Disgustada. Así describe la alcaldesa de Los Silos, Macarena Fuentes, cómo se siente al no recibir una respuesta de la Administración central al recurso contencioso administrativo interpuesto por el Ayuntamiento para evitar la demolición de la piscina municipal, situada en dominio público marítimo terrestre al haber caducado la concesión después de 50 años por la entrada en vigor de la nueva Ley de Costas y no haberla renovado a tiempo.
La batalla legal para impedir que los silenses y la comarca se queden sin piscina la inició el grupo de gobierno hace tres años, viajes a Madrid incluidos, para intentar justificar la importancia de las instalaciones. Sin embargo, poco se ha avanzado hasta el momento y muchas son las contradicciones entre los informes de la citada dirección general en Madrid y los de Tenerife, que emitió un dictamen favorable para que el Consistorio tuviera una nueva concesión durante los próximos 30 años.
“El último proceso fue por la vía interadministrativa y no han contestado, pese a que tendrían que haberlo hecho el 4 de mayo. A día de hoy no tenemos ninguna respuesta y por eso entendemos que es un silencio administrativo”, sostiene la alcaldesa.
Se presentó como consecuencia de la última denegación de Costas, comunicada a través de una carta que llegó al Consistorio el 3 de febrero. Previamente, la respuesta que dio a las alegaciones del Ayuntamiento fue que no se habían presentado en tiempo y forma.
En las últimas semanas la regidora ha mantenido reuniones con el consejero de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias, José Antonio Valbuena, y la próxima lo hará con los abogados, tanto municipales como externos, para ver qué decisión tomará el Consistorio ante las pérdidas que acarrea tener la piscina cerrada.
“Es cierto que esta tipo de instalaciones no es rentable para ningún ayuntamiento, pero turística, social y económicamente hablando, supone mucho”, justifica Fuentes.
En primer lugar, porque el restaurante que se encuentra en la cúpula no se puede activar y eso influye en el comercio del municipio y en el empleo, porque generaría puestos de trabajo. Al mismo tiempo, siguen suspendidos los cursillos de natación, una actividad de la que no solo se beneficiaba la población de Los Silos sino también, la de toda la comarca.
Además, supone un perjuicio para las instalaciones dado que al encontrarse la piscina vacía, se están deteriorando las bombas y se producen resquebrajamientos por el exceso de calor al estar al aire libre y cerca del mar. Ni hablar del impacto que puede causar a nivel urbanístico y en el paisaje de la costa.
Por si fuera poco, las calderas y las placas solares que se instalaron nuevas al inicio del mandato -una inversión de 365.000 euros, financiada con dinero público y que Costas autorizó- también se están estropeando por la falta de uso.
“Es un problema que se ha alargado en el tiempo y creo que el Gobierno de Canarias tiene mucho que decir”, insiste la regidora. “¿Cuánto tiempo más necesita Costas para resolver el problema de Los Silos cuando el expediente del Lago Martiánez fue mucho más inmediato?”, se pregunta.
“Entiendo que todo fue al mismo sitio y eso me hace pensar, como he dicho varias veces, que es más una cuestión política que jurídica”, apunta.
Macarena Fuentes asegura que desde el Ayuntamiento “se ha hecho todo lo que se tenía que hacer y nos han toreado durante todo este tiempo. El proyecto lleva tres rechazos”, recuerda. Y el pueblo de Los Silos, tres veranos sin piscina.
Pese a que “se rumorea” que las competencias de Costas pasarán en julio al Gobierno de Canarias, deja claro que si este asunto no tiene un buen desenlace para Los Silos acudirá los juzgados. Lo ha dicho en más de una ocasión y lo repite si es necesario: “Iremos a los tribunales”.
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