conversaciones en los limoneros

Enrique Camacho: “Por primera vez, este año sentí lo que era el estrés”

Enrique, que ha dirigido seis galas del carnaval de Santa Cruz, es uno de los más acreditados directores artísticos de las islas
Enrique Camacho
Enrique Camacho, director artístico y productor, responsable seis veces de la Gala del Carnaval. Fran Pallero

Enrique Camacho Rodríguez (Santa Cruz, 1983) es uno de los más acreditados directores artísticos de las islas. Es curioso, conocí a su abuelo y a su padre, que estuvieron muy ligados al Puerto de la Cruz. Su abuelo, Jesús Camacho, fue administrador de Correos en una ciudad que se iniciaba al turismo. Enrique, que ha dirigido seis galas del carnaval de Santa Cruz, entre otros eventos importantes, estudió Empresariales y quiso ser periodista, incluso realizó el curso puente para ingresar en la carrera. Pero lo dejó por la dirección artística y la producción. Trabajó en Radio El Día, también en la Sociedad de Desarrollo y como director de programación del Organismo Autónomo de Cultura; además, fue jefe de producción artística del Auditorio de Tenerife y actualmente dirige su propia empresa, Encaro Factory, que organiza importantes eventos en las islas. Fue el mejor discípulo del gran Jaime Azpilicueta, que lo formó en su profesión. Desarrolla una actividad fuera de lo común. Confiesa que, una vez, fruto de los nervios a causa de la organización de un espectáculo, anduvo 16 kilómetros dentro del Recinto Ferial, la mayoría del recorrido hablando por teléfono. No me contó Enrique Camacho ni quién le contó los kilómetros recorridos ni con quién hablaba, pero habrán terminado todos con la cabeza como un bombo.

-Jaime es buen amigo mío. Una vez hasta me lo encontré en Nueva York. Creo que fue a recoger un premio de la ACE, la Asociación de Cronistas de Espectáculos.
“Él me enseñó casi todo lo que sé. Fue un maestro increíble. Y me dijo una vez la frase que tengo siempre presente cuando dirijo una gala: “No confundas nunca el ritmo con la velocidad”.

-En la gala del carnaval de Santa Cruz lo tienes crudo con la duración.
“Este año logramos cerrarla en dos horas y media. Pero es imposible que dure menos”.

-Los antiguos griegos decían que los espectáculos no podían pasar jamás de dos horas. Porque no se aguantan. Porque el público se duerme.
“Imposible, en este caso. Fíjate: obertura, desfile de tropecientas candidatas, deliberaciones del jurado, esos son actos obligatorios. Y luego las actuaciones musicales. Imposible bajar de dos horas y media, que ya es un récord”.

-¿Cuándo se van a enterar las murgas de que son muy malas y de que no hacen gracia?
“No podemos generalizar, pero algo de eso hay”.

-¿En qué modelo deberían fijarse?
“En las chirigotas de Cádiz. Esas letras hay que mejorarlas, pero algunas dan la talla”.

-A mí me pusieron a parir por decir lo que pensaba de ellas, siendo presidente del jurado.
“Ya lo sé. Pero es que tú te pasaste tres pueblos, porque te pusiste a ver por un televisor chiquito un partido entre el Real Madrid y el Tenerife cuando ellas actuaban. Y eso es faltarles al respeto”.

-¿Qué les aconsejarías?
“Yo no sé si darles un consejo, pero les diría que se olvidaran de ellas mismas, de trasladar al público sus problemas, y deberían buscar temas sugerentes, atractivos, graciosos. Porque el público no son sólo sus familias asistentes a la gala y a los concursos, hay miles y miles de personas escuchándolas a través de la televisión, a las que hay que darles espectáculo y, en el caso de las murgas, una buena dosis de sátira”.

-¿Te molesta que se metan contigo?
“La verdad, me da absolutamente igual”.

-Insisto, Enrique: las murgas no conocen la sátira, no saben ejercerla. Es lo que yo les dije en aquel manifiesto, que se habían olvidado del carácter trasgresor y gracioso del carnaval.
“Estoy de acuerdo. Las letras deben contener la sátira, la crítica y crear la gracia. Y tendrían también que educar sus voces, no meter ahí a cualquiera. A nadie le interesa que a una murga se le moje el local por culpa del Ayuntamiento. Hagan ironía y dejen de quejarse. Hasta una logopeda, madre y esposa de murguero además, ha dicho que deberían hacer más esfuerzos para hacerse entender”.

-Tu empresa, Encaro Factory, está organizando eventos –odio esta palabra, pero la Academia la admitió— muy importantes.
“Pues sí, no paramos. Tengo un equipo fantástico de gente que me ayuda”.

-¿La próxima gala carnavalera?
“Está por ver”.

-¿Se gana mucho dinero dirigiendo la gala del carnaval?
“En mi caso, pierdo. La gente piensa que mis honorarios son elevados, que es un chollo. Es mentira. Yo soy tan exigente con lo que hago que a la hora de cobrar veo, incluso, que he perdido dinero. Hombre, te puede dar prestigio, pero yo la he dirigido seis veces; son muchas”.

-Has traído a Maite Marcos, que es la coreógrafa de Shakira, para “educar” a las comparsas.
“Bueno, organizamos un taller con Maite Marcos para que las comparsas disfrutaran con sus actuaciones, para que se sintieran más seguras, pero sobre todo para que disfrutaran de su propio espectáculo. Y fue todo un éxito. Ahora las comparsas de nuestro carnaval actuarán y disfrutarán dando espectáculo”.

-¿Se nos está estropeando la fiesta? ¿Hemos perdido el buen gusto?
“Hay quienes dicen que en el carnaval de Santa Cruz aparece cada vez más el típico cachanchán. Yo no diría eso, pero sí que es preciso dar pasos adelante. Incorporar al carnaval nuevas tecnologías, no dejarlo morir, que no se convierta en algo chabacano y antiguo, dinamizarlo. Los tiempos avanzan, pues avancemos nosotros también. Repito, con pasitos adelante, poco a poco, no de golpe”.

-¿Te estresas mucho organizando el principal espectáculo del carnaval de Santa Cruz?
“Normalmente no, pero este año sí he sentido bastante estrés. Quizá por lo extemporáneo del calendario, no sé. Sí sentí, por primera vez, la presión que no había sentido en otras ocasiones”.

-¿Tu calendario es secreto? Creo que hay algo para el Puerto de la Cruz que va a romper. Y yo conozco a los portuenses.
“Por favor, si quieres a tu ciudad, no lo reveles todavía. Pero sí. Va a ser algo muy importante y ya estamos dando los primeros pasos”.

-Vale, cuéntame algo de los Veranos del Taoro, que organiza Encaro Factory en el Puerto de la Cruz.
“Pues se trata de un festival de tres días de duración, 4, 5 y 6 de agosto, que va a recuperar la tradición de las representaciones teatrales de estilo clásico al aire libre”.

-Con artistas de relieve.
“Sí, vienen María Galiana (Herminia, en Cuéntame), Carlos Hipólito, Cristina Medina y Santiago Molero, que actuarán en un espacio que hemos denominado Laurel de Indias, en el famoso Paseo de La Sortija. Y allí mismo, en otro espacio llamado Arboleda, tipo cabaret, estarán Pablo Carbonell, Luis Pastor y Valeria Ros. Espero que el público responda”.

Enrique Camacho
Enrique Camacho, director artístico y productor, responsable seis veces de la Gala del Carnaval. Fran Pallero

-Con ambiciones. He leído que pretendes seguir los pasos del Regent’s Park Open Air Theatre de Londres y del Shakespeare in the Park de Nueva York. ¿No es mucha pretensión?
“Hombre, dicho así, sí que lo parece. Esos son nuestros modelos y lo que pretendemos es que no se quede en flor de una edición, sino que se repita año tras año. Es un compromiso con las artes escénicas, con la calidad interpretativa, incluso válido para los niños, que tendrán una programación especial. Varios patrocinadores privados y públicos colaboran con el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz y el espacio mayor tendrá un aforo de 377 butacas. Será algo único”.

-Supongo que tu meta está en un gran espectáculo musical. En dirigirlo me refiero.
“Mis colaboradores y yo tenemos muchas metas, no sólo una. Si me preguntas a mí, me encantaría dirigir un gran musical; es más, lo estoy deseando y espero lograrlo algún día”.

-Porque a ti el teatro te chifla.
“Claro, y la danza, y todo lo que ocurre sobre un escenario. Por eso cuando me preguntas si me veo dirigiendo un musical te digo que no sólo me encantaría, sino que es una de mis metas. Pero en plan gran espectáculo. Y espero que algún día este sueño se cumpla”.

-¿Te consideras en el top de los nuevos directores artísticos y productores españoles?
“Antes te dije una frase de Azpilicueta: “No confundas el ritmo con la velocidad”. Soy consciente de dónde vivo y de que dar los saltos precisos cuesta mucho. De momento vamos muy bien y estamos contentos. Pero hay que aplicar el ritmo y la velocidad de la frase de Jaime: poco a poco”.

-No será por falta de experiencia: lidiar con una gala del carnaval es mucho.
“Claro, cualquiera no la puede dirigir, estoy de acuerdo. Es sumamente complicado por muchos factores: culturales, de sensibilidad, etcétera. Pero te repito que ya llevo seis y creo que no han salido mal. Tenemos que aplicar más las nuevas tecnologías en espectáculos como estos. El carnaval no se puede anquilosar, no se puede quedar viejo. Hay que ir despacio, pero siempre innovando”.

-Lo dices, a pesar de los riesgos que conlleva ser profeta en tu tierra.
“A pesar de eso lo digo. Y sí, es difícil para alguien de mi profesión ser profeta en su tierra”.

(Enrique Camacho no tiene pelos en la lengua cuando habla. Está seguro de sí mismo y de lo que hace. Yo creo que tiene las ideas muy claras. No se detiene ante tabúes y le canta las cuarenta a quien tenga que cantárselas. Trabaja con un equipo reducido de gente, con las tareas bien definidas para cada uno. Se ve que le da mucha cancha a su equipo. Colaboró durante cuatro años con Jaime Azpilicueta, de 2004 a 2008, y no deja de citarlo. Jaime ya ha cumplido 80 años o está a punto. Y dejó en la isla un gran recuerdo cuando se ocupó de los espectáculos del carnaval de Santa Cruz. Tuvo la virtud de formar a un gran equipo de profesionales y creó escuela, sin duda).

-¿Qué tal Chanel, que fue la estrella de este año?
“Genial, se metió en el espectáculo y dio la talla. Trabajó como una campeona: cercana, nada diva, colaboradora”.

-¿No se le ha subido a la cabeza el tercer puesto de Eurovisión?
“Para nada, ya digo que no puso pega alguna a nuestras peticiones y cuando su coreógrafo se ponía algo plomo, lo despistábamos. Pero ella es un encanto y así lo quiero proclamar públicamente”.

-Tienes el saco lleno de proyectos. Pero no sueltas el que yo quería que soltaras.
“Ni tú tampoco lo puedes hacer porque me has dado tu palabra. Así que, por favor, cúmplela”.

-Pues qué remedio.

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