El rostro de Yumarai Cipriano Reyes, de 14 años, ha vuelto a copar la actualidad de Tenerife, tras una nueva fuga de la menor de su vivienda, situada en el término municipal de Arona, donde convive con su padre, Francisco.
La joven se ha ausentado en otras cinco ocasiones, en apenas unos meses, una situación que preocupa mucho a su progenitor, quien confiesa, en una conversación telefónica con DIARIO DE AVISOS, que ya no sabe qué hacer para que su hija vuelva a casa.
Por su parte, la Fundación ANAR (Ayuda a niños y adolescentes en riesgo) activó este martes una nueva alerta para encontrar a Yumarai, que fue vista por última vez el 11 de abril, en San Cristóbal de La Laguna. Tiene una constitución delgada, mide 1.70 metros de altura y sus ojos son de color marrón.
Así, las personas que puedan aportar cualquier dato relacionado con esta desaparición, pueden contactar con los teléfonos 116000 (ANAR) o la Guardia Civil (062), o bien se pueden informar directamente a través del siguiente enlace.
Francisco, el padre de Yumarai, se siente “abandonado”
Francisco es un manojo de nervios en estos momentos. Desde la playa, adonde ha ido para que no pensar en la dura situación que está pasando, asegura que las instituciones le tienen “abandonado” e indica que “parece que no están buscando a la niña”. Asimismo, sostiene que Yumarai se encuentra con un hombre. “La Policía sabe con quién está, se lo he dicho veinte veces”, relata.
El padre de la menor afirma que no ha recibido ningún tipo de ayuda por parte de las instituciones y confirma que ha denunciado tres veces la situación de su hija y “no ha servido para nada”. La última vez que habló con ella fue ayer, cuando le llamó para decirle que volvería a casa, pero no fue así. “Yo ya no sé qué le ha podido hacer esta persona o qué pensar”, dice Francisco, al borde de la desesperación.
Se da la circunstancia de que esta familia que reside en el sur de la Isla vive en condiciones de precariedad, y Francisco, que trabaja en Tenerife desde hace 36 años, aprovecha la ocasión para dar visibilidad a su caso. “No son capaces de darnos una vivienda que pueda pagar. Mi hija tiene que lavarse con botellas de agua, en la terraza, y yo taparla para que no la vean; así vivimos y, por lo visto, eso no es estar en riesgo de exclusión”.
Canarias lidera las desapariciones en España
El informe anual de personas desaparecidas, elaborado por el CNDES con datos correspondientes a 2021, confirmó el peor presagio: Canarias lideró las desapariciones en España el año pasado, con 4.240 de las 22.285 denuncias registradas en todo el país, por encima incluso de comunidades autónomas con más población, como Andalucía (3.316), Cataluña (3.164) o la Comunidad de Madrid (2.205).
El dato, sin embargo, no le sorprendió al coordinador de la asociación SOS Desaparecidos en el Archipiélago, Santiago Martín, quien sostiene que “desde hace tiempo advertimos que vamos al alza y, por consiguiente, hace falta hacer un análisis para identificar cuál es el problema y poder actuar en consecuencia”.
Las Palmas fue la provincia con mayor número de denuncias interpuestas, con 3.446, de las cuales casi el 90% correspondieron a jóvenes de entre 13 y 17 años, muy por encima de la media nacional (63,97%). Por su parte, en Santa Cruz de Tenerife desaparecieron 774 personas, 551 de ellas menores.
Viktoriya sigue desaparecida
La desesperación de Francisco es similar a la que sufre Miroslava Slavova, la madre de Viktoriya, de 16 años, a quien se le perdió la pista el pasado 11 de marzo, en La Laguna, cuando decidió fugarse aprovechando que estaba en el instituto, presuntamente con un hombre, de unos 35 años, con quien mantendría una relación sentimental.
Los casos de Viktoriya y Yumarai engrosan la lista de las desapariciones reincidentes denunciadas en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, que suman un total de 159, según refleja el informe anual del CNDES. “Lo peor para cualquier padre que se encuentre en esta situación es la incertidumbre”, recuerda Santiago Martín.
En estas semanas de angustia, la única ayuda que ha recibido Miroslava es la de SOS Desaparecidos, asociación a la que recurrió tras producirse la última desaparición de su hija y que se encarga de darle apoyo y asesoramiento en estos momentos tan duros. “No he recibido ayuda de nadie más. Yo solo quiero saber que está viva y que está bien”, insiste.