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Begoña Reyero, coordinadora de la campaña de vacunación en Canarias: “No estar vacunado expone a contraer el virus con gravedad”

Hay excusas que demuestran poca conciencia del peligro que corren. Tenemos mucha más gente joven hospitalizada y en la UVI. Ojalá pudiéramos transmitir las opiniones de muchos que se muestran arrepentidos de no haberse vacunado antes. Necesitamos que los que han superado una COVID grave nos ayuden a impulsar la vacunación entre sus amigos", afirma la coordinadora de la Campaña de Vacunación
Begoña Reyero, la enfermera coordinadora de la campaña de vacunación en Canarias, Begoña Reyero. | DA

El Archipiélago alcanzó el pasado día 18 el hito de tener al 70% de su población diana con la pauta completa de vacunación. Los equipos enfermeros han administrado hasta el viernes casi 2,9 millones de vacunas, alcanzando a más de 1,6 millones de personas con al menos una dosis, lo que supone el 81,6% de la población diana (que asciende a 1.960.774 personas), mientras que más de 1,4 millones han recibido la pauta completa, el 71,7%. Parecía un objetivo inalcanzable, pero con la ilusión con la que arrancó la vacunación el 27 de diciembre de 2020 todo era posible. Siete mujeres fueron las primeras en recibir la vacuna en las Islas. En Hospital Nuestra Señora de los Dolores de Tenerife, la señora Doria Ramos González, de 84 años, se convirtió en la primera en vacunarse contra el coronavirus. Solo han pasado ocho meses y hay que continuar vacunando a la mayor cantidad posible de canarios para tratar de frenar a un coronavirus cuyos efectos han sido devastadores no solo en ámbito sanitario, sino en nuestra economía y en el empobrecimiento de nuestra población más vulnerable. El trabajo admirable de las enfermeras y de todos los que forman los equipos de vacunación merece un reconocimiento. La coordinadora de la campaña de vacunación en Canarias, Begoña Reyero, destaca en el DIARIO la unión creada para formar un gran equipo en el objetivo de la vacunación.
-Hemos alcanzado un objetivo que parecía difícil hace un año. En ocho meses se ha alcanzado el 70%.
“Si, son casi 1,4 millones de canarios y un 72% de la pauta completa, pero, sobre todo, destaco que hemos llegado al 82% de población diana con una dosis. Son objetivos importantes, pero no lo dudábamos, pese a algunas voces que decían que íbamos a lograrlo en 2022. El primer objetivo de la estrategia ya está conseguido, ese 70% de la población diana, pero ahora no hay que bajar la guardia, hay que seguir ampliando la cobertura, seguir vacunando hasta donde podamos”.
-Al inicio se sufrió bastante con la llegada de dosis. ¿Cómo estamos ahora?
“A nivel de vacunas, estamos muy bien. Tenemos existencias de todas las vacunas con lo cual desde hace unas semanas no son un problema. Al principio teníamos pocas dosis y mucha gente que vacunar, luego hemos pasado un periodo en el que teníamos más dosis y habilitamos espacios masivos, y desde hace unas semanas abrimos la vacunación sin cita. Desde hace varias semanas nos encontramos con espacios masivos, con equipos muy bien formados y con una logística ya completamente aprendida y consolidada, asegurando las segundas dosis y con existencias para seguir avanzando en la cobertura”.
-¿Cuántas personas están involucradas en todo el equipo de vacunación en Canarias?
“Realmente han sido tantos los recursos que sería muy complicado dar un número, podríamos decir que casi la totalidad del Servicio Canario de la Salud ha estado implicado en una tarea u otra. No solamente a nivel de enfermeros, es que desde los Centros de Salud si no han vacunado han estado llamando para captar personas, no me olvido de los administrativos, celadores, también Binter y las navieras se han implicado en el transporte de vacunas, y otras empresas han echado una mano para manejar una logística compleja a la hora de mover vacunas. Empezamos con 25 enfermeros en Tenerife y Gran Canaria, pero hemos ido aumentando los recursos hasta la actualidad. Realmente ha sido una gran maquinaria en muchos niveles, no solo sanitario. En el personal sanitario destaco la unión entre las gerencias de Atención Primaria y Hospitalarias, se han fusionado para hacer un gran equipo y para apoyarse en un punto de vacunación”.
-Vaya cambio de la complejidad de esas primeras semanas con escasas existencias, su traslado y conservación, a la actualidad, ¿verdad?
“Para todos esto era completamente nuevo, aunque para las enfermeras la vacunación es algo intrínseco y no es algo distinto a otras campañas. Al inicio era una vacuna algo más compleja [se refiere a Pfizer] que requería ultracongeladores, a lo que no estábamos acostumbrados, ya que las vacunas habituales vienen con otro sistema de conservación, y hemos tenido que aprender procesos, tanto en tiempo como en su manejo, el empleo de hielo frío, optimizar los traslados, afirmar los calendarios de vacunación, ya que las Islas se mueven con ritmos distintos, tener que enviar de hoy para mañana vacunas entre islas y transportarlas en unas condiciones adecuadas, etc. Hemos aprendido y mejorado mucho [Canarias fue la primera que exprimió una dosis más en el vial de Pfizer, formó cadenas de trabajo, etc.] y, sobre todo, una evaluación continúa buscando ser más rápidos, seguros y eficaces”.
-En los primeros momentos, ¿lo más complejo fue acudir a todas las residencias o a los domicilios de los dependientes?.
“Todos los primeros pasos fueron complejos. En primer lugar, había que localizar todos esas residencias de mayores, hacer los listados y acudir a cada una a vacunar. Además, se descubrieron nuevos centros. Acudir a cada punto y el traslado de las dosis fue más complicado, porque ahora las vacunas han mejorando a nivel de conservación y transporte. La vacunación de las personas dependientes que están en sus domicilios fue una etapa más compleja, efectivamente no solamente era acudir una vez, sino replicar a los 21 días esa vacunación, visitando casa por casa. Requirió de una tarea anterior de los Centros de Salud, que ya tienen unos listados de confinados, pero había que comprobarlos por si se habían incrementado o habían cambiado de domicilio, había que reevaluar al cuidador para también poder vacunarlo a la vez, a lo que hay que sumar que solo disponíamos de seis horas de trabajo para poner la vacuna. Todo ese trabajo fue duro e intenso y hay que aplaudir al personal de los centros de Atención Primaria que solventaron una labor complicada, ya que no es lo mismo que la gente venga a vacunarse a un lugar a que tú tengas que ir puerta a puerta”.
-Pues no se descarta que pueda ser necesario una tercera dosis de refuerzo como ya han comenzado en otros países.
“Pues sí, habría que hacerlo. Pero los profesionales de Atención Primaria estamos acostumbrados, ya que un Centro de Salud tiene un cupo de personas en domicilios y un enfermero adjudicado. Sin duda, ahora será más fácil, porque ya los tenemos perfectamente ubicados y actualizados. Si llegara la necesidad de poner esta tercera dosis habrá que replicar ese esfuerzo y acudir a los domicilios, centros y residencias, porque probablemente se destinará a los pacientes de riesgo y vulnerables. Estamos preparados para hacer ese esfuerzo otra vez”.
-¿Cuál es el grupo etario que más le preocupa? ¿Quizás los de 60 a 69 años, los de 40 a 50 o los veinteañeros?
“Los jóvenes creo que tienen mucho que decir, hemos empezado con ellos hace cuatro semanas. Tenemos una horquilla de personas de entre 30 y 45 años algo más rezagadas, gente que tal vez no están tan acostumbrados a las medidas de prevención, que acuden muy poco a los centros de salud, solo por una urgencia, gente a la que hace varios años que no se ponen una vacuna, y se han olvidado. Con esta gente de más de 30 años hay que hacer educación sanitaria y captarles en cualquier oportunidad, ver los motivos por los que no han acudido, intentar hacer pedagogía de las ventajas de la vacuna y lo que se llama una vacunación oportunista. Habrá que insistir en sus beneficios, pero es que como son jóvenes no tienen patologías asociadas, son gente sana y se creen un poco invulnerables, creen que con ellos no va la COVID, no valoran el riesgo al que están expuestos, porque no se consideran vulnerables y no creen que le puede tocar la infección de forma grave. Por tanto, hay que seguir trabajando mucho para quitar esa falsa creencia de que son inmortales y que no le va a pasar”.
-Quizás en septiembre mejore la vacunación tras reincorporarse de las vacaciones.
“Las vacaciones está retrasado la vacunación. Nos han comentado que se quieren vacunar pero no quieren que se altere sus vacaciones por nada, que no les da miedo la enfermedad y te relatan que no quieren pasar por esos efectos secundarios remotos y leves, es decir, la aplazan por si les da una fiebre o les duele el brazo, cuando tristemente no se dan cuenta de que no estar vacunados significa que están más expuestos a contraer el coronavirus con gravedad. Hay excusas que demuestran poca conciencia del peligro que corren”.
-Los hospitalizados en planta e ingresados en UCI son persona no vacunadas o con la pauta incompleta.
“Efectivamente, parece que no quieren ver las noticias que salen, que si un chaval de 27 años fallece no les afecta, no les genera conciencia. Tenemos mucha más gente joven hospitalizada y en la UVI y entre el 80 y el 90% no están vacunados. Ojalá pudiéramos transmitir las opiniones de muchos que se muestran arrepentidos de no haberse vacunado. Necesitamos que la gente que han superado una COVID grave nos ayude a impulsar la vacunación entre sus amigos”.
-Además de los puntos de vacunación fijos han comenzado con los puntos itinerantes con las vacuguaguas. ¿Cómo surgió?
“En Fuerteventura se utilizó una furgoneta que iba recorriendo distintos puntos y en una carpa anexa se vacunaba. Sin embargo, en la vacuguagua se podrán vacunar dentro de ella, la gente tiene un circuito de entrada y otro de salida, y en el exterior pondremos una carpa donde la gente podrá hacer la espera. Empezamos en el estadio Heliodoro Rodríguez aprovechando el partido del CD Tenerife, y en Las Palmas en la plaza anexa al Auditorio Alfredo Kraus, al final del paseo de Las Canteras. Con la vacuguagua queremos acercarnos a gente. Empezaremos en lugares más visibles, tenemos previsto ir a las playas, a las universidades, los parques o plazas, buscando esa gente que por pereza no se quiere desplazar ni perder el tiempo, debemos ponérselo fácil para que se animen a vacunarse”.
-¿Habrá que plantearse en breve si queremos vacunar a los menores de 12 años?
“De momento hay una cuestión importante, los ensayos clínicos están desarrollándose, pero todavía no hay ninguna vacuna autorizada para menores de 12 años. Van avanzados los estudios pero de momento no hay autorización aunque queramos vacunarlos. La cuestión está sobre la mesa y se está evaluando, pero todavía no hay una herramienta, con lo cual esos niños de momento están “desprotegidos”. Sin embargo, hemos visto que si se están infectando no están pasando una enfermedad demasiado alarmante ni grave, y eso nos da más tranquilidad. Pero no sabemos lo que podrá pasar en unos meses, si habrán más infectados y nos encontraremos más ingresos y más menores pasando un mal momento. Ojalá ya tengamos esa herramienta para vacunar. Tampoco creo que haya problemas ya que los padres y los niños están acostumbrados a las vacunas, y ojalá se autorice si se demuestra su seguridad, para poder seguir saliendo de esta situación”.
-La vacunación es fundamental, pero también mantener el resto de medidas de protección.
“Sin duda, hay que estar atentos, porque nos podemos ver en complicaciones, en una situación que nos vuelva a desconcertar. El virus ha ido cambiando y hay que concienciar a la sociedad de que tenemos que seguir controlándolo con todas las herramientas en nuestra mano. Es importante seguir con el uso de la mascarilla, el lavado de manos, mantener la distancia de seguridad y ventilar las habitaciones, puesto que no solo nos salvan las vacunas sino, sobre todo, seguir usando el resto de medidas de prevención”.

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