Aunque en un primer momento se informó de que eran tres los canarios atrapados en Ucrania por mor de la invasión de Rusia, en realidad eran cuatro, como desveló el propio presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, quien explicó que, además de esos tres adultos (dos grancanarios y un tinerfeño), un cuarto isleño se encontraba en el país invadido.
El mandatario regional reconoció entonces que, para su lógica sorpresa, las noticias sobre esa cuarta persona, que, además, es un niño de apenas cuatro años, le llegaron por vías personales y no oficiales, dado que el pequeño es de Arucas, la localidad natal de Torres, y fueron conocidos suyos quienes le desvelaron su presencia en la zona de conflicto.
Fueron los dos grancanarios mayores de edad quienes primero lograron, no sin serias dificultades, cruzar la frontera polaca tras recorrer media Ucrania en uno de los improvisados convoyes para refugiados. Se trata de Chano Gil, un músico solista, y Saúl Perera, un ingeniero de telecomunicaciones, de Firgas y Moya, respectivamente,
“Ha sido terrible”
En la noche del pasado domingo al lunes fue el tinerfeño, un joven empresario llamado Atreyu Delgado García, quien también consiguió dormir en tierras polacas, a donde los tres llegaron sanos y salvos más allá de la odisea sufrida. Delgado, residente en Acorán (Santa Cruz de Tenerife), tenía previsto pasar la noche de ayer en París, a donde se dirigía en un vehículo junto a su acompañante ucraniano.
Su madre, Josefina García, declaró ayer a la Radio Televisión Canaria (RTVC): “Esto ha sido terrible. No hemos podido casi dormir. Estar todo el tiempo pendiente y a ver por dónde andaban ahora. Finalmente, hemos respirado desde ayer [el pasado lunes para el lector], pero todavía no se nos han quitado los nervios. Escuché al ministro de Asuntos Exteriores decir que los cien españoles que se habían quedado allí era porque querían, pero eso no es verdad. No les dieron una salida, porque lo único que les decían era ‘quédense en sus casas que ya les avisaremos’. Yo lo llamé hace un rato y me dijo que estaba todavía con la cabeza muy mal, que no podía ni contarme porque prefería reposar un poco de la angustia que había pasado”.
Respecto al pequeño, el hecho de que permaneciera con su madre ucraniana en una vivienda de las afueras de Járkov, la segunda ciudad más poblada de Ucrania (1,4 millones) y escenario ayer de los primeros ataques aéreos certificados sobre áreas residenciales, mantenía en vilo a sus familiares de las Islas. Su tío, Himar Caballero, reconocía el pasado lunes que “todo es muy complicado. La Embajada aconsejó a mi cuñada [la madre del niño] que se fueran a Kiev, pero ella les recordó que estaban a unos 500 kilómetros de distancia y a unos 1.500 de la frontera polaca. Los dos siguen solos porque el resto de la familia, el abuelo y la madre de mi cuñada, viven en otras ciudades alejadas, como por ejemplo de Sevilla a Madrid. Aunque nos han mandado imágenes y sonidos de las bombas, dicen que están bien, y que cuando suenan las sirenas bajan con los vecinos al sótano”.
“La crisis del siglo”
Al menos 677.000 personas han escapado de Ucrania en los últimos seis días para huir de la invasión rusa, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), que advierte de la que podría convertirse “en la mayor crisis de refugiados de este siglo en Europa”.
La portavoz Shabia Mantoo confirmó que la agencia está trabajando “rápidamente” para responder a la emergencia de desplazamiento, que se hace especialmente palpable en Polonia, Hungría, Moldavia, Rumanía y Eslovaquia, todos ellos fronterizos con Ucrania.
Además, la ONU también apuntó que hay una “cantidad considerable” de refugiados en Rusia, en su mayoría procedentes de la región del Donbás. Según Moscú, más de 100.000 personas han cruzado la frontera por el este de Ucrania. Acnur ha instado a todos los países a mantener las fronteras abiertas para permitir la huida.