
Un sillón, un sofá, restos de una barbacoa, una mecedora, neumáticos y hasta una motocicleta, además de numerosos plásticos y cristales. Eso es lo que se ha encontrado el equipo de dos biólogos, un jardinero y seis operarios que participan en un programa social de empleo, de seis meses de duración, que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de Arona para cartografiar una zona de alto valor etnográfico y natural del litoral del municipio, como es la franja que abarca desde la playa de Las Burras a la Reserva Natural Especial del Malpaís de Rasca y entre Las Galletas y Montaña Amarilla. En total, y a falta de algunas semanas para la finalización del proyecto, se han recogido más de 1.335 kilos de residuos de todo tipo, entre los que destacan los 650 kilos de vidrio, 325 de plástico y 15 de papel, que permanecían esparcidos a lo largo de toda la franja del litoral.
Con este proyecto, desde el área municipal de Medio Ambiente se pretende no solo limpiar la zona, sino saber qué clase de residuos se abandonan en este paraje (tipos de desechos, escombros, enseres…), en qué cantidad y en qué puntos, con la intención de evitar la propagación de basuras en esta área, además de prevenir los daños en el paisaje.
El área protegida tiene una superficie de 315 hectáreas, pero el Ayuntamiento de Arona pidió en el pasado mandato incrementarla en un 50%, hasta alcanzar las 475 hectáreas y preservarlas de la presión urbanística, así como del mal uso del litoral por parte de los usuarios, ya que se trata de un ámbito de valor geológico, paisajístico, natural y etnográfico.
El alcalde de Arona, José Julián Mena, explicó que es fundamental valorar “la enorme importancia que tiene el litoral del municipio, muchas veces desconocido, porque esa es la única manera, no solo de poner en marcha medidas de cartografía y limpieza, sino de concienciar a vecinos y visitantes para evitar actitudes dañinas”. Además, agradeció la labor de los técnicos del área y de los trabajadores del programa “por profundizar en uno de los valores clave para el municipio, que es la sostenibilidad medioambiental”.
Por su parte, el concejal del área, Leopoldo Díaz Oda, insistió en “la relevancia el malpaís de Rasca y el ámbito que circunda este litoral”, y manifestó su sorpresa “por el tipo de residuos con los que nos hemos encontrado y que es fruto de la falta de comprensión del valor de lo que se tiene que preservar”.
La Reserva Natural Especial del Malpaís de Rasca, enclavada en un ámbito muy cercano a zonas densamente habitadas y turísticas, engloba un valioso paisaje geológico, con varios conos volcánicos y coladas basálticas hasta el mar, y alberga hasta una treintena de endemismos macaronésicos, canarios y tinerfeños.
Entre las especies vegetales destaca el denominado tajinaste triste, exclusivo de Tenerife y La Gomera y que fue incluido en el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias. Además, cuenta con una importante zona ornitológica en el entorno de la Charca de El Fraile, donde se concentran hasta 40 especies que pueden nidificar, así como reptiles como el tizón, el perenquén o el lagarto moteado, un saurio arcaico de gran tamaño. En cuanto a los elementos materiales, la reserva alberga vestigios de la cultura aborigen y habitáculos de piedra seca o salinas.