El Lenovo Tenerife logró imponerse al Obradoiro en Santiago tras un mal inicio de encuentro. Un triple de Wiltjer coronó la remontada de un equipo que recuperó la mejor versión de Marcelinho Huertas.
Mal inicio de partido del Lenovo Tenerife. Un primer parcial de 10-2 metió en apuros a los de Vidorreta. El Obradoiro movía bien la bola, forzando al Canarias a hacer segundas y terceras ayudas que beneficiaban al juego interior local, sobre todo de hombres como Birutis.
Un parcial de 11-2 y un 83% en triples (los locales habían metido cinco de seis intentados), permitían a los de Moncho Fernández irse al final del primer cuarto con un contundente (23-9).
Un parcial de 8-17 hizo más humano al Obradoiro y situó al Lenovo Tenerife en su nivel más habitual (31-27). Moncho Fernández paró el duelo a falta de cinco minutos.
Más tarde, Marcelinho se echaría al equipo a la espalda anotando, casi de manera consecutiva, siete tantos (40-38). El brasileño resultó clave para, al descanso, llegar solo cuatro tantos por debajo en el electrónico (42-38).
Mejoró el Lenovo Tenerife, pero no lo suficiente para ponerse por delante en esta tercer manga. Cada vez que los insulares tenían opción de remontar, fallaban, lo que aprovecharon los locales que, sin muchos alardes, volvieron a irse ganando a falta de diez minutos por jugarse (62-56).
Parcial de 0-6 (66-64) y vuelta a empezar para un Lenovo Tenerife que ponía todo para lograr la remontada, pero se encontraba con un rival que, con sus limitaciones, no cedía. La primera vez que el Canarias logró ponerse por delante quedaban solo cuatro minutos para el final (71-72). La expulsión por faltas de Birutis y la dirección de Marcelinho resultaban claves. Las tornas habían cambiado.
Una sensacional acción de Marcelinho obligó a Obradoiro a pedir otro tiempo muerto (73-77). Con tres minutos por jugarse tocaba ver si los locales eran capaces de aguantar. Un triple de Wiltjer en el último segundo dio el triunfo a los aurinegros que, así, no pierden comba con los equipos de la zona alta (81-84).
