan en más que auxiliar y usuaria, creando una unión que se asemeja a la que se puede sentir con un familiar.

Cada día, a las 8:00 horas, Gloria espera sentada en su sillón de orejeras a Francisca para hablar de temas cotidianos y empezar el día con fuerza y alegría. Es entonces cuando Francisca aprovecha para darle un baño, peinarla y comenzar con la faena del hogar: poner lavadoras, preparar la comida, limpiar y colocar aquello que esté fuera de su lugar. Mientras, Gloria aprovecha para leer -una de sus grandes pasiones- y enredarse en las tramas y personajes que le ayudan a evadirse y salir de su hogar por unas horas. Cuando está todo listo ambas se sientan a ver las noticias y comentar juntas lo que sucede para, tiempo después, despedirse hasta el siguiente día.
“Es una persona con muy buen carácter, muy atenta y me ayuda siempre que lo necesito”
Para Gloria, Paqui es una maravillosa persona a la que tiene mucho cariño. Reconoce que a diario se convierte en sus pies, sus brazos, su conversadora, su apoyo, su consuelo cuando le da algún bajón… En definitiva, se convierte en una persona muy necesaria para ella y afirma que no sabría qué hacer si algún día dejase de venir, porque ha tenido mucha suerte en encontrarla y no cree que otra persona pueda conocerla tanto como ella. Gloria no duda un segundo al hablar de Paqui y dejar claro que “es una persona con muy buen carácter, muy atenta y que me ayuda siempre que lo necesito”. Quizá al solo tener hijos varones se haya convertido en su referente femenino a la que consultar ciertas cosas o hablar sobre aspectos en los que Francisca pueda entenderla y aconsejarla.
Una persona especial
Para Francisca, sin embargo, Gloria se ha convertido en una persona especial que ha marcado mucho su trabajo como auxiliar y su vida, ya que tienen un carácter y forma de ser similares que ha facilitado mucho su labor. Han aprendido mucho juntas sobre la vida y sobre otros aspectos, ya que Gloria es una persona muy culta. En palabras de Francisca: “es parte de mi vida y de mi historia. Forma parte de mi día a día y si me faltase sería muy difícil. Ha pasado a ser algo personal que se va haciendo cada vez más mío, porque hemos creado un vínculo”.
Esta historia refleja la importancia de que nuestros mayores cuenten con alguien a su lado que los acompañe, ayude, cuide y proteja. Un confidente que, además, sirva de psicólogo y amigo, de familiar y cuidador. No es de extrañar que, con el paso del tiempo, estas dos mujeres hayan aprendido a vivir la una con la otra hasta el punto de no imaginarse por separado, porque cuando una relación es sana y nace desde el corazón, se crea un vínculo indestructible que perdona el paso del tiempo, los problemas cotidianos y los malentendidos, tal y como les ha pasado a Gloria y a Paqui, dos amigas inseparables que no han hecho sino comenzar una larga y peculiar amistad.

Clece: el vínculo de unión entre Gloria y Paqui
Clece es la empresa encargada del Servicio de Ayuda a Domicilio que presta el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife a sus ciudadanos desde hace tres años, una labor social fundamental que cuenta con más de 1.350 usuarios y 300 auxiliares. Esto se traduce en que las personas más vulnerables del municipio cuentan con un servicio que va más allá de velar por su cuidado e higiene personal, siendo tan importante esta labor como la de acompañar y demostrar afecto a las personas mayores, acompañándolas y creando vínculos tan personales como los de Gloria y Paqui