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La boliviana Virgen de Urkupiña se muda al barrio de Salamanca

La comunidad del país latinoamericano celebró la festividad de la patrona de Bolivia, que desde ayer reside oficialmente en la parroquia de Fátima
Celebración Virgen de Urkupiña barrio de Salamanca
El colorido, la música y el ritmo de la tradición de Bolivia acompañaron ayer a la imagen de la Virgen de Urkupiña por las calles de Salamanca en una celebración en la que participó cerca de un millar de personas. Fran Pallero

El santacrucero barrio de Salamanca se llenó ayer de tradición, la de un pueblo, el boliviano, que celebró por todo lo alto la festividad de la Virgen de Urkupiña, madre y patrona de la Integración Nacional de Bolivia. Después de tres años de espera, obligada por la pandemia, la amplia comunidad boliviana que reside en esta parte de Santa Cruz quiso rendir honores a su patrona, en una festividad que, al igual que la de Canarias, la Virgen de Candelaria, se celebra cada 15 de agosto.

Este año, además, los bolivianos celebraban que la iglesia de Fátima se ha convertido en el nuevo hogar de la “virgencita”, después de que el Obispado haya autorizado que la imagen resida de forma oficial en la parroquia del barrio. Hasta ahora la imagen era custodiada por la comunidad en distintos emplazamientos.

Ayer el barrio de Salamanca se convirtió por unas horas en una réplica de la ciudad de Quillacollo, cerca de Cochabamba, donde se venera a Urkupiña. Cerca de un millar de personas se reunieron en torno a la imagen para celebrarla y honrarla a través de las tradiciones que la comunidad boliviana ha traído consigo, y que los vecinos de Salamanca han sabido valorar y compartir con ella.

Cerca de las 12 del mediodía se inició la procesión de la Virgen por las calles del barrio, y lo hizo acompañada por los 17 grupos folclóricos que, ataviados con los trajes típicos de Bolivia, bailaron durante todo el recorrido. Al término de la procesión, en el salón de El Centenero se realizó una recepción social como fin de fiesta. Roxana Vasquez es una de las organizadoras de la celebración de este año, y explicó a DIARIO DE AVISOS que la comunidad está muy contenta por poder retomarla. “Hemos esperado casi tres años por la pandemia para poder honrar a la virgencita. Para nosotros es una ilusión, para todos los bolivianos que vivimos en Tenerife”, explicó. “Es una fiesta que nos une a todos, una fiesta multitudinaria en la que nos reunimos casi mil personas”, puso de relieve.

En Santa Cruz están censados casi 400 bolivianos, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, y en todo el Archipiélago viven cerca de un millar, de ahí que la celebración de la festividad de la Virgen de Urkupiña se convierta en una verdadera fiesta nacional para los bolivianos en Tenerife, para los que el barrio de Salamanca es su segunda patria.

Roxana agradece la colaboración de los vecinos, a través de la asociación La Arboleda, para organizar una celebración que comenzó el viernes por la tarde con las vísperas, jornada que se centró en vestir a la Virgen con sus hábitos, que este año estrena, y en engalanarla para que la que la comunidad le presentara sus respetos.

Para ello, la imagen se colocó en la entrada principal de la iglesia de Fátima, y cada familia se arrodilló ante ella ofreciendo incienso con el que agasajaban a la Virgen. Los asistentes compartieron comida y bebida en un encuentro de convivencia.

Ayer fue el día grande, con la misa y procesión de la Virgen de Urkupiña por las calles de Salamanca. Un paseo que se llenó de música y ritmos bolivianos, con los grupos folclóricos bailando en torno a la imagen que procesionó por las calles por donde lo hace también la Virgen de Fátima.

Muchos vecinos del barrio disfrutaron del colorido y la alegría de los grupos que acompañaban a la procesión, desde las aceras, ventanas, balcones o desde las puertas de los negocios. En los cruces importantes se realizaba una parada y el párroco rezaba una oración.

Al finalizar la procesión, de nuevo en la plaza todos los grupos folclóricos bailaron frente a la imagen de la Virgen de Urkupiña. La Policía Local colaboró con la organización, cortando las calles al paso de la procesión.

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