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La Refinería inicia el camino de salida de Santa Cruz después de casi 100 años

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, presidió el acto institucional con el que Cepsa empezó los trabajos para desmontar la industria, una operativa que se prolongará hasta 2025
Refinería
Foto: Sergio Méndez

El de ayer fue un día de sentimientos encontrados, con alegría y esperanza, por un lado, y tristeza e incertidumbre, por otro. Alegría por lo que supone para Santa Cruz de Tenerife que la Refinería comience su desmantelamiento y todo lo que ello conlleva, que no es otra cosa que recuperar más de medio millón de metros cuadrados en los que comenzar a desarrollar un Santa Cruz nuevo, sostenible, con espacios verdes, viviendas e infraestructuras para el ocio y el deporte. La esperanza de que todo eso traiga la misma prosperidad que en su momento trajo Cepsa, hace casi 100 años, en 1930, cuando construyó en la capital la primera refinería de España, también acompañaba a lo vivido ayer.

A estos sentimientos positivos se unen otros que no lo son tanto, como las tristeza para los trabajadores que, como reconocía alguno de ellos, aunque llevan diez años preparándose para este proceso, no deja de causarles pena abandonar la que ha sido su casa hasta ahora, incluso para varias generaciones.

Ayer, la Refinería inició, con un acto institucional, el camino de salida de Santa Cruz. Lo hacía con la llegada de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, una hora más tarde de lo previsto. Los costes de la insularidad le jugaron una mala pasada a la ministra, que vio retrasado su vuelo una hora. Eso obligó a trastocar la agenda del resto de autoridades, desde el presidente del Gobierno canario, Ángel Víctor Torres, hasta el presidente del Cabildo, Pedro Martín, y el propio alcalde, José Manuel Bermúdez.

Bajo un día radiante de sol y cristalino, como bien apuntó Torres, parecía el momento perfecto para comenzar a decir adiós a una industria que en lo referente a la calidad del aire también ha dado quebraderos de cabeza a la ciudad. Una despedida que se escenificó con una enorme grúa retirando parte de un recipiente de una unidad de Merox, que es un proceso utilizado en el refino de petróleo.

Bajo la atenta mirada de la ministra, que fue la encargada de dar la orden del comienzo de la retirada de elementos, y junto al resto de autoridades, se inició la que, a partir de ahora, será la senda a seguir por Cepsa para trasladarse hasta Granadilla, donde ya cuenta con autorización para continuar con su labor de distribución y almacenaje de combustible.

Tal y como Cepsa indicó, la desinstalación de la Refinería se produce después de obtener todos los permisos necesarios, recordando que estamos ante una actuación que se desarrollará de forma gradual y que se extenderá hasta 2025. Para ello, “se seguirá un cronograma consensuado con el Gobierno canario antes de cada actuación, garantizando en todo momento que ninguna de ellas comprometa la seguridad ni la actividad que actualmente presta la instalación”.

La primera medida contempla la retirada y recuperación del suelo de la unidad Merox, y la segunda se centrará en el entorno donde se encuentran los tanques de almacenamiento de crudo, lo que se realizará también este año. Cuando se acometa la segunda fase del traslado a Granadilla se procederá a la desinstalación de los restantes equipos de la Refinería y la remediación voluntaria de los suelos.

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