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Una Canarias descarbonizada sin coches de gasolina en las ciudades

El Gobierno presentó ayer el proyecto de ley de cambio climático, que pretende hacer de las Islas un territorio neutro en emisión de gases de efecto invernadero en 2040
Una Canarias descarbonizada sin coches de gasolina en las ciudades
El presidente Torres y el consejero Valbuena durante la presentación de ayer/Sergio Méndez

Un territorio es neutro en carbono cuando emite a la atmósfera la misma cantidad de gases de efecto invernadero que la que consigue retirar por otras vías. Para conseguir este objetivo para 2040, el Gobierno canario acaba de aprobar el Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que será trasladado la semana que viene al Parlamento canario para su discusión. Ciudades con pocos coches y solo eléctricos, azoteas llenas de placas solares sin importar el barrio ni el bolsillo del ciudadano, empresas midiendo su huella de carbono, una planificación urbanística adaptada a la subida del nivel del mar, proyectos de energía geotérmica… El futuro se construye también con imágenes. Y estas fueron algunas de las que utilizaron ayer el presidente canario, Ángel Víctor Torres, y su consejero de Transición Ecológica, José Antonio Valbuena, para presentar el proyecto.

La parte de Torres fue la más ‘política’, destacando que esta ley se trata de un compromiso que contrajo el Gobierno desde el principio de la legislatura. Y que el 30 de agosto de 2029, al poco de empezar, el Ejecutivo declaró el estado de emergencia climática. Entonces, dijo, algunos señalaron que un modelo que apostara por el desarrollo ecológico podía desincentivar el turismo. Sin embargo, recordó que tener energía fotovoltaica o hacer recogida selectiva de residuos son casi un reclamo para muchos de los turistas que llegan hoy en día a Canarias. Este proyecto de ley, según el presidente, es un “hito”, el más participado de la historia del archipiélago, con 384 aportaciones en los dos periodos de exposición pública. Y más de 500 personas y colectivos que han estado trabajando durante su conformación. “Es una ley valiente”, afirmó el presidente. Y aseguró que uno de los elementos esenciales será financiar a los sectores menos favorecidos para que puedan incorporarse a esta transición energética y adquirir bienes como el coche eléctrico o el de hidrógeno, cuyos precios ya han bajado hasta los 10.000 euros con el Moves III, un plan estatal de ayudas a la compra de ese tipo de vehículos con cargo a los fondos europeos de reconstrucción y modernización.

Una acceso igualitario, según Valbuena, que debe ir en la línea del que ofrecen los sistemas sanitario y educativo públicos. Porque una vez tengamos un coche de este tipo, explicó, supondrá un “ahorro” importante en el dinero que se va en combustible, que él situó entre los 200 y los 500 euros al mes. Una transición energética justa es también que no podamos “distinguir desde el aire” la extracción socioeconómica de un barrio midiendo si tiene o no tiene placas solares, porque todos las van a tener. Esa es la idea que atraviesa la ‘Estrategia canaria de transición justa y justicia climática’, uno de los instrumentos que tiene la ley, junto a la ‘Estrategia Canaria de Acción Climática’, de la que dependen el ‘Plan de Transición Energética de Canarias’ y el ‘Plan Canario de Acción Climática’.

Para cuando acabe esta legislatura, todos los elementos jurídicos deben estar ya listos. “De lo que se trata es de que todos sepamos lo que hay que hacer y nadie tenga una sola excusa”, afirmó el consejero. Administraciones y empresas tendrán que registrar su huella de carbono para ver cómo están de mal -o de bien- e ir mejorando. Los edificios públicos tendrán que ser autosuficientes energéticamente, se renovará el parque público de vehículos, intentando estimular así el mercado de los coches más sostenibles. Y todo este proceso será supervisado por la Agencia Canaria de Cambio Climático, que tendrá también un régimen sancionador para quien no cumpla. Igual que le ocurrirá a los conductores que entren en las ciudades con vehículos movidos por combustible fósil, que serán multados en el futuro si los caza la policía.

El 2040 como fecha para la descarbonización adelanta en diez años a lo que se plantea a nivel estatal y europeo. Pues a nuestras fortalezas como lugar ideal para el desarrollo de las energías renovables se une que no tengamos un sector industrial con alta demanda energética ni temperaturas frías que exijan calefacción. Para iniciar este proceso, que todavía precisa fechas de concretas más allá del horizonte final, se cuenta ya con 470 millones de Europa con cargo a la Estrategia de Energías Sostenibles de los Territorios Insulares.
Ese dinero irá ahora para desarrollar la autosuficiencia en los edificios públicos, dedicando el dinero que se ahorre a promover la autosuficiencia entre ciudadanos y empresas de menos recursos. Se potenciarán también las comunidades energéticas, para sustituir los sistemas de producción energética centralizados, en plan central eléctrica de toda la vida, por sistemas distribuidos, lugares de producción a pequeña escala con usuarios que evitan la red tradicional y no están sometidos a arbitrariedades y cambios sobre los que no tiene ninguna capacidad de decisión. También se favorecerá la investigación. Para que la transición energética tenga un ritmo adecuado, es necesario que se dedique el 2% del PIB a actividades encaminadas en esta dirección. No el Gobierno, sino la sociedad que trabaja, consume y crea empresas. Y en eso están. Todavía faltan detalles, desconocemos el cronograma exacto más allá del horizonte final.

Durante la presentación, Torres también anunció que el próximo 2 de diciembre se presentará en Lanzarote la Agenda Canaria de Desarrollo Sostenible 2030, coordinada por el director general de Investigación y Coordinación del Desarrollo Sostenible, el economista David Padrón. Parece que poco a poco se va construyendo el andamiaje de un modelo nuevo. A ver cómo discurre…

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