El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) y el Instituto Geográfico Nacional (IGN) han registrado este martes un enjambre de eventos híbridos de muy baja magnitud, localizados bajo el volcán del Teide, lo que no implica una mayor probabilidad de una erupción.
Involcan informa en sus redes sociales de que la Red Sísmica Canaria que opera esta entidad ha identificado hasta las 12:30 horas más de 630 eventos, todos de pequeña magnitud y localizados a profundidades de entre 9 y 12 kilómetros.
Este enjambre sísmico tiene características muy parecidas a los que se registraron en Tenerife el 2 de octubre de 2016, el 14 de junio de 2019 y el 10 de junio de 2022.
El origen más probable de este tipo de enjambres es el movimiento de fluidos como vapor, gas o agua, en el interior del sistema hidrotermal del volcán de El Teide, agrega el Involcan.
Asimismo, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) precisa que series de este tipo han sido registradas en numerosas ocasiones en la zona, siendo el primer antecedente las señales registradas en el año 1980 en la campaña de microsisimicidad realizada en Las Cañadas y que demostraron que este tipo de actividad podría ser recurrente.
Según indica, la alta detectabilidad de la Red Sísmica de Canarias del IGN permite en estos momentos detectar y localizar esta actividad, relacionada con procesos en el interior del complejo Teide-Pico Viejo.
La actividad analizada indica un reajuste de presiones en la parte inferior de la corteza, debido a la naturaleza volcánica del edificio insular y a los procesos magmáticos en profundidad, detalla el IGN.
Destaca que este tipo de actividad es esperable en islas volcánicas activas, y puede quedar a esa profundidad o puede dar lugar a una actividad sísmica más somera en el futuro, sin que esto apunte a un proceso eruptivo en un futuro cercano.
Además, comenta que la actividad en todas estas series comienza con el registro de una señal de larga duración, sin fases sísmicas definidas, y con alto contenido frecuencial, dando paso a continuación a una larga serie de centenares de eventos de pequeña y similar magnitud, que ocurren a intervalos casi regulares de tiempo, en forma de “repique de tambor”.