
En su libro ‘Historia del Nacionalismo Canario’, el profesor Domingo Garí relata, a cuenta de la fundación del Partido Nacionalista Canario en La Habana en el año 1924, cómo el escaso interés del poder político español sobre la realidad social, económica y cultural de las Islas jugó un papel importante en la defensa del independentismo por parte de sus primeros dirigentes: “La desidia que ha demostrado España hacia el Archipiélago queda patente, no solo en la escasa actividad económica que las Islas desarrollan con la ‘metrópoli’, sino también en el profundo desconocimiento que muestran todas las instancias oficiales del Estado en todo lo que se refiere a Canarias, desde su posición geográfica hasta su historia, desde sus carencias hasta sus abundancias, y todo eso lo han suplido otras potencias europeas que han sabido apreciar que las Islas no son una tierra para el destierro, sino para el ‘descanso y la belleza'”.
La fascinación europea por el ‘paraíso’ canario era una forma de exotización colonial, pero nada peor que el dolor por la sensación de ‘abandono’. De hecho, seguimos dándole vueltas de forma obsesiva a nuestra relación con la ‘metrópoli’, midiendo cada paso y cada gesto de ‘Madrid’, hasta convertirlos a menudo en motivo de trifulca política. Sin embargo, al contrario que aquellos ilustres pioneros del nacionalismo canario, casi nadie quiere marcharse de España, acaso sentirse mejor tratados. Y por ahí empieza nuestra conversación con Zósimo Darias, vicesecretario de Implantación del PNC, y Emiliano Oliva, militante del PNC, sobre la convención de ese casi centenario partido que hoy se celebra en Santa Cruz de Tenerife. El primero es el encargado de la ponencia sobre “unidad del nacionalismo”. El segundo disertará sobre “autonomía o soberanía” para definir las líneas estratégicas del nacionalismo.
“Con esto del volcán, estaba pensando si no será una suerte pertenecer a España y a la U.E”, comento con ganas de animar el debate. “Indudablemente, cuando uno se siente golpeado, se encuentra mejor si está protegido. Por pura supervivencia o por agradecimiento hacia toda esa solidaridad. Y es cierto que ahí se visibilizan contradicciones. Pero todo lo que sea generar consensos amplios para ayudar a nuestra gente es construir discurso de país”, afirma Emiliano Oliva. “Aunque también se ha demostrado que, en parte, no estamos en el imaginario del español medio: el hecho de que la erupción fuese en ‘Palma de Canarias’, como ha dicho alguno, preocupa un poquito menos. La lectura que estamos haciendo nosotros, un poco al pie de los acontecimientos, está en sintonía con lo que se ha dicho en las redes, cuestionando que no se cortaran las emisiones de las cadenas estatales con la erupción. O que muchos no nos sepan localizar”.
“Ahí están los dos presidentes aportando, el de Canarias y el de España, pero también se ha puesto de manifiesto el olvido”, afirma Zósimo Darias. “Se nos sigue viendo como un lugar de vacaciones. Y hasta la ministra Maroto estaba hablando de la oportunidad para el turismo. Pues mire, no es el momento… A los medios de comunicación estatales, esto los ha pillado con el pie cambiado, cuando se veía venir en las dos últimas semanas, con el aumento de la actividad sísmica. Por eso hay que poner en valor la existencia de los medios públicos de Canarias, que fueron un logro nacionalista y a los que se les dio mucha leña al principio”.
“Menos mal que ha venido Pedro Sánchez, porque si no, muchos estarían hablando de abandono… Siempre me ha llamado la atención la obsesión que tienen algunos nacionalistas con si vienen o no determinados líderes estatales a Canarias”, les sugiero. “Yo creo que es porque nosotros carecemos de muchos más recursos. Aunque con la gravedad de lo del volcán, podrían venir hasta cargos de la U.E. Pero es verdad que hay un debate interesante entre ese nacionalismo que demanda atención y el que demanda soberanía. Está claro que estamos en marcos incompletos”, comenta Oliva. “Yo creo que no son temas contradictorios. Vivimos en un Estado español. Y lo que pedimos es que, en momentos críticos, nos sintamos arropados”, reflexiona Darias.
Apeados del poder tras la llegada del cuatripartito de la izquierda canaria, el PNC, que se ha presentado en coalición con CC desde 2007, intenta abrir un proceso de reflexión sobre qué vías defender para las Islas. “El PNC es un partido del marco de la autonomía”, reconoce Oliva. “Pero es legítimo que queramos estirar al máximo las costuras de la autonomía, un marco lleno de contradicciones que debemos confrontar con todo tipo de políticas de soberanía: en el mar territorial, en la cuestión alimentaria, en la energética… Y, por qué no, también con marcos de soberanía política, que es lo propio de un partido nacionalista”. “Y esa soberanía política, ¿cómo se construye? ¿Con un estado libre asociado?”, pregunta este periodista. “El partido puede ser un catalizador, pero eso es un debate de la sociedad”, responde Oliva. “A esta convención, vamos también a escuchar”, afirma Darias. “Van a venir referentes como Paulino Rivero, Tomás Padrón, José Luis Perestelo o Mario Cabrera. Y también algunas personas que se desencantaron con CC o que vienen de otros ámbitos del nacionalismo. Lo que estamos defendiendo desde el partido en los últimos años es aumentar las cotas de autogobierno dentro del Estado. Pero también hay que escuchar otros planteamientos. Eso no supone que el partido los vaya a defender, pero tenemos que escucharlos”.
La relación con CC en esta nueva etapa es crucial, y desde el PNC no descartan que puedan separarse en el futuro, a pesar de que eso les ha garantizado la presencia de su presidente, Juan Manuel García Ramos, como diputado del Parlamento canario, con voz y voto también dentro de los órganos políticos de CC. Pero tampoco confirman que haya una ruptura en ciernes. “El partido se está replanteando muchas cosas. Entre otras, esa alianza”, dice Oliva. “Apostamos por la unidad, pero en la situación actual no estamos absolutamente cómodos. Si la realidad fuese mucho más amable, no estaríamos haciendo este tipo de debates”. Para Zósimo Darias, el ejemplo de unidad se dio en 1993, con una integración de distintas sensibilidades ideológicas y territoriales que conformaron CC. “Pero hace falta cumplir los acuerdos. Por no hacerlo, la gente de Nueva Canarias se marchó en 2005”. Y pide un trato justo al PNC. “En la ponencia sobre los 97 años de historia, voy a reivindicar el papel que ha tenido el PNC en la defensa de la unidad nacionalista”, dice Darias, soñando que algún día, el partido se convierta en la auténtica “casa común” donde convivan los diferentes sectores del nacionalismo canario, desde los regionalistas a los soberanistas, desde la izquierda a la derecha. “Cuando más fuertes y unidos hemos estado, más cosas hemos conseguido para Canarias”.
“El problema es que no tienen peso electoral para marcar el paso, el ciudadano común no los disocia de CC”, les sugiero. “Quizá porque nos hemos concentrado en unir fuerzas en lugar de atender nuestra casa. Y eso no puede pasar. Somos un partido histórico y tenemos que estar”, afirma, recordando que, en 2003, llegaron a tener un consejero en el Cabildo de El Hierro, un concejal en Valverde y siete concejales en Tenerife, con grupo propio en Santa Cruz.
“Estamos construyendo un proyecto para ganar”, afirma Oliva. “Aunque tenemos que hacerlo con mucha paciencia. No vamos a regresar a 2019, ese momento pasó. Hay que salir de la fase de negación y abrirse a planteamientos nuevos”, dice en referencia a la dificultad de CC para aceptar que perdió el poder y es necesario transitar caminos distintos. “También me parece que habría que darle preponderancia al hecho de que exista una generación de jóvenes con un futuro complicado, por no decir que no tenemos futuro. Los partidos tienen que tener eso en cuenta, debe ser un eje transversal de sus políticas. Podemos discutir de soberanía o autonomía, pero hay que solucionar los problemas”.
En estas condiciones socioeconómicas, les sugiero, muchos nacionalistas apelan a Madrid pero han estado años sin redistribuir, trabajando para las élites y con el 0,3% de la población acumulando la riqueza equivalente al 50% del PIB canario. “Cogobernando con otros”, recuerda Darias. “Pero hay que reconocer que las condiciones de los trabajadores se han precarizado de forma inaceptable”. Emiliano Oliva dice que “esa realidad no se nos esconde. En la parte que nos toca, estamos visualizando esa misma contradicción”.