
En un libro y una exposición, Francisco González Concepción refleja medio siglo de dedicación al periodismo en sus dos vertientes. Un texto informativo ilustra cada foto.
-¡Cuántos años retratados!
“No pocos. La primera edición del libro abarcaba desde 1977 hasta 2017”.
-Cuarenta…
“Son cincuenta años los que he trabajado en prensa”.
-¿Cómo fueron los comienzos en el oficio?
“Empecé colaborando en un periódico de instituto, en el Pérez Galdós”.
-Una escuela…
“Después de ese instructivo aprendizaje pasé por El Eco de Canarias, La Provincia, Diario de Las Palmas…”.
-Cabeceras históricas…
“Luego me marché a La Laguna a estudiar y estuve de corresponsal de La Provincia”.
-La experiencia no surge de la nada. Es una acumulación de vivencias y conocimientos…
“Diario 16, Cambio 16, del mismo grupo editorial; corresponsal de Diario de Avisos…”.
-¿También?
“En un corto periodo. Y en La Tarde. Hice algunos pinitos en la radio, en los informativos de la Cope. No era lo mío”.
-Además de fotógrafo…
“Yo soy redactor, pero mi gran afición es la fotografía”.
-¡Se nota!
“En Diario 16 mandaba las crónicas y a cualquier acto que iba llevaba mi cámara”.
-Eso se hace ahora…
“Ja, ja, ja… Desde pequeño me gustaba la fotografía. Y me encantaba escribir”.
-El dos por uno…
“Realizaba las dos facetas: la gráfica y la literaria”.
-¿Qué instantáneas evocan más cariño?
“Los mayores recuerdos los tengo de la transición, unos años muy complicados a la vez que emocionantes”.
-Maquinando…
“Mi primera cámara fue una Kodak Fiesta, de plástico”.
-No de las desechables…
“¡Qué va! Una caja oscura, de formato grande”.
-¡A lo bestia!
“Sí. Posteriormente, una Retina 1a. Ya profesional, una Minolta. De ahí, a la Pentax y finalmente salté a Nikon”.
-¿Y las de mecanografiar?
“En La Provincia eran de la marca Adler. En Diario 16, las crónicas se enviaban normalmente por teléfono”.
-¡Se dictaban!
“O, con una tarjeta a cobro revertido, en una cabina de la sala de télex de Correos”.
-¿De cuántas piezas se compone la colección?
“Calculo que entre el 77 y el 85, más de 40.000 imágenes”.
-De cada rebobinado, igual se publicaba una sola…
“¡Claro! Conservo los negativos en unas cajas”.
-¡Qué rollo!
“La memoria fotográfica me ayuda. Cuando preparaba el libro, veía un carrete y sabía de qué era”.
-Múltiples escenarios…
“Me trasladé, por ejemplo, a La Gomera durante el incendio de 1984. Y a Argel para entrevistarme con el Polisario”.
-¡Echaban las redes a los pescadores canarios!
“Cuando secuestraron a la tripulación del pesquero Las Palomas, en 1978, me puse en contacto con el Polisario”.
-Expuesto a los acontecimientos, con sus riesgos…
“El libro reúne 1.200 fotografías y la exposición recoge unas 200”.
-No habrá sido sencillo seleccionar el material…
“Lo más complicado”.
-¿Para la muestra que acogió el Parlamento se escogieron algunas específicamente?
“La exposición del Parlamento es la misma que la que se organizó en Las Palmas”.
-Un recorrido visual en constante movimiento…
“La exposición termina con la pandemia”.
-¿Y el volcán?
“En esta ocasión no fui a La Palma, pero relaciono la erupción con el panel de la televisión autonómica”.
-Un montón de anécdotas en la retina del recuerdo, ¿no?
“¡Uf! Hay una que se remota a la visita de una escuadra de la OTAN, recibida con protestas”.
-Con disparos de obturador y destellos de flash…
“Fotografié la detención de un compañero, Orlando Martín, en el muelle, y la Guardia Civil me arrestó”.
-¿Preso del pánico?
“¡Tranquilo! Le entregué el carrete al juez, lo revelan y concluyó que no había delito alguno en mi actuación”.
-¡Guay!
“A los nueve meses me llegó una notificación del Juzgado. Me habían denunciado por resistencia a la autoridad”.
-¡Oh!
“Me tocó aquel juez y me absolvieron. La sentencia señala que la Guardia Civil se extralimitó en sus funciones”.
-Sospecho que este no es el final de la historia…
“Viene la segunda parte”.
-¡Me lo imaginaba!
“Hace cuatro o cinco años, en la subida de la Virgen del Pino a Teror, me pararon en un control de la Guardia Civil”.
-¡La Virgen!
“Un coronel. ‘¡Hola!, ¡qué hay!, ¡buenos días!’. Me preguntó y le contesté que trabajaba en Isla 21”.
-¿Dónde?
“Un periódico gratuito dedicado a los pueblos de Gran Canaria que publiqué durante diez años”.
-¿Entonces?
“Le conté mi vinculación anterior a Diario 16 y lo que dijo me dejó pasmado”.
-¡No sería un chiste verde!
“Él era el teniente de la unidad que intervino en el incidente por lo de la OTAN”.
-¡Qué risa!
“¡Muy divertido! Nos hicimos buenos amigos”.
-¡Carrete y manta!
“¡A la ventura!”.


