
La mejor manera de estar preparados para una situación de emergencia es entrenándose para ello. Y, por eso, Cepsa, en su apuesta por incrementar la seguridad de sus empleados, instalaciones y procesos, así como del personal de empresas auxiliares de servicios, clientes y otros grupos de interés, desarrolla de forma continua simulacros de emergencia para poner a prueba su capacidad de reacción ante cualquier potencial incidente o accidente. Con ello analiza y mejora de manera continua tanto la respuesta de sus equipos humanos como la de los múltiples recursos materiales de seguridad con los que cuenta en sus instalaciones.
La energética, que cuenta con una cultura única de seguridad, tiene el lema de que el mayor riesgo es creer que no hay riesgo. Los últimos cuatro grandes simulacros promovidos por Cepsa en Canarias se desarrollaron, de manera intensiva, el pasado mes de noviembre, activándose en todos ellos el nivel 2 de emergencia. Su realización ha puesto de relieve, una vez más, la importancia de una actuación rápida y eficaz frente a cualquier incidente. Y ello con un objetivo común: poner en práctica el buen conocimiento de los planes de emergencia interior de cada instalación y la capacidad de respuesta ante situaciones de crisis, además de potenciar la coordinación con los organismos externos susceptibles de intervenir en circunstancias de este tipo.
Cuatro ejercicios en un mismo mes
En Santa Cruz de Tenerife, se llevaron a cabo tres simulacros de gran envergadura, con un gran despliegue de medios materiales y humanos en cada uno de los supuestos. En el caso de la Refinería, se simuló un incendio en el Terminal Marítimo, lo que dio lugar a la activación no solo del Plan de Emergencia Interior, sino también, del Plan Interior Marítimo. Una práctica muy completa en la que participaron cerca de 40 personas de manera activa, entre ellas el equipo de bomberos de la Refinería, así como los servicios médicos propios, al simularse también la existencia de dos heridos. En este caso, también se puso el foco en cómo atajar un problema de contaminación marina provocado por un supuesto vertido al mar durante las labores de extinción del incendio en la zona, que fue cercado y extraído con medios oceánicos propios.
En las instalaciones de almacenamiento que la Compañía tiene en el Dique del Este del Puerto chicharrero, también se simuló un incendio, causado por un supuesto derrame de gasoil, que activó los sistemas de seguridad y contra incendios fijos y móviles y al personal de la instalación. A esto se sumó un refuerzo de efectivos de la Refinería y una dotación de su cuerpo de bomberos propio, que se desplazó a la zona con uno de sus camiones de extinción de incendios de gran caudal, al que se unieron otros dos del Consorcio de Bomberos de Tenerife. En total, participaron 27 personas.
En este caso, también se llevó a cabo el corte de la autovía de San Andrés, por supuesta afección por humo, así como la regulación del tráfico en la vía interior de servicio por parte de la Policía Portuaria.
El tercer escenario escogido en Tenerife fue el de las instalaciones de Petrocan La Jurada, ubicadas asimismo en el Puerto capitalino, centrado en un incendio provocado por una fuga de fuel que entró en contacto con una chispa proveniente de unos trabajos de soldadura en el interior del cubeto de un tanque. Aunque en un principio se trabajó con los propios medios de extinción de la instalación, posteriormente se solicitó la actuación del Consorcio de Bomberos de Tenerife, así como de los equipos de intervención de Cepsa, que se desplazaron desde la factoría del Dique del Este y de la Refinería. En este caso intervinieron 26 personas.
Por su parte, en Gran Canaria el ejercicio se desarrolló en las instalaciones de Petrocan Las Palmas, donde se simuló un derrame de gasoil en la línea de un tanque, que dio lugar a un incendio por ignición causada por un trabajo en caliente que se estaba desarrollando en las inmediaciones. En esta intervención se consideró la existencia de un trabajador supuestamente inconsciente por inhalación de humo, que fue rescatado por el Servicio de Extinción de Incendios de Las Palmas de Gran Canaria (SEIS). Para este ejercicio también se activó el Plan de Ayuda Mutua (PAM) existente entre las empresas petrolíferas de la zona. En esta simulación se involucró a 25 personas de la plantilla propia, más el personal de empresas de servicio.
A estos cuatro simulacros hay que sumar los que Cepsa realiza cada semana en la Refinería, así como otros de menor envergadura que se han ido desarrollando a lo largo del año en las diversas instalaciones con las cuenta la energética en las Islas.
Estrecha colaboración
La puesta en marcha de los simulacros requiere de un complejo trabajo de coordinación con otras entidades e instituciones, de cara a que el ejercicio siga los protocolos establecidos y se garantice el cumplimiento de todos los pasos exigidos para estar preparados ante cualquier emergencia.
Para la realización de estas pruebas, Cepsa mantiene una fluida relación con diversos numerosos estamentos externos, entre los que destacan el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad del Gobierno de Canarias (CECOES 1-1-2); el Consorcio de Bomberos de Tenerife; el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) de Las Palmas de Gran Canaria; las Autoridades Portuarias de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas; el Servicio de Urgencias Canario (SUC), los Centros de Coordinación Operativa de la Administración Local (CECOPAL) de Santa Cruz de Tenerife y de Las Palmas de Gran Canaria; y Capitanía Marítima.