la palma

Teresa, vecina de Marina Alta: “Entrar por primera vez ha sido muy raro, pero somos afortunados”

El regreso de 700 personas desalojadas a sus hogares alienta las esperanzas, aunque los vecinos hacen llegar la necesidad del apoyo de maquinaria pesada para retirar la ceniza y volver a sus casas

“Hasta ahora nos hemos estado quedando los cuatro en una misma habitación, la misma en la que tenemos la nevera que nos llevamos cuando nos desalojaron de casa. Intentaremos volver pronto, pero al entrar ahora por primera vez ha sido muy raro, hay mucho que hacer, mucho que limpiar. Con todo, somos afortunados”. Teresa, madre de dos hijos y vecina del barrio bagañete de Marina Alta, puede regresar ya a su casa. Lo han hecho como ella en el día de ayer, acercándose sin aspavientos y casi con sigilo y en una calma de melancolías 700 vecinos, muchos por la zona norte de la colada volcánica, en las zonas más próximas a los metros de lava que bordean lo que sobrevivió en La Laguna. Y desde allí hasta la costa, los vecinos de caminos como La Aldea y Baile Bueno, otros en Cruz Chica, Los Campitos y Tamanca y los que salieron corriendo también de los hogares al pie de la carretera de San Nicolás. Los desalojos, en aquellas semanas de incertidumbre, fueron progresivos, algunos temidos y comentados, y ahora que se produce el regreso, se rememoran.

“El día antes de que nos fuéramos -relata una vecina- gente que colaboraba en el operativo nos dijo que la cosa pintaba mal y que era probable que la colada que se paró en La Laguna siguiera bajando”. Por eso ahora son momentos en los que “hay que sentirse afortunado y hay que vivir cada momento y cada día sin estar pensando en cosas grandes. Hemos pasado la Navidad juntos, estamos vivos y el volcán se ha apagado”. Es la reflexión de Teresa, que junto a su marido y sus dos hijos tendrá que limpiar humedades dentro y pintar. El trabajo fuera será más pesado. “En cuanto hay un poco de brisa o si se levanta el viento, es mucha la ceniza, y eso que nuestra casa no está como las de Jedey o Las Manchas. Eso sí será duro”.

Son muchos los que están desesperados por volver y “recuperar” su espacio vital, “dejar de estar en casas ajenas, pues, aunque son nuestra familia y nos han ayudado, uno quiere volver a la suya”. Otros reconocen que “hay cosas que no se dicen, pero se ha especulado con los alquileres. Uno vende pañuelos mientras otros lloran, y es imposible seguir soportando esto. Saben que nos dan la ayuda para pagar el alquiler y se disparan”.

“Parece un sueño y miro y es como si uno se fuera a despertar. Pero ahí sigue todo negro y ahí va a seguir”, explica un veterano agricultor de la zona, que no estará tranquilo hasta que no pueda volver a la platanera que ha quedado en medio de la masa de lava entre el norte y el sur.

Por el norte, ya se han restablecido las dotaciones de los servicios esenciales para facilitar el acceso a este sector urbano de la vuelta a sus casas, una vez realizadas las comprobaciones pertinentes.

Son ya un total de 1.700 las personas autorizadas a regresar, pero las que quieren volver a las más afectadas, en Las Manchas, piden un apoyo urgente, ágil y a través de medios materiales, palas y vehículos pesados. También la contratación de empresas especializadas, de las que se llegó a hablar en varias reuniones celebradas con representantes públicos y vecinos afectados.

La decisión de la dirección del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por riesgo volcánico de la Comunidad Autónoma de Canarias (Pevolca), a propuesta del director técnico del plan, Miguel Ángel Morcuende, y tras consultar al Comité Científico de Evaluación y Seguimiento, era muy esperada por los vecinos. Ahora que se consideran seguras, regresan con todas las garantías, aunque con muchas necesidades y en una vuelta que en muy pocos casos está siendo inmediata.

También han comenzado a regresar algunos vecinos del lado sur y se autoriza el retorno de habitantes de las viviendas en la carretera general de Jedey (LP-2), hasta el número 6 de la citada vía, donde se situará el nuevo punto de control. Se incluyen en el realojo aquellas edificaciones situadas en el camino Cuesta Blanca, camino Piteras y camino La Dichosa.

Por su parte, Cruz Roja forma a los vecinos damnificados de La Palma que ya están de vuelta en sus hogares tras la erupción del volcán sin nombre, para que puedan acceder a sus viviendas sin poner en riesgo su salud ante la presencia de gases nocivos.

Ya han comenzado los realojos en Tazacorte, Tacande, Tajuya (El Paso) y en algunas zonas de La Laguna (Los Llanos). Para acceder a las viviendas con seguridad, desde la organización recomiendan que se haga con medidores de gases y realizar una ventilación correcta, y además adjuntan en su redes sociales un vídeo ilustrativo de los pasos que se han de seguir.

Los vecinos deben adaptarse ahora a una nueva rutina de ventilación y esperar al menos 15 minutos para entrar a sus casas. En primer lugar, deben abrir la puerta y esperar cinco minutos con la finalidad de que se disipen los posibles gases tóxicos presentes en el inmueble. “Gases como el monóxido o el dióxido de carbono son inodoros e incoloros”, advierten.

Luego deberán volver a entrar para abrir alguna puerta enfrentada o las ventanas cercanas a la puerta, salir y esperar 10 minutos más. En ese periodo de 15 minutos queda totalmente desaconsejado encender las luces de la vivienda, puesto que pueden quedar en el aire gases inflamables. “Una correcta ventilación es clave para liberar los gases albergados en el interior de las casas”, recomiendan desde Cruz Roja, y más si los vecinos no cuentan con medidores específicos.

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