Asun, madre de Sara, la joven asesinada presuntamente a manos de su expareja en Tenerife el 25 de noviembre de 2019, ha remitido a este periódico una carta con el objetivo de que su demanda sea escuchada por el Ministerio de Igualdad del Gobierno de España. La petición que Asun hace a la institución es la misma que hará en el juicio que arrancará el próximo 23 de mayo contra Jaime B. H., para el que Asun pide una condena por delito de asesinato y no por homicidio -como pide el fiscal-, insistiendo en que se tenga en cuenta que su hija “fue asesinada mientras dormía, por lo que estaba indefensa”.
Como recodarán, Sara tenía 26 años cuando fue degollada presuntamente a manos de su expareja en su domicilio de San Isidro, en Granadilla, el mismo día en que miles de personas se manifestaban en Canarias y en toda España por el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Ahora, su madre exige que se haga justicia y que se condene al presunto asesino por un delito de asesinato, pidiendo una pena de 20 a 25 años de cárcel. Sin embargo, la petición del fiscal, que solicita que se juzgue como un homicidio, restaría entre 5 y 10 años a la condena. Asun deberá demostrar la indefensión de su hija Sara para que así se catalogue el caso como un asesinato.
A continuación puede leer al completo la carta abierta de la madre de Sara:
“Soy la madre de Sara, asesinada por su expareja en Tenerife el 25-11-2019. El juicio comenzará el día 23-05-2022, el fiscal pide pena de homicidio doloso, mientras que tanto mi abogada como la abogada de la defensa popular, encabezada por la Consejería de Igualdad del Gobierno de Canarias piden pena por asesinato”.
“Como madre de una víctima de violencia de género no puedo entender que a día de hoy las familias tengamos que luchar en los juzgados para que estos sujetos sean condenados por asesinato”.
“Estamos hablando de sujetos que en la mayoría de los casos, después de años de maltrato físico y psicológico, cuando estas mujeres, a duras penas, comienzan a intentar rehacer sus vidas, las vigilan, las acosan, las controlan y en el momento de mayor indefensión, las asesinan. Tras esto, vemos que en la mayoría de los casos, estos sujetos llegan a los juzgados acusados de homicidio”.
“En el caso de Sara, este sujeto se había ido de casa, volvió en plena noche cuando ella dormía, se encerró en la habitación y la asesinó, sin oportunidad ninguna de defenderse ni dar tiempo a que llegaran los servicios de emergencias, como en la mayoría de los casos de violencia de género, en absoluta y total indefensión”.
“Desde estas páginas, querría revindicar y exigir que todos los asesinatos por violencia de género se equiparen a la Ley Antiterrorista y las condenas sean por asesinato. Pido que no exista una sola sentencia de homicidio doloso. Señora ministra de Igualdad, Irene Montero, son asesinatos, no homicidios”.
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